
Revista en Poesía Isla Negra

Homenajes
Elvio Romero
Fraternidad del fusil
Con mis dedos lo acaricio,
tenaz y fiel compañero.
Su inquebrantable amistad
me enseña como un ejemplo
lo que es lidiar sin flaquezas,
sirviendo de parapeto
contra las balas que llegan
buscando encontrar los cuerpos.
Con aspereza acaricio
su frío metal de acero,
oscuro túnel cargado
que en los minutos intensos
de la contienda enrojece,
se nombra y late en el fuego.
De inquebrantable amistad,
lo sé, lo palpo, lo siento:
lo comprendo cuando vamos
camino de bosque adentro,
y buscando su calor,
al caño negro me aferro.
¡Qué erguido cuando entre sombras
avanza mis regimiento!
¡Qué firme cuando penetra
malezas, firme guerrero!
Este fusil es amigo
que me acompaña en el hecho
de sangre que se desata
por una verdad de pueblo.
Y cuando llega la noche
-posada en el campamento-
después de ver la jornada
del plomo en su caño experto
(sin que duerman esos hombres
tendidos sobre sus puestos),
reposa a mi lado, en frío,
tenaz, a medias despierto
como yo, como los otros,
que no olvidamos el eco
de los pasos rezagados
del enemigo siniestro.
Lo acaricio con mis manos;
fusil gozoso en el duelo
terrible de la contienda;
siempre nombrando a un encuentro
de balas que al aire silban
sin dar al viento sosiego.
Entonces en la batalla
cuando se nombra a este pueblo,
se templa en un rojo vivo,
gozoso mira, y soberbio
perfila su boca negra
destacándose primero.
Lúcido hermano y amigo,
sobre mis brazos lo siento.
Ayer le dijo a la muerte:
-"No vengas, porque te espero;
que el pueblo desnudo y pobre
disputa, pleno de esfuerzos,
con fin de aplastar las ratas
cobardes, llenas de miedo."
Lo palpo y lo siento mío,
parapeto de mi cuerpo.
- De Días roturados (1947)
Canto en el sur
Esta noche, en el sur
me he mirado en tus ojos.
Soy como tú,
de piel morena, oscura, oscura,
con estrellas metidas por dentro
y por fuera sudor, cáscara ruda.
Tengo la sangre hirviendo
como un sinuoso trueno derramado,
tengo las manos ásperas
como herramientas duras y soleadas;
tengo los ojos lúbricos
como lúbricas raíces.
Esta noche, en el Sur,
me he mirado en tus ojos.
Te vi ayer en el Norte;
vi en el Norte lo mismo, el mismo
y primario dolor sobre los cuerpos,
el aguardiente galopando a sorbos
y lo demás lo mismo: el mismo
brazo sudando a contraluz sangrienta,
el mayoral que brama entre los árboles,
los mismos ojos sin calor, la misma
temblorosa epilepsia del sudor,
los mismos exprimidos,
¡los mismos coronados!
Esta noche, en el Sur,
me he mirado en tus ojos.
Soy como tú,
la misma turbulencia contra el mismo espejismo,
idéntico remando bajo la misma noche.
Conservo el sortilegio
de estas zonas arbóreas que me cercan;
tengo la risa ronca
y estas anchas tristezas.
De piel morena, oscura,
pisando en el calor exasperado
-De: Resoles áridos (1948-1949)
Eso somos
Eso somos: las flechas
en un arco tendido, la despreciable indiada;
las leñas que han de arder en los fogones
del blanco en La Misión, los hijos de la intemperie,
del vasto infierno de los desiertos,
definitivamente condenados.
Eso somos:
la sombra de lo que fuimos,
un ala destrozada en pleno vuelo
cubierta por la sombra del murciélago,
el habitante forestal, ahora
cazado en plena selva, los guerreros vencidos
definitivamente.
Eso somos: la estela
del salto del jaguar al infinito,
los más desamparados de la tierra;
calabazas vacías sin ecos ni semillas,
sustraídas de una fuerza brillante,
los golpeados, los tristes, los caídos
definitivamente.
Eso somos.
Definitivamente.
-De Flechas en un arco tendido (1983-1993)
El amor
Sí,
hoy me he puesto a encender el viejo fuego.
El azar y los años
me han llevado a pisar en el sendero
que me ha impuesto el amor;
que mi adorada
impuso a mi corazón; ahora vuelvo
al fervor inicial, a esa primera mañana
en que el sol se ha instalado en nuestro pecho.
Y así las cosas:
la canción, la plenitud, el deseo
me han alumbrado el rostro, se me han ceñido
como un pañuelo verde sobre el cuello,
y entro en la casa del fervor como antaño,
asombrándome al ver reverdecer los sueños.
Es como si hubiesen atizado
a mi sangre el verano, la intemperie, los vientos
cordilleranos, o inundando sus cauces
un enérgico brío de panales repletos,
los brazos encendidos al apretar sus brazos,
las dos manos cargadas de un esplendor secreto.
Sí,
porque mi corazón no descansa en la noche,
hoy me he puesto a encender el viejo fuego.
-De El viejo fuego (1977)
Nuestro país
Nuestro país (el mío,
el que puedo ofrecerte), aquella
dulce tierra violenta, con la frente
segada y abolida por un aire quemado,
donde ochocientos ríos le dan curso a sus ojos
y cordilleras verdes le apoyan la andadura,
desgajo de protesta vegetal y verano,
mi país que se instruye sobre un nivel
de lluvias,
oh mi país hermoso,
despiadado y profundo,
fiel a si mismo, puro, solitario, implacable,
nos reserva un asiento
de hierbas y azahares, desenvuelve
-mi amor- sus recelosos,
sus imperiosos meses, su silencio,
por esto, por nosotros,
por asir esa luna de carbón desdichado
que se nos sube a veces por la noche a los ojos...
Tren con banderas
Era un tren con banderas
aquel tren de mi pueblo; un tren hermoso
como esos trenes hondos que aran la quemadura
de la imaginería popular; tren compartido,
mínimo y desolado por entre cordilleras,
por entre atajos, por entre donde brotan
los pañuelos de adiós del horizonte.
Era un tren con banderas.
Cuando avanzaba solo
como arisco alazán por la pradera,
era una clara y lenta respiración del aire,
centella imaginaria de luna y aguacero,
una fiesta ligera de infancia y de colores;
volaba el Viento Norte sobre sus ventanillas,
sus medas fulguraban sobre espuelas de rieles,
su silbido era un canto de pájaro de fuego.
La Cruz del Sur, caída,
viajaba en sus furgones. Y lo demás: los frutos
radiosos de la tierra; el violento verano
cernido en los maizales, los arrieros
de las fronteras, el grito seco de las plantaciones;
todo se acumulaba en sus vaivenes: la resolana de enero,
rostros cetrinos y guitarras hondas,
cántaros con serpientes, fugitivos callados,
embarazadas, brisas, bandoleros.
Era un tren con banderas.
El Paraguay entero
cabría en sus vagones, su violencia
y su encendida música; cabrían sus silencios
y su desamparado destino, el afán soterrado
de libertad, su cruz y sus crucifixiones,
la madera olorosa de sus montes cerrados,
su profunda y amarga masticación de muerte.
Era un tren con banderas
y ojos abrasadores; tren orlado
por historias de guerra y rebeliones,
tren cruzado de gritos altos y lejanías,
de sombra y naranjales; una llama
prendida sobre un vértigo dorado,
un tren de lumbre y alba sobre una tierra en celo.
Aquel tren de mi pueblo solitario y profundo,
¡era un tren con banderas!
-De Los innombrables (1959-1973)
Al amor un nombre
Quizás porque en tí se asombran
las cosas voy reinventando
un nombre nuevo a las cosas.
Quizás por eso buscamos
signarle un color distinto
a todo cuanto abrazamos.
Al amor un nombre. Al árbol
que nos cobija. Al silencio
que se reduce en tus brazos.
Quizás empezarán contigo
a renovarse las hojas
con que me abrigo y te abrigo.
Y a reinventarse el lucero
ese brillo enamorado
del bosque de tus cabellos.
¿Todo es hoy?. ¿Hubo pasado?
¿Alguna huella de tu beso
que su sello haya dejado?.
¿Acaso no hay memoria
de aquel rostro, aquellos ojos,
de otros nombres y otras sombras?.
¿Contigo el futuro empieza?
¿Contigo el pasado muere?
¿Contigo el presente sueña?
Quizás porque todo ahora
contigo canta, debiera
reinventarme cada cosa.
O porque viejos recuerdos
de los ojos se me borran.
ndome al ver reverdecer los sueños.
Es como si hubiesen atizado
a mi sangre el verano, la intemperie, los vientos
cordilleranos, o inundando sus cauces
un enérgico brío de panales repletos,
los brazos encendidos al apretar sus brazos,
las dos manos cargadas de un esplendor secreto.
Sí,
porque mi corazón no descansa en la noche,
hoy me he puesto a encender el viejo fuego.
Con la mano tendida
Ahora es tender la mano
como los ciegos, como quienes cantan
por los pueblos:
abierta para todos la palma.
Y es ir echando en ella
luceros, cosas de la casa,
lo que pudo tener en nuestros días
sabor de yerba amarga,
de lluvias tristes de fragor sombrío
o de espurio rencor de una palabra.
Es ir echando en ella
lo que hubo de maleza y viejas lágrimas,
lo que fue grito al caminar, lo que fue sangre
sucia y acorralada,
lo que hubo de impaciencia escarnecida,
lo que de tierra y heredad manchada.
Es ir echando cuentas
como un bolsón sobre la espalda,
lo mejor y peor, lo que tuvimos
de sangre buena y mala,
de desazón nocturna o de semilla
caliente y saneada.
Es ir echando cuentas
de cuanto nos tocó de muerte y de esperanza.
¡Y de esa vocación de ver la vida
sobre su palma desollada!
Siempre que me visitan
Siempre que alguien me visita
(viniendo de allá), miro sus huellas
por si todavía chisporrotean, por si algún resto del
verano
atravesó las fronteras, o la verja deteriorada por la
inmovilidad; miro sus ojos
vidriados por la atmósfera seca, indago en ellos
si hay miedo o solamente las frescuras del alba;
cuando alguien me visita (de allá)
trato de penetrar en cada gesto, abarco
cada gesto, averiguo
-mirando de soslayo- si todavía se estrecha
fuertemente una mano, si todavía
se canta una serenata pobrísima en mi pueblo,
si el zanjón crece para el raudal
o para los muertos, y de repente olvido
que averiguan también si yo averiguo, si todavía
me abrasa el sopor hondo
de esa atmósfera seca, si estoy entre los vivos o los
muertos.
De: Destierro y atardecer (1962-1975)
Bajo una luna grande
Mi amada es de mi tierra, de lo mío,
de la materna arcilla que origino mi nombre;
la estrella de su nombre subió de las praderas verdes,
donde los ríos brotan de antiguos bosques.
Su atuendo es de azahares.
Perfumada tiene la voz de seda, y sus canciones hondas,
son de su pueblo ardiente, de mi pueblo profundo,
cantar de carreteros en luz madrugadora.
Tiene aprestos airosos.
El cántaro con agua
zozobra en su cintura con latido de pájaros;
Que mi cantar la nombre.
Resuene mi guitarra de noche, adonde duerma.
Que la celebre el riente brillo de mis espuelas.
Que la alumbren los astros
con que alhajo su cuello de paloma silvestre.
Mil leguas la he llevado bajo una luna grande,
clavando por el cielo mi puñal hasta el mango
Como estoy hecho de un galope largo,
de una sombra furtiva que se esfuma,
quisiera ver la luna de tu rostro
en tanto atravesamos la llanura
Te llevaré, por verte, noche adentro,
a mi lado, apretada a mi cintura,
como quien lleva una torcaza tibia
en el tibio vaivén de la montura.
Acaso al ver el monte en tu mirada,
animales y pájaros acudan
a guarecerse en nuestro pecho herido,
con vocación de sol y quemaduras.
Traeré conmigo cosas de la tierra,
al ceñirme al calor de tu hermosura,
una radiante flor de mis querencias
de esas que no veré en región alguna.
Te llevaré, por verte, noche adentro,
a mis antojos, a mi propia bruma,
y veré refulgiendo en el galope
el halo te envuelva en la llanura.
Nuestro país
Nuestro país (el mío,
el que puedo ofrecerte), aquella
dulce tierra violenta, con la frente
segada y abolida por un aire quemado,
donde ochocientos ríos le dan curso a sus ojos
y cordilleras verdes le apoyan la andadura,
desgajo de protesta vegetal y verano,
mi país que se instruye sobre un nivel
de lluvias,
oh mi país hermoso,
despiadado y profundo,
fiel a si mismo, puro, solitario, implacable,
nos reserva un asiento
de hierbas y azahares, desenvuelve
-mi amor- sus recelosos,
sus imperiosos meses, su silencio,
por esto, por nosotros,
por asir esa luna de carbón desdichado
que se nos sube a veces por la noche a los ojos.
Relato sobre Chiro, el hechicero
que acompañó a Garay a fundar Buenos Aires
y regresó volando al Paraguay
Cuentan que Chiro, el hechicero,
el hacedor de cosas mágicas,
acompañando a los Mancebos
de la Tierra, a zonas lejanas
(en donde luego fundarían
su lar, junto a un río de plata),
marcó su huella entre las huellas,
por si algún tiempo regresaba.
Allá, ya junto al Lago Grande,
cercado por la empalizada,
abrió caminos en la tierra,
sembró el maíz, tendió su hamaca,
leyó en las manos el destino,
midió el alcance de su hazaña,
vertió el sudor entre los surcos,
musitó el canto que guardaba.
Un día, resonó en su oído
el trueno de una voz nostálgica,
un soplo de aire estremecido
que era el eco de una llamada;
recordó el brillo de su tierra
de colores y marañas,
sus panales en la arboleda,
el silbo de las cerbatanas.
Y entre las sombras de la noche
buscó su huella en la distancia,
donde la luna se perdía
en las praderas de esmeralda,
tendió sus brazos hacia el cielo
y ascendió hasta una luz extraña,
cruzando, con vuelo de pájaro,
por los confines de la pampa.
Y volando y volando y volando
entre subidas y bajadas,
Chiro se aproximó a su reino
de guacamayos y cascadas,
a su reino de hojas radiantes
que lo indujo a que regresara,
a su reino de miel y montes
de maderas escarlatas.
Su país le fijó en la frente
una antorcha de eterna llama,
y desde entonces los cetrinos,
los anhelantes de su raza
llevan, ardorosos y errantes,
el alma desasosegada,
el recuerdo de su querencia,
la negra cruz de la nostalgia.
Cuentan de Chiro, el hechicero,
del hacedor de cosas mágicas...
-De: Los valles imaginarios (1984)
Alegres éramos...
Usted sabe, señor,
qué alegría colgaba en la floresta;
qué alegría severa
como raigambre sudorosa;
cómo el alegre polvo veraniego
fulguraba en su lámina esplendente,
cómo, ¡qué alegremente andábamos!
¡Qué alegremente andábamos!
Usted sabe, señor,
usted ha visto cómo
la lluvia torrencial sempiterna caía
sobre un textil aroma de bejucos salvajes
y cómo iba dejando con sus pétalos húmedos
su flora resbalosa,
su acuosa florería.
Usted sabe, señor,
cómo los sementales retozaban
hartos de florecer, jubilosos de hartazgo,
con qué poder la noche deponía
su amargura en la altura del rocío
tal como deponía la desdicha
su arma en las arboledas.
Usted sabe qué alegre
aflicción de racimos por las ramas
en frutal arco iris vespertino;
cómo alegres luciérnagas subían
a encender las estrellas,
a conducir azahares que estallaban
como emoción nupcial o lumbraradas.
Usted sabe, señor,
que antes de que aquí se enseñoreara
la pobreza, frunciendo hasta las hojas,
desesperando el aire,
bien sabe, bien conoce
que cualquier miserable aquí podía
fortificar un canto en su garganta,
en su pecho opulento.
(¡Cómo podías reír, muchacha mía!
Juvenil, ¡cómo izabas
una sonrisa fértil como un grano,
cómo te coronaban los jazmines
y cómo yo apuraba
mi vaso de fervor! ¡Qué alegres éramos!)
Antes, antes de la amargura,
antes de que sorbiéramos
un caudaloso cáliz de indigencias boreales,
antes de que amarraran los perfumes,
que en su reverso el sol guardase el hambre,
¡qué alegres caminábamos!
Antes,
antes de que el aura ofendieran,
de arrancar la raíz sangrándole los bulbos,
antes del mayoral, del tiro, antes del látigo,
qué alegría, señor,
¡qué alegremente andábamos!
Canto en el sur
Esta noche, en el sur
me he mirado en tus ojos.
Soy como tú,
de piel morena, oscura, oscura,
con estrellas metidas por dentro
y por fuera sudor, cáscara ruda.
Tengo la sangre hirviendo
como un sinuoso trueno derramado,
tengo las manos ásperas
como herramientas duras y soleadas;
tengo los ojos lúbricos
como lúbricas raíces.
Esta noche, en el Sur,
me he mirado en tus ojos.
Te vi ayer en el Norte;
vi en el Norte lo mismo, el mismo
y primario dolor sobre los cuerpos,
el aguardiente galopando a sorbos
y lo demás lo mismo: el mismo
brazo sudando a contraluz sangrienta,
el mayoral que brama entre los árboles,
los mismos ojos sin calor, la misma
temblorosa epilepsia del sudor,
los mismos exprimidos,
¡los mismos coronados!
Esta noche, en el Sur,
me he mirado en tus ojos.
Soy como tú,
la misma turbulencia contra el mismo espejismo,
idéntico remando bajo la misma noche.
Conservo el sortilegio
de estas zonas arbóreas que me cercan;
tengo la risa ronca
y estas anchas tristezas.
De piel morena, oscura,
pisando en el calor exasperado
-De: Resoles áridos (1948-1949)
El santero
Lacú, cara de miel, cabello cano,
temblándole, jadeante, la camisa,
fabrica santos, leve la sonrisa,
barcino guante de sudor la mano.
Trabaja en palos. Y al tallarlos tanto,
con calor de melcocha por la frente,
lo llama por allí la buena gente:
"Lacú, cara de miel, cara de santo".
Modela efigies rojas de madera,
pálidos santos de color de luna,
y le suenan los dedos como en una
llanura fatigante y forastera.
Cuando está airado, talla entre avatares,
y cuando alegre, hasta el taller se alegra,
se le envuelve la sangre en noche negra
si se le llena el alma de pesares.
Tales son sus desvelos; Son tan fijos
sus labores, sus vértigos, sus sueños,
y es tanta la pasión de sus empeños
que tiene el rostro de sus propios hijos.
Lacú mira el vivir, sigue a la gente,
ante las vidas simples se emociona,
siente latir un gesto y lo aprisiona,
lo fija todo en su labor paciente.
De allí que cuando miran los vecinos
las figuras de palo en sus altares,
se ven, tal como son en sus hogares,
tal como son, jirones de caminos.
Para probar mejor lo que origina
dentro del puño como fuelle ardiendo,
se amarra al brazo enérgico un estruendo
de escopeta o cuchillo o carabina.
Si labra un santo, firme y despiadado
baña el cincel de fuego y agavilla
la gubia con cendal de maravilla,
fragor de tierra, semillar y arado.
Y si es santa, despierto en nuevo brío,
le da un soplo final mágico y sabio:
con flor de pacholí le pinta el labio,
las lágrimas, con gotas de rocío.
Y tanto se parece a sus criaturas
que él mismo es ya raíz, árbol, madera,
palpitación terrestre y verdadera
de cortezas con sol por vestiduras.
Trabaja en palos. Y al tallarlos tanto
con calor de melcocha por la frente,
lo llama por allí la buena gente:
"Lacú, cara de miel, cara de santo".
El sol bajo las raíces (1952-1955)
Rafael Alberti
España
Elvio Romero. Poeta paraguayo
(escrito en 1948)
Las alas, sí, las alas,
contra la vida quieta.
Cante, llore el poeta
volando entre las balas.
Por los Signos del día,
también tú señalado;
clavel arrebatado
y espada de agonía.
¡Oh adolescencia, aurora
apenas reluciente
y abierta ya en la frente
la estrella anunciadora!
Cándida luz en vuelo
velos hacia la tierra,
sabes más de la guerra
que del tranquilo cielo.
Casi recién nacida,
lumbre madura y fuerte,
sabes más de la muerte
quizás que de la vida.
Y tu nombre aromado
huele más que a romero,
a pólvora, a reguero
de cuerpo ensangrentado.
Las auras populares
te ciñen de grandeza
y una dulce tristeza
de niños sin hogares.
La patria encadenada
y herida se sostiene
sin sueño y te mantiene
el alma desterrada.
Que nada la domina,
por mucho que le duela.
Su corazón en vela
de lejos te ilumina.
Y mientras que penando
sin luz va el enemigo
la Libertad contigo
regresará cantando.
Gabriela Mistral
Chile
Carta a Elvio Romero, luego de la lectura de "Resoles áridos". (1950).
Pocas veces, Elvio Romero, muy pocas, he sentido la tierra como acostada sobre un libro, según el caso de "Resoles" y yo, soy como usted, una terrícola, y por sangre sanjuanina, una argentinófila. Por lo cual he leído sus "Resoles" con una emoción particular. Muchas veces he pensado que debería ya recogerme a tierra nuestra, argentina o uruguaya, en vez de embarcar una vez más hacia Europa. Pero allá vuelvo de nuevo: me voy a Napóles como cónsul de Chile. Su libro ultra-terrícola ha logrado, a la vez que el olor de Gea, una técnica cabal, consumada. Y este casamiento de la forma cultísima con el fondo rural, parece un derrotero de Virgilio. ¡Mis parabienes! Gracias, muchas gracias por esa lectura preciosa. Mi vista es pobre; excuse la letra.
Elvio Romero nació en Yegros, Paraguay, el 12 de diciembre de 1926; se exilió en la Argentina en 1947, ciudad donde falleció el miércoles 19 de mayo de 2004












“Nací en san Fernando de la Buena Vista
a 28 kilómetros al norte de la ciudad de Buenos Aires. Un 30 de noviembre de 1935 (‘El día de san Andrés - como dicen en España -: cuando el mosto, vino es!’).
Mi madre, una joven de 17 anios, provincianita venida desde san Francisco, Córdoba, me parió en el hospital de la zona. Se informó sobre el santoral y quiso nombrarme como Andrés, pero una seniora de alcurnia, apeyidada Cullen Jacobé, y de la muy noble y alta beneficencia, la convenció de otra cosa: ‘¡Este ninio se yamará Luis María!’. Cosa que Irma aceptó sin rechistar, viniendo la sugerencia de quien provenía.
Padre, también muy joven, lugareño de 19 anios, Luis León Martínez, como siempre andaba en las cayes buscándonos la vida. O sea: no intervino en la nominación, dejó hacer, tal vez esta aristocrática dama ascética trajera, ¡eya! el pan bajo el brazo, etc...
Mi nombre civil resultó ser entonces la suma de todos esos sometimientos y equívocos: Luis María Martínez Cornaglia (que, ni bien puede y tomando ejemplo de los viejos revolucionarios poéticos y políticos -Darío, Neruda, Lenin, Trotsky, etc...-, hice lo mismo yo también: Martín Micharvegas, elegí yamarme en pleno ejercicio lúcido, autónomo y libertario. Y así me siguen mencionando hasta hoy y a instancias mías. Tenía 20 anios, cuando lo decidí... El Poni es un apodo más arcaico y de raíces azarosas, que no resulta fácil sintetizar. Al recorrer estos recuerdos, entre mis padres tan jóvenes, marginales, ingenuos, buscavidas, se me hace convicción que la poesía ya estaba todo el rato ayí, velando armas por esta buena gente senciya. Tanto Irmita La Gringa como Luisito El Risitas, garrapateaban, en esa precariedad y en aquel desamparo, sus lindas rimas verseadas. Y mi viejo, ¡era un excelente cantor de tangos y milongas! Apunto esto, para hacerle saber que no nací ni crecí en un repoyo...”
(de la entrevista de Alejandro Cavalli, 11/10/2007, publicada en: http://homines.com/palabras/entrevista_poni_micharvegas/index.htm)
Martín "Poni" Micharvegas

La poesía de mis compañeros
Llenos de falsas palabras como andamos,
entre ofertas y eslógans y ritmos traicioneros,
por amor a mi fe y a la vida que viene,
canto la poesía de mis compañeros.
La verdad es más fuerte que cualquier cadena.
Nada grita más alto que un verso prisionero:
Mientras la canción se cansa y el arte se desploma,
canto la poesía de mis compañeros.
La tallaron en sierras, en selvas, en montañas,
en fábricas y campos en jornadas de acero,
en quebradas oscuras donde brilló la muerte
y en ciudades perdidas bajo los tiroteos.
La salvaron del riesgo de morir asfixiada
en la cámara cínica del mensaje con miedo.
Por que ella ha sido escrita para alentar coraje,
canto la poesía de mis compañeros
Viviré para verla vivir sobre la muerte
y arrasar las paredes del terror que erigieron.
Ya que hoy aún libra lucha contra esas maldiciones,
canto la poesía de mis compañeros.
“La poesía entraba a nuestras piesas por la radio:
los hogares humildes teníamos ese incalculable beneficio. La gauchesca de Fernando Ochoa, la urbana de Héctor Gagliardi, la voz cada tanto de ‘El amigo invisible’ o Carlos Arturo Orfeo y ‘su pluma y su palabra". ¡Eran chubascos luminosos en las noches cerradas! ¡Y las letras de los tangos! ¡Y los grandes romances de los bardos folclóricos: Atahualpa Yupanqui, Manuel J. Castilla, Jaime Dávalos, el Chango Rodríguez!’ Todo se hacia descifrable y lúdico para un muchachito inquieto. Las palabras cobraban sentido, referían cuestiones inefables, narraban historias y aventuras crueles o divertidas. La denominada ‘poesía culta’, proveniente de la lectura, vendría tiempo después…
Aqueya poesía popular era un beatífico bálsamo: senialaba cosas muy hermosas y de intensa fantasía y altos propósitos. Esa poesía, hacía mejor, más digna y buena a las audiencias. ¡Entraba por las orejas pero yegaba al corasón! La otra, -como escribía Raúl Gustavo Aguirre -, ‘para ser leída a la luz de una lámpara o a la luz del napalm’, entraría con el colegio secundario: Neruda, Mistral, Huidobro, Pedro Salinas, Rafael Alberti, García Lorca, Miguel Hernández (sus nombres resuenan en mi memoria como monedas de oro, decía Henry Miller de algunos bandidos amigos de su infancia). Mis resonantes monedas de oro también fueron y siguen siendo aqueyos poetas de mi juventud.
Cuando a los 20 anios me acerqué a un grupo de ‘creadores inéditos’ (Gianni Siccardi, José Peroni, Miguel Menassa, Alberto Cousté, Pablo Ananía), reunidos cerca de la Facultad de Medicina donde ya cursaba esa carrera universitaria, y en un resonante bar yamado Los estudiantes, me abrí a nuevas percepciones decisivas: César Vallejo, Cesare Pavese, Dylan Thomas, René Char. Y entró el primer torbellino fresco y rebelde de los poetas argentinos: Luis Franco, José Portogallo, Raúl González Tuñón y, especialmente, el entrerriano universal, Juanele Ortiz. Ni qué decir del crédito lírico y ético que nos abrió la proeza intelectual e internacionalista de la revista Poesía Buenos Aires. Siempre acariciaré a ese tiempo como a un tierno animal y de los más fieles amigos de los hombres bienintencionados...”
(de la entrevista de Alejandro Cavalli, 11/10/2007, publicada en: http://homines.com/palabras/entrevista_poni_micharvegas/index.htm)

La poesía
es pescar agua con una red.
Décadas
En la década del cuarenta la gente contenta quería vivir:
se moría en los frentes de guerra, en Tokio y en Londres, en Roma y Berlín.
Se abrazaban hombres y mujeres, subidos a trenes se decían : adiós.
Se miraron los ojos un rato, buscaron razones, y nadie entendió.
Todo pasa/ todo pasa/ todo pasa menos el amor.
En la década del cincuenta Hollywood sangrienta lanzó a Marylin,
en las cuevas la Grecò cantaba y Corea daba paladas sin fin.
Se abrazaban hombres y mujeres, trepados a barcos se decían: adiós.
Se miraron las manos un rato, se escribieron cartas, y nadie entendió.
Todo pasa/ todo pasa/ todo pasa menos el amor.
En la década del sesenta el jazz agoniza, crece la TV,
florecieron hippies, rockanrollers, guerrillas, traidores y Vietnam y Suez.
Se abrazaban hombres y mujeres, desde los aviones se decían: adiós.
Contemplaron el cielo un buen rato, se telegrafiaron, y nadie entendió.
Todo pasa/ todo pasa/ todo pasa menos el amor.
Y en la década del cuarenta la bomba secreta al Eje quebró.
En mi tierra se alzaban los puentes, se cruzaba a nado la Revolución.
Se alentaban hombre y mujeres, desde los camiones pedían acción.
Se mostraron la manos vacías, los grandes carteles les dictaban: No!
Todo pasa/ todo pasa/ todo pasa menos el amor.
Y en la década dl cincuenta una curva hambrienta se tragó a James Dean.
En mi tierra perdía potencia la breve violencia del “bolo” de Kid.
Se alentaban hombre y mujeres, desde los estudios pedían acción.
Se mostraron la manos vacías, la red emisoras les dictaban: No!
Todo pasa/ todo pasa/ todo pasa menos el amor.
Y en la década del sesenta La Cuba se holla, la luna se holló.
En el resto se ajustan los nudos de la larga soga de la represión
y se alientan hombres y mujeres, sentados en silla piensen en la acción
y se muestran las manos vacías: quédense !, les dicta la televisión.
Todo pasa/ todo pasa/ todo pasa menos el amor.
No se dejen reventar No se dejen reventar
Campanadas por Gaza
yo hablo
tú hablas
él habla
nosotros hablamos
vosotros habláis
ellos disparan
( pero no disparan
de salir corriendo
sino que disparan
de apuntar y arrojar
bombas inteligentes
y otras
mas que bestiales )
yo muero
tú mueres
él muere
nosotros morimos
vosotros morís
ellos matan
atan
tan!
tan!
tan!
El circo
Todos hablan del circo
todos hablan del circo
todos saben cosas íntimas del circo
todos conocen al enano que es
amigo del domador
que es a su vez
amigo del trapecista
que a su vez es
amigo del patrón.
Todos se alegran cuando el circo estalla
se muerden las uñas gritan o se callan
Todos adoran del circo el suspenso
y aplauden o chillan o esperan consenso.
Desfilan las fieras viejas y arrogantes
que sólo las luces convierte en gigantes.
Pasan los payasos los magos la artista
y cierran la noche los equilibristas.
(Buenos Aires, 1969)
Lo mejor para matar el hambre? Matar al hambreador!
Homenaje al cantor del pueblo
A don Aníbal Sampayo,
cantor del pueblo uruguayo
Cantor hermano, cantor duro de boca.
Cantor sutil, hombre blando de orillas.
Como garzas viajeras unidas en bandadas
así marcha tu canto desplegado en los días.
Cantor del surco cuando pocos araban,
cantor de sueños cuando todos dormían.
Piragüita sonora que baja de la selva
encarnaste tu canto para pescar la vida.
Tus chamarritas ay! en un mundo enrejado
Y tus milongas donde hay aparcerías.
Guitarra que entre humildes fue trabajando el alba,
ella será el salario real por tu poesía.
Varón decidido en las cuatro estaciones,
músico tarareado por el peón galponero.
Techo, pan y trabajo pasan por tus canciones
tal como el Padre Río un ocaso de fuego.
Cantor de la verdad que no tiene dos caras.
Cantor de la única cara de la alegría.
Hombre a la altura de su canto libre
victorioso volando sobre las villanías.
Violenta Perra!
Veintinueve de junio.
Una noticia helada
recorrió nuestras tierras,
recorrió nuestras tierras:
Latinoamericanos!
La Sedición dispara
contra el pueblo de Chile!
Violenta perra! Violenta perra!
Vimos pronto los hilos
que movían los tanques
que buscaban la guerra,
que buscaban la guerra!
Hilos de acaudalados
señores que a distancia
te azuzan en las tripas!
Violenta perra! Violenta perra!
Manos de adinerados
viejos explotadores
y dueños de las tierras,
y dueños de las tierras
que en las calles del pueblo
y a espaldas de ese pueblo
muestran tu cruel colmillo!
Violenta perra! Violenta perra!
Espías y lacayos,
mercenarios bufones
que viven de las guerras,
que viven de las guerras,
salieron de mañana
montando en tu esqueleto
a amedrentar a Chile.
Violenta perra! Violenta perra!
Tu ladrido de esbirra
se enseñoreó unas horas
y ensangrentó estas tierras,
y ensangrentó estas tierras.
Pero el canto del pueblo
acalló tus aullidos
de vieja puta zorra.
Violenta perra! Violenta perra!
Herida, en retirada
huiste a tus guaridas
con tus babas de guerra,
con tus babas de guerra.
Que el ejemplo de Chile
de a poco te convenza:
América te vence!
Violenta perra! Violenta perra!
Buenos Aires / julio 1973
Poema de amor en el exilio
Vos me trajiste aquí vos me tiraste desnudo en esta cama
vos me dijiste que cada cosa tuya era mía tu corazón mío
vos fuiste quien me regaló la primera luz tantatiniebla
me arropaste me diste sopa me hablaste de un mundo mediúmnico
las cosas eran lo que eran pero las ceñían fuerzas atadas
yo te seguí fuí tu perro troté con vos la lengua afuera
una casa otra casa y más allá otra casa y al fondo los barrios
vos tenías un amor otro amor que no era yo alguien fantástico
me hubiera gustado oírte reír como decían que reías pianoalado
vos rompías la verdad eras la verdad nada más que la verdad
la existencia esa maldita molestia que no nos entendía engañasombras
vos me arrimaste a tu pecho escuchabas mi fracaso infatigablemente
éramos dos que éramos uno y éramos uno que éramos dos toda la vida
no cerrabas los ojos de noche tus ojos no podían ser cerrados
no eras de las personas que obligan a exámenes de conciencia
jamás cerraba los ojos todo el tiempo los mantenía frescos
limpios Ilenos graciosos espectaculares lascivos tiernos ágiles
por tus ojos yo fuí otra vez múltiples yo me dejaste ser me abriste
eras lo contrario a un espejo deformante de un parque de diversiones
– en el lugar que debiera figurar incandescente léase cenizas –
me dejaste muy solo tanto que temí que no volvieras regresasiempre
mirá que han pasado muchas aguas sangrientas bajo el puente
las últimas inundaciones se Ilevaron el muelle de mi vida
aún las casuarinas negras silban frente al malón de ausencias
y todos los fantasmas desgraciadamente están en su lugar
el agua no se detiene nunca según don jacinto jamás se para
vimos el río de tus primeros versos sobre una rosa maltratada
vos me enseñaste a hablar me dijiste no digas brillabas de día
qué hacía yo antes de vos se me caían de las manos las palabras
yo era tu niño azul el carapálida las patitas flacas del nene
resultaba difícil crecer a tu lado eras mas grande que cualquier cosa
y eras pequeña eras un jazmín en un vaso al alcance de la mano enferma
ah! qué fresco ruido hacés poema al zambullirte en este viejo estanque!
yo dormí bajo tu olor como un cachorro bajo un aguacero de piedras
te soñé venir corriendo hacia mí loca de alegría entre la gente
y esos sordos asesinos asalariados emboscándonos aún tiemblo
vos me dijiste que gozara de tu amistad y su inaudita multiplicación
y te obedecí dignificándome y me rebelé sin rebajarte
habías nacido para hacer lo bueno entre los otros viejaovejaregia
nada te dejaba indiferente cualquier dolor humano era tu dolor
y vagaste Ilena de piojos como desarmada taponando muerte y agobio
esa luz de vela constante al lado del rictus del agónico es ella
eras lo que no se deja sin quedarse página tan blanca de block
y me enseñaste a relamerme como un gato sobre el sexo tu dicha triste
por vos me lavé el cogote las orejas los pies las partes tibias
todo lo hacíamos juntos dentro de una gran tina con ruidos resbalones
te dedicabas a mis mortandades las tratabas como si fueran tuyas
sabías que estaba muerto intoxicado de par en par la fresca sombra
yo era tu peor parte quién podría proferirlo sin titubear emocionado
pero me decías que huyera que probara suerte por mí mismo
vos me mostraste la ley de juego el amor y el odio no va más
mi miseria se acercaba para dejarte sus cuitas mélanie klein sin tetas
eras romántica te Ilevabas todo por delante con tus pezones veleros
y amores varios tenías porque tenías varios corazones se supo
yo no conocí todos tus amores yo sólo quería ser todos ellos
sólo quería tenerte para mí con tu pesado pasado mi tren de carga
que en mi cielo nocturno no flotara otra lunita más que vos
bien lejos las estrellas venus bien lejos todo fuera de la galaxia
sólo vos en mi cielo ciego rodeado de las nubes de tus brazos
vos me politizaste me subrayaste la injusta deuda en que vivíamos
y no es que fueses única no matabas no mataste morirías por mí
eras lo espléndido desplegado la algarabía de lo posible utópica
corregías la realidad con tu fisonomía entrabas todo se ponía a cantar
decías es mas colorida la pobreza y no fanfarroneabas sabías
yo te barrí te cociné comíamos frío lo caliente y caliente lo frío
me transmitiste un orden no la orden no podías mandar ni aceptar mando
porque éramos uno que eran dos y éramos dos que serían uno toda la vida


Ha llegado aquel famoso tiempo de vivir
En un viejo libro donde yo pude leer hombres,
nombres hoy perdidos me hicieron saber
que más adelante en el mundo reinará
Un tiempo más justo que debemos esperar
Ha llegado aquel famoso Tiempo de Vivir
Ha llegado aquel famoso Tiempo de Vivir
Una larga historia que la tierra recorrió
mares, montes, bosques, rìos llenos de fervor
cubrieron al hombre que tan solo esperó
ese tiempo justo que nunca le llegó.
Ha llegado aquel famoso Tiempo de Vivir
Ha llegado aquel famoso Tiempo de Vivir
Hoy te espera el aire, amor, da muerte,
amor a esa historia triste, que al hombre
postergó ahogandolo en sus brazos
contra su corazón vida, dale muerte.
Amor, da muerte, amor.
Ha llegado aquel famoso Tiempo de Vivir
Ha llegado aquel famoso Tiempo de Vivir
la letra de de Martín "Poni" Micharvegas y la música de Albe Pavese

El saber no ocupa lugar:
Es la ignorancia quien lo abarca todo.
Miguel Cantilo
Argentina
Ha llegado aquel tiempo
Para Luis María Martínez
Poni Micharvegas
Te fuiste viejo Poni
y te llevaste palabras, melodías
partes de nuestra vida
con tu sombrero, tu bastón, tu buen humor
con tu sabiduría y tu elocuencia
nos dejaste de este lado del puente
mirando tu abordaje elegante
de la enigmática barca de Caronte.
Sabías que ya era hora
cuando trastabillaste
al cumplir los ochenta
cuando se te confabularon las dolencias
y te tocó luchar en varios frentes
pero aún sabiéndolo
me confiaste que estabas satisfecho
de haber sido quien fuiste
de haber sido un poeta
un pintor, un exégeta
de la psicología y de la vida
y yo agrego que estoy contento
de haber sido tu amigo
tu intérprete
tu colega y algunas otras cosas tuyas
que te llevaste en la nave.
Son cosas de la muerte
ya no importa el otoño
la política, el mundo
ya tu viaje atraviesa las ignotas fronteras
y agitamos pañuelos sin humedecerlos
agitamos banderas en tu nombre
igualitarias luces
que siempre te alumbraron
viejo Poni
ha llegado tu tiempo
aquel famoso tiempo de morir
para seguir viviendo
en nosotros.
Mensaje de Teuco Castilla
Poni Micharvegas andaba por Madrid bondadoso y tonante con el abrazo en ristre y la memoria malherida por Buenos Aires. Fue joven y under de vocación hasta sus últimos días. La sicología en la que había hecho armas nunca llegó a ganarle ni por puntos a una filosofía labrada en las noches de bohemia artística donde se había tallado para siempre.
Tras esa bonohomía persistía indeleble un hombre de convicciones profundas por defensa de la justicia y la libertad de nuestros pueblos.
Se fue despidiendo con una sonrisa que hacía eses en la escritura y con el mismo entusiasmo con que hizo de su poesía una herramienta entusiasta , emocionada y solidaria con el corazón por delante como un pan que debia repartirse para todos.
Mensaje de Jorge Boccanera
no pude mandarte a tiempo un texto sobre el Poni, a quien conocí en Madrid en 1979 luego de que versos de su Poesía de los compañeros fuera como epígrafe de uno de los poemas del libro "Contraseña", por el que me dieron el Casa en Cuba.
Festejamos el encuentro con unos vinos en su depto madrileño; nos ligaba no sólo el tema de las letras, sino de la canción. Tipos como Poni oxigenan con "sabia" (él lo escribiría así) las ramas de la rebeldía.
abrazo
Jorge Boccanera
Mensaje de Silvio Rodríguez
Gabriel, triste noticia. Locura imprescindible la de Poni. En 1980 nos hicimos unas fotos burlonas en una azotea de Madrid, a ver si las encuentro. Yo le decía: tienes que arreglarme la cabeza. Y él: ¿y las canciones?
Debe andar, con el Gitano Rodríguez, a la caza de jóvenes musas en nubes menores. Gran tipo.
Un abrazo
Silvio Rodríguez, La Habana, noviembre 2016.
Ingrid Wicström
Estocolmo, Suecia
(La constante dicha lenguaráz entre Los Hermanos Mayor,
Medio y Menor. Canto de pájaros que escucho feliz y con
Anioranza, entendiendo con mi cuerpo, deseando ver el aleteo
De aquellos pajaros y desde qué arboles cantan o sí es maniana o tarde. De noche no cantarán,
pero sus plumas dejarán huella en los nidos).
Le echo de menos a Poni...
Nota: “los hermanos Mayor, Medio y Menor, son Poni, Carlos Sánchez y Gabriel Impaglione, respectivamente.
Miguel Páez
San Luis, Argentina – 1937 –Bélgica - 2012.
Stretta
Parte de una fuga donde no hay
más que fragmentos del sujeto.
Irma,
al pie del piletón
y al fondo de la casa, Poni,
quietud, reposo,
como las figuras.
8 de mayo 2011
Bxl.
José Antonio Cedrón
Buenos Aires, Argentina -1945
No hay nada que pedir de aquello expuesto.
El pasado entre líneas ha llegado más lejos
que la imaginación.
Formas de lo perdido que se queda en la red
cuando levanta el sueño.
Leve y temprano siempre en esas aguas.
El aire de la vida, que regresa buscando
equivocarse (acaso un poco)
de tanto que se ha visto.
La oscuridad y la luz en la ventana
siguen tocando un solo a espaldas del deseo
donde pasa el poema como la lengua oceánica
materna, junto a lo que lo trajo y a lo que lo llevó
para dormir y para estar despierto.
Y todo el porvenir de aquel pasado es éste
(que a veces elegimos no saber).
Así como le deja a Dios su soledad
la viuda del ahorcado en una vela,
ahora que el pensamiento se niega
a no hacer nada, me apresuro a escribir
lo que me dicta la experiencia borrosa
donde confieso al otro.
Mañana tal vez llueva, y él mismo borre todo.
Como el tacto gastado en la moneda
ese saber no sabe que lo que fue tocado
no se olvida.
José María Pallaoro
City Bell, Argentina -1959
La inderrotable nos arranca
(A la manera de Poni Micharvegas)
Poni, fratelo, ¿la Inderrotable te nos arranca de la fuersa del vivir? con un puniado de cumpas gritaremos, manos unidas, al sol, tu nombre, Poni, para que no tarde en yegar el sol universal, y para revivificar tu presensia, aunque amanesca negro y nublado una vés mas, oy, aora, trataremos, sí, de sicatrisar tanto dolor, tanto dolor y desgarros, para seguir, creando, muchas veses muchas, en alegría yegando, y en salud y en poesía, para siempre, y siempre así, cumpa Poni!
City Bell, noviembre de 2016.
Fernando Sabido Sánchez
Córdoba, España- 1950
A Poni
Inician el vuelo
con los brazos extendidos
como alas abiertas
y el viento
disipa el humo
que viola la luz
mancillándola
Intercambian abrazos
que asfixian el odio
y es posible en la mar
pájaros posados
en un césped de espuma
tejiendo las mortajas
de la última guerra
Un día íbamos de manifestación con tu pancarta: “Si Hay Hambre, No Hay Hombre”, otros, leíamos poesía allí donde era necesaria nuestra voz, la tuya: “Yo hablo, tú hablas, ellos disparan…”, y así de acá para allá disparando balas cargadas de poesía: “Porque ella ha sido escrita para alentar coraje, canto la poesía de mis compañeros…”.
Allá donde ahora cantes y escribas, debes saber que los compañeros tomamos tu testigo…Hasta siempre Poni y permíteme que cambie tus versos, para terminar: Si no hay poesía, No hay esperanza para la humanidad. [Fernando Sabido Sánchez].

Jorge Luis Bello
Argentina – 1953 -1978
XXII
Somos mortales
Quizás por una bendita gracia
De algún dios mortal también
Muerto en un séptimo día de descanso merecido.
Somos felizmente mortales.
La única eternidad que podemos merecer
Es la del instante infinito del Amor
Mas esa otra extraña facultad
De revivir con el Arte
Toda la vida en un minuto
Y también las de los otros hombres.
Yo vengo de ser aquel
Que escribió los Salmos y Diluvios
Profecias
Cuadernos de viaje de antiguos navegantes
La poesía de “la sangre
que no podrá lavar
todo el mar de este planeta”
Vengo de ser aquel
Que un día entre los siglos
Se supo mortal mirando a las estrellas
E inmortal también
Porque me adivino escribiendo este poema
Como quien mira de un golpe todo el Universo
en Secuencias (inédito – 1978)
poeta fallecido tempranamente a quien Poni Micharvegas dió especial difusión desde Madrid.
Envió su hermana,amiga de Poni junto a su esposo, Martha Bello, psicoanalista residente en España.
Micharvegas: “Exijo dos orejas”
"Mis canciones no consuelan a nadie de nada. Como salida personal, continúan una búsqueda expresiva donde el recipiendario de la tarea poética es siempre una persona a la que se tiene altamente en cuenta, se trata de modificar en el campo de su conmoción, de pasarle la dramaticidad de un lenguaje oprimido", discurseó Martín Poni Micharvegas, 33, tres hijos, poeta, médico, periodista y cantor de sus propias Canciones de fogueo en el Instituto Di Tella. Semejante diversidad de profesiones suele sorprender a los seguidores de Micharvegas: "Hay quienes se desalientan. ¿Por qué habríamos de mantener una actitud rígida o un mismo oficio frente a la alternancia e inquietud histórica? Fanón era médico. Guevara, también. En la otro punta de cierta escala que no tiene nada que ver con lo quejumbroso, Malcom, Cleaver, eran traficantes de drogas, violadores, marginados de la ley. La sociedad ofrece su regazo gratificante. Uno lo toma o lo deja", acierta el juglar.
Invadido de un poético escepticismo, el vate enjuició: "los mates del sistema, los modelos importados, el desenfreno disciplinado, el tango retrovertido, una iconoclastia protestona y reformista, agravada con los males conexos: las entrevistas periodísticas, el consumo, la carrera del disco, los millones engrasantes". Metáforas extraídas de la patología quirúrgica adornan la tirada de Micharvegas, para quien "el sistema ya acusa úlcera de estómago, la hemorragia goteada que lo va llevando al agotamiento. Mis propias canciones son un largo discurso estrangulado. Canto en favor del advenimiento de un orden. Yo mismo piso el palito de un tejido promocionante".
Pasea su vivaz mirada por el Bar Baro, que regentea desde la caja y se cuestiona: "¿Qué se ve desde aquí? Paredes húmedas con posters psicodélicos donde están pegados juntos líderes injuntables. Estas mismas declaraciones son como un ectoplasma equívoco del proceso. Uno a lo sumo ayuda a perfeccionar su ficha, más que a aclarar su pensamiento. Siempre habrá un resquicio por el cual cualquier declaración no muera y llegue como a los tumbos a las cabezas hacia donde apuntó. Mi carrera artística pertenece al orden de los actos poéticos, eso le da una solidez anticorrosiva", se consuela. La comunicación con su público merece una metáfora oxigenada: "Ellos respiran el mismo aire que estoy cantando. Mejor dicho, aspiran en el momento en que largo mis canciones, espiran en el instante en que recojo el aire. Hay un aire libre en nuestra comunicación. Como única condición exijo secretamente que esta audiencia tenga dos orejas. Que sepa oír las palabras de la realidad replegada, que no es lo mismo que retraída. El público exige, en silencio pero sostenidamente, que le restituyan una comunicación prostituida, una fe en la región, un amor por el mundo".
¿Qué son canciones de fogueo?
"Algo así como si recogieran un reto e insinuaran: éste es el despliegue de fuerzas, pero si quisiéramos podríamos aplastar; ésta es la marca en la ropa, pero si quisiera podríamos identificarte bien; éste es el vómito, si quisiéramos te haríamos largar de otro modo las tripas, y así. Tiempo de escaramuzas, tiempo de fogueo".
¿Qué espera de sus canciones?
"De ellas no devendrá para mí el éxito, la fama, el estrellato. No pueden alejarme de los hombres creando alrededor de mí una jaula aséptica y brillante donde mi cabeza crezca independientemente de la historia de ellos. Ellos no pueden pretender lanzarme dentro de un Torino último modelo contra las paredes reforzadas de una ciudad a la que conozco tanto. Y luego más lejos, contra las fronteras de mi país. Y así sucesivamente. Continuidad de un amor que nunca fue palabra muerta, ellas están en la vida con la misma precariedad y mi misma desconfianza."
Revista Siete Días Ilustrados (Argentina)
01.12.1969
Carlos Sánchez
Villa Pueyrredón, Argentina -1942 – Vive en Italia
Made in
a Martín Micharvegas (Poni)
Una caja de lata con fotografías
quietos fantasmas amarillentos
se mueven en tu recuerdo austero
quizás una sonrisa con eco
un gesto impregnado de eternidad.
Se vuelve a la idea estrafalaria del tiempo
al peso específico del corazón.
Cierro la caja de lata
y vuelvo a tu e mail
─ utopía del progreso humano ─
donde tus palabras cálidas
abren una vorágine de momentos
de territorios y encuentros
que han dejado carne en mi cuerpo
elementos sustanciales
de la visión de este mundo absurdo
donde grabamos poesías
en todas las corteza de esta selva oscura.
Puede que distraídamente
no hayas percibido el fervor
que hoy anida en este hombre adulto
mis pájaros aturdidos
se alzaron en vuelo en Folignano
sobrevolaron las colinas pavesinas
tantas veces presentidas en el Moderno
no sé si con ánimo de emigrar
o de perderse definitivamente en el azul.
Pasando lista
Alberto, Coco, Edgar,
Enrique, Gianni, Néstor,
Miguel, Raúl Gustavo,
Paco, José y Vos.
Mi made in Buenos Aires.

Por el puente de la palabra
Entre él y ella
la palabra
era el único puente que tenían
aunque usaran las manos
los labios los ojos
la persuasiva piel
No era un puente sobre un río
era un puente sobre el abismo
un puente sobre señales de terror
un puente sobre los malos vientos
Ninguno de los dos cobraba peaje
esperaba al otro
ninguno de los dos
era un puente sobre la gran desventura
era un puente sobre la desesperanza
Pero era un puente
eran entonces dos lugares a unir
dos tierras distintas digamos
no dos orillas distintas
no era un puente sobre un río
era un puente sobre la soledad
dos tierras arrasadas
desoladas
dos tierras con sentido para vivir
por el puente de la palabra
por el puente donde ninguno acechaba
por el puente que ni la muerte dinamitará
ado
no se olvida.
Rejuntando pedasos de a cachitos
Por Poni Micharvegas
La escena fugás transcurre en el puerto de Buenos Aires. Nunca supe cuándo fue. Si en el mismo nefasto 76 o en los meses iniciales del 77. Un barco de pasajeros va a sarpar rumbo a Europa. Entre los que se despiden en la dársena - ha desidido dejar el país terremoteado por una violensia desatada e incalculable -, está el poeta Luis Luchi. Sus companieros de aventuras líricas, Roberto Santoro entre eyos, le abrasan y le besan. También lo hasen con Nélida, la cumpa de Luchi. Hay una emosión más que honda. Ahogante.
Luisito –así le yamábamos a Luchi los cercanos y los prójimos -, le pregunta a Santoro: “Y vos, Roberto, cuándo te embarcás? Tendrías que hacerlo cuanto antes”. Luisito me narró muchas veses aquel episodio que, según él, hubiera cambiado la vida de Santoro. Para Luchi era como una idea recurrente, una obsesión pertinas. “Tengo una responsabilidad, Luchi. Yo me quedo.
Compartiré con los cumpas lo que venga…”. (...)
(tomado de: http://www.elortiba.org/santoro.html - publicado el artículo completo-
Sobre las Parajodas:
“Tengo memoria de la primera que escribí. Tendría unos 12 anios y se me aparesió de pronto con una luminosidad que ya podía ser radiactiva para aqueyos tiempos : “El que mucho abarca / poco a nado!”. Mis parientes y amigos del barrio creían que estaba loco al comentarles tal hayazgo! Pero como intuía que sólo lo escrito tiene esistensia, persistí en mi actitud y la fijé y repetí esperando la aparición de una nueva revelasión. Ya en el colegio secundario, un profesor de literatura de apeyido González Botet, tenía todo el tiempo en la punta de su lengua casteyana el término “paradojas”: era un intrigante de tal fenómeno idiomático y él mismo -calvo con anteojos de culo de vaso y gruesos bigotes nietzchianos!- significó para nosotros, alumnos ávidos de escandaleras y polémicas, una viva contradisión flagrante. Era pronunsiar aquella palabra mágica para que todos los muchachos nos golpiáramos con los codos las costiyas y, por lo bajo dijéramos para nuestra diversión: parajodas! parajodas! Cuando esperimenté que leer y escribir no era ningún acto anómalo y me tomé en serio a mi mismo en contra de la opinión de mis feroces compañeros de estudios, asumí que trastocar el dicho de la ley podría abrirme las puertas de una ley del dicho. Resién en esilio forsoso (asumido a mediados de 1976) y, acumulando en cuadernos de apuntes varios de esos aforismos, hacia 1980 desidí publicarlos: primero como piesas aisladas y luego reunidos en libritos que no dejan de mantener frescas sus grasias enrabiadas”.
Manuel Da Conceiçâo
Valle Pindaré – Mirim,
Estado de Maranhâo,
a Manuel da Conceiçâo
lo tirotearon allí.
Queda al norte del Brasil
esta región campesina
y fue por magra comida
que los rurales se alzaron,
por el arroz mal pagado
y por su tierra invadida.
Qué no habrás vos arado,
Manuel da Conceiçâo.
Qué no habrás vos sembrado,
Manuel da Conceiçâo.
Qué no habrás recogido
en tiempo de cosecha
y no fuera de tiempo,
Manuel da Conceiçâo.
A tres jornadas de herido
lo arrastraron a San Luiz
con un grillo en la nariz
y con un pie engangrenado.
Allí en San Luiz lo amputaron,
lo apartaron de sus bases.
Allí echó a andar esta frase
su vida comprometida:
“Mi pierna no está perdida
porque mi pierna es mi clase!”
Qué no habrás entendido,
Manuel da Conceiçâo.
Qué no habrás aprendido,
Manuel da Conceiçâo.
Qué no habrás esparcido
dentro del mejor viento
y no fuera del viento,
Manuel da Conceiçâo.
Prisionero de los ricos
que lo tildan de “ladrón”,
desde su celda enrostró
al cerdo terrateniente:
“Quien dice que robo, miente!
y ese mentir es su robo.
Entre los hombres son lobos
estas fieras indecentes.
Sólo explotan a mi gente
para dormir sueños de oro!”
Qué no habrás entrevisto,
Manuel da Conceiçâo
Qué no habrás olfateado,
Manuel da Conceiçâo.
Qué no habrás instigado
en el alba más pura
y no fuera del alba,
Manuel da Conceiçâo.
Libre ya del puerco yugo
y formidable en su fuerza
regresó Manuel Conciencia
a combatir con los suyos.
Y en el pasado año oscuro
cayó otra vez apresado,
en una jaula encerrado
y sometido a torturas.
Con las cadenas más duras
a Manuel lo han esposado.
Qué no te han escarbado,
Manuel da Conceiçâo.
Qué no te han triturado,
Manuel da Conceiçâo.
Qué no te han traspasado
creyendo que mataban
a lo que nunca muere,
Manuel da Conceiçâo.
Que tu vida nos sirva,
que tu lucha me sirva
de manual de conciencia,
Manuel da Conceiçâo!
Santiago de Chile / diciembre 1972




Nació el 30 de noviembre de 1935, en San Fernando,
provincia de Buenos Aires, Argentina.
Poeta, músico, pintor, editor autogestionario, médico, psicoanalista. Activo animador cultural en los campos de la poesía, la canción y el teatro popular en los agitados años 60 y 70 en Argentina. Hacia 1966, en el Instituto Di Tella, de Buenos Aires, escribe diálogos y textos para experiencias aleatorias, “Sr. Frankenstein” y, en 1967, “La Orestíada y/o el sombrero de Tristán Tzara”, ambas piezas de creación colectiva y dirigidas por Carlos Cutaia y Rubén de León.
En 1968, comienza un trabajo de musicalización e interpretación de sus propios poemas que muestra en varios recitales y espectáculos públicos: “Canciones de fogueo” (Instituto Di Tella, 1969); “Simulacro” (Instituto Di Tella, 1970); “Rendición de cuenta” (Teatro Payró, 1970); “Contracanto” (Sala Kraft, 1971), con la participación de Facundo Cabral. Sus músicos acompañantes en el montaje de estos conciertos fueron: Albe Pavese, César Pavese, Carlos Carlsen, Horacio Presti.
A finales de 1970, realiza un viaje por tierra por varios países europeos: Alemania, Suiza, Bélgica, Francia y España. En abril de 1971, en Valencia, participa como representante de la canción de autor latinoamericana, en el “Segundo Festival de la Canción Ibérica”, junto con María del Mar Bonet, José Afonso, Paco Ibáñez, Miro Casabella y Adolfo Celdrán. Junto al guitarrista argentino Carlos Carlsen realizan actuaciones en Poitiers, Angouleme y Limoges, recaudando fondos para los republicanos españoles en el exilio. En París, para el productor Moshe Naim – quien dirigía las colección discográfica “Les unes pour les autres”-, graba un larga duración: “Décadas” con canciones de su autoría.
El disco fue reeditado en Buenos Aires para el sello Ten Records (1972) y para IRT (Santiago de Chile, 1973).
En 1972, organiza el grupo de cantautores “La canción permanente”, con ciclos de presentaciones en el Teatro Larrañaga, de Buenos Aires. Viaja a Chile, donde permanece desde diciembre 1971 hasta febrero 1972.
Selecciona el material para una antología que ordena y prologa: ” Nueva Poesía Joven en Chile”. Forman parte de ella: Eduardo Embry, Omar Lara, Hernán Lavin Cerda, Gonzalo Millán, Hernán Miranda, Floridor Pérez, Enrique Valdez, Thito Valenzuela, Claudio Zamorano y dos autores por entonces inéditos: Juan Luis Martínez y Raúl Zurita.(Ediciones Noé, Buenos Aires, 1972)
En 1973, es cofundador del grupo Canto Popular Urbano, integrado por una veintena de músicos, autores, compositores, poetas y bailarines, con el que realizan alrededor de unas 50 presentaciones para frentes de masas en Buenos Aires y otras provincias argentinas.
Después del golpe militar de marzo de 1976 – de tan sombrías resonancias históricas y sociales -, se exilia primero en Brasil y, a mediados de 1977, en Madrid, España.
Recitales y lecturas de su propia creación así como de notorios poetas latinoamericanos en varias ciudades europeas: Estocolmo, Amsterdam, Ginebra, París, Londres, Barcelona.
En estos últimos años participó en mèas de un centenar de actos de solidaridad por la causa de los pueblos oprimidos y represaliados. Organizó y participó activamente en los homenajes, realizados en Madrid, en memoria de los compañeros: Osvaldo ” Gitano ” Rodríguez, Charles Lantero, Indio Juan, José “Zeca” Afonso, Chicho Sánchez Ferlosio, Julián Marcos, Francisco “Paco” Almazán, Manuel Picón, entre otros.
De su obra escrita, merecen destacarse: “Poesía junta”, Ediciones Aldabón, Bs. As., 1960: poemario colectivo con Miguel Menassa, José Peroni, Gianni Siccardi; “Las horas libres”, textos, Ediciones Sunda B.A., 1966; “Mano de obra”, Bs.As., 1968: libro colectivo de textos donde participaron Germán Leopoldo García, Gregorio Kohon, Daniel Ortiz y José Peroni.
Ya en España, funda el sello autogestionario “Proletras Latinoamericanas” donde, casi en 20 años publica unos 15 títulos, entre los que cabe destacar: “La palabra es un hecho”, con prólogo de José Hierro, Madrid, 1980; “Dichosos los ojos que te ven!”, con prólogo de José Esteban, Madrid, 1988; “Narrenturm: La Torre de los Locos”, con prólogo de Luis Eduardo Aute, Madrid, 1994.
En 1990, en su casa-estudio de la calle Princesa, 3 (duplicado) de Madrid, impulsa la creación de un espacio para la reflexión y transmisión psicoanalítica: Asociación Libre de Estudios Freudianos (ALEF), dictando cursos de teoría, clínica y técnica sobre esta disciplina. En 1998, esta actividad la traslada a su local actual: Carrera de San Francisco, 13, en la misma ciudad.
Durante 1992, mes a mes y coincidente con la Celebración de los 500 años del “Descubrimiento de América”, junto con la actriz Mónica Rúffolo, desarrollan un Ciclo de Poesía Leída Latinoamericama en el Café Manuela, de Madrid. Además de la recreación de los Grandes Maestros Poéticos, fueron invitados poetas argentinos: Jorge Alemán, José Slimobich, Carlos Schwartz, Federico Schmied, Leopoldo Castilla, Jaime Icho Kozak, entre otros.
Es autor de canciones y, además del ya citado “Décadas”, editó dos cassetes con poemas musicalizados: “Duelo sobre duelo”, con música de Horacio Lovecchio, Madrid, 1984 y “Sobre cinco bocetos de Picasso que desembocan en el “Guernica””, con música de Antonio Molina, Madrid, 1990. A partir de 2001, funda un nuevo sello “F.P.I. Fondo Poetario Internacional”, donde edita “Parajodas (sic)” y da lugar a otros autores, Thono Báez entre ellos, para publicar su obra.
Realiza varias exposiciones de sus dibujos y pinturas tanto individual como colectivamente (entre las primeras destacar la que llevó a cabo en la “Galería Orfila”, en febrero de 1992 y titulada “Micharvegas: dibujos de poeta” y, entre las segundas, “99: 33 obras de cada autor”, junto a José Mayoral y Man. Loch, en “A trazos”, Madrid, 1999. Ilustra sus notas, entrevistas y comentarios publicados en periódicos y revistas de Europa como de Latinoamérica: “El encordado”, dirigida por Luciano Carbone, en Suecia; “La revista del Sur”, dirigida por Federico Ferrando, en Malmö, Suecia; “El Indio del Jarama”, sin dirección identificable, Madrid y el periódico “Resumen Latinoamericano”, dirigido por Carlos Aznárez, donde durante cinco años compiló la página de poesía latinoamericana “El escarabajo Durito”, Madrid – Bilbao – Buenos Aires.
En 2003, el Licenciado Hernán Jaime Fontanet Villa, presenta en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM ), una tesis doctoral con el título “Poéticas del exilio: M. Micharvegas, H. Costantini, J. Gelman, L. Lamborghini, F. Urondo, S. Sylvester”, aprobada Cum Laude. Director de Tesis: Selena Millares Martín. Departamento de Filología Española. Resumen: El trabajo se estructura en base a un esquema teórico-crítico para analizar la obra poética de estos seis autores. El exilio, la identidad y la relación política-literatura, conformarán esta estructura crítica básica. Finalmente, el apartado de las conclusiones definirá estas poéticas respecto a la tradición literaria argentina: una constante temática y un recorrido por lo popular que diferencia estas poéticas con el objeto de contrastar el embate fragmentarista y la “amnesia” que el exilio provoca.
Participó, junto a Joan Jara, Angel Parra, Quintín Cabrera y otros, en la convocatoria “La canción de autor en la transición democrática española”, organizada por la Universidad de Zaragoza, marzo 2004; “4. Festival Internacional de Literatura de Berlín”, dirigido por Ulrich Schreiber, y donde leyó su poema “Duelo sobre duelo”, setiembre 2004, Alemania; “La canción poética: desde la subversión a la subvención”, coordinada por el periodista Fernando Valiño para la Universidad de Valladolid, septiembre 2004, junto a Claudina y Alberto Gambino, Quico Pi de la Serra, Luis Pastor, y en diversas ediciones del Festival Internacional de Poesía Palabra en el mundo, donde co-organizó y participó activamente. Junto con el poeta y escritor italiano Enea Biumi ponen en circulación la Revista de Escritura On Line I Poeti Nomadi donde se recogen trabajos de autores contemporáneos en distintos idiomas: castellano, italiano, inglés, alemán, francés, sueco y portugués.
En marzo de 2006, viaja a Buenos Aires. Participa en marchas, mesas redondas, conciertos y recitales, con motivo del aniversario de los 30 años del golpe militar, la implantación de su dictadura genocida y los efectos devastadores de vaciamiento moral, material, tergiversador y corrupto, que la aventura castrense promovió y propició.
Junto a los compañeros Javier Martínez, Norma Peralta, Thono Báez, Miguel Cantilo, Ica Novo, Gustavo Mac Lennan, realizó 7 lecturas de sus poemas y letras de canciones. Colaboró con dos trabajos plásticos en el “Homenaje a las víctimas de Cromañón” y en la muestra de pinturas, “El exilio es una violación de los derechos humanos”, semana de actividades entre el 20 y el 26 de junio, impulsada por la Comisión de Ex-Exiliados Políticos de la República Argentina (COEPRA) y la recién fundada organización “Hijos del exilio”. Su poema “Duelo sobre duelo”, escrito en Madrid en agosto de 1981, fue reconocido con el Primer premio a la poesía édita, en el certamen cultural “A 30 años del golpe”, convocado por la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA).
Hermano Mayor en la poesía y en los sueños, fue activo colaborador de la revista Isla Negra, ferviente sostenedor y difusor de nuestras publicaciones y de las iniciativas solidarias a nivel mundial. Falleció en Madrid el 10 de noviembre de 2016.
El poeta en su sitio
Non so perché la vita
abbia le mani cosí piccole
.Carlos Sánchez
el poeta ha encontrado un sitio
(no un sitio
cualquiera: hay ayí pájaros
variopintos, por ejemplo-
muchos y juntos forman
un arco iris -, otros dejan caer
su temible pluma negra
sobre el instante siempre fugás )
el poeta hayó su sitio:
una tranquilidad inquieta
donde se sabe vivo entre montanias
que hielan o escuesen en verano
sus ganas de escribir
“escribir? escribirse!”,
seniala el crítico funambulesco
galgueando detrás
del sembrador de semiyas-palabras
de palabras-semiyas que
dicen y no dicen
hacen bilancio
sobre la estepa, la pampa,
el desierto, las sustansiosas selvas,
el duro mar del vivir
impresionaría como
que fuera fásil proferirlo, pero no:
él lo sabe y nos lo hace saber
( su corasón es una mansa brújula
pero también
una furibunda rosa de los vientos )
él dice y se dice
y si cuenta, narra, recupera, pierde,
espresa, pone en duda
lo hase desde esa mesa
de cuatro patas sólidas
con rostro hacia la bahía de sus días
donde debajo dormita
el perro filosofal de la pasiensia
madrid / 5034NE (respuesta a Carlos Sánchez por su libro “Continuaré a cantar”)

Poni y Carlos Sánchez
Texto de las reconversiones
para Rosa Martínez, que es una ricurita
Al almacén le llaman
tienda de ultramarinos
el lugar es el hombre
a la heladera le llaman nevera
el lugar sigue siendo el hombre
al malvón le llaman geranio
el hombre sigue siendo la lengua
los álamos son chopos
la birome, bolígrafo
la lapicera, pluma
la hoja, folio
la papa, patata
las chauchas
judías verdes
al zapallo lo llaman calabaza
el alcaucil es la alcachofa
el chancho, cerdo
el bife, chuleta
al lomo lo venden como solomillo
al colador como perol
al corpiño, a nuestro sujetador
a nuestros tradicionales portasenos
les dicen sostenes
los aros son pendientes
las bajadas también son pendientes
las cuentas que tenemos con ellos
están pendientes
el subte, metro
chavales les dicen a los pibes
zagalas a las chicas
las ollas son cazuelas
y cuadra
no es una extensión de calle de 129 metros
sino el lugar donde se guarda el ganado
somos generosos
numeramos las calles de centena en centena
ellos no
son ahorrativos
las numeran de decena en decena
al colectivo le llaman autobús
(aunque el Viejo Profesor
les llamara también como nosotros: ómnibus)
al pan, pan y al bimbo, bimbo
plátano es la banana
melocotón el durazno
piña el ananá
fresas las frutillas
balón la pelota
portería el arco
forofo el hincha
faldas las polleras
y lo que es peor
cruasanes a las medias lunas
en lugar del insípido obelisco fálico
ellos tienen un oso en puntillas
al pie de un madroño
y al churrasco le dicen filete
priva al chupar
y al sánguche de lomito
pepito de ternera
jalar al morfar
los bizcochitos con grasa
los sustituyen por madalenas
al mate amargo
por la caña de cerveza
no hay ravioladas dominicales
ni estofado con tuco
jueves y domingos, paellas
el puchero es el cocido
el crespi es el savín
los pelotudos son jilipollas
qué mina! es tía buena!
la milanesa por el escalope
la soda por el sel
aquí están más solos que la una
incómodos como tres en un zapato
más liados que pierna de romano
lentos como una manifestación de cojos
los cojos son los rengos
sabés cual es el gran negocio?
comprar un argentino por lo que vale
y venderlo por lo que él cree que vale
largas colas de inmigrantes en los madrazos
si alguna vez se transformaran en las madrazas!
como desesperados telegrafiamos
a nuestra novia española:
el capitalismo es inexpresivo stop se exaspera
de formas stop sólo tú cubres mi cuerpo
de besos stop y ninguno de ellos
es idéntico entre sí
como ven
tú por vos
ellos dicen:
en tu tierra, grulla
aunque sea en una sola pata
hay olvidos que merecen la pena recordarse
al catre le llaman piltra
al trincar, folleteo
y chucha por coño
y pija por polla
y franela por magreo
y las bombachas son las bragas
y aquí no la maman
sino que la soplan
y los tamangos son el calzado
y el montgomery es la trenka
y las medias son los calcetines
y el saco es la chaqueta
y el faso es el pitillo
colillas son los puchos
te piden lumbre por fuego
te piden cerillas por fósforos
y en vez de encendedor
te solicitan un mechero
que para nosotros sería
el marido de la mechera,
la que roba en las tiendas
Texto de pareja conflictiva en el exilio
Tuve que dejar pasar dos años.
Escribí el papel y lo guardé como constancia.
Estrujado retuvo todo su rencor hasta hoy.
En él anoté una considerable cantidad de maldiciones.
Yo tenía mis teorías al respecto. Ella, las suyas.
Ella tenía su manera de comportarse. Yo, las mías.
Hoy no hago nada más que transcribir.
Transcripción seca.
Sequía feroz hemos padecido estos dos años.
La tierra aparece agrietada. Las cosechas se han quemado.
Un anticiclón se estacionó sobre estos parajes.
Es un cielo cruel, sin nubes. Sólo nieblas o rocío.
No es desacertado mirarse en ese espejo de la tierra.
La historia que traíamos también se hizo polvo.
Los sueños, polvo. La valentía, polvo.
Hay una fina capa de polvo depositada sobre los muebles.
Antes de leer uno tiene que sacudir el libro.
Soplar los lomos. Soplar las tapas. Tocar madera.
Los industriales ricos invirtieron su dinero en ganado.
Los banqueros compraron tierras que hoy son páramos.
Todos convirtieron sus ganancias en ganado.
Es como si sólo nosotros hubiésemos perdido.
Muge el ganado de sed. Mueren sus crías cabizbajas.
Nosotros esperamos el milagro de la lluvia.
Pero la pareja se secó. Su dinamismo se agrietó.
Las manos se alejaron de los besos. Labios llagados.
No es un desatino comparar un fenómeno con otro.
La poesía que amamos nace de allí.
Haciéndose la conflictual ella taponaría mi vida.
Yo extraviaría mi relación con mi pasado.
Una mujer vuelve a tener la culpa.
Este es el cruel cielo limpio persistente sobre mi.
(Las sesiones comenzaban
en medio de la cena.
Cada cena era siempre
la última cena.
Yo me decía: el alcohol?
Una botella de tinto entre los dos.
Yo me decía: dejar de beber.
Éramos dos borrachos perdidos?
Dos que beben un litro en la comida
forman parte de una pareja
de borrachos perdidos?
La lucidez volvía cuando me quedaba solo.
El miedo reinaba en la casa.
Ella me temía. Yo la temía.
Temía sus miradas. Temía mis palabras.
Siempre la creí una bruja
y ella siempre me creyó un dragón.
Malos destellos de sus iris verdes.
Devastadoras llamas de mi boca de fuego.
Yo le gritaba: abortera,
todo lo tenés que matar!
Yo era un cínico, un cerdo,
un crápula, un esquizofrénico,
un estafador, un degenerado,
un ladrón como mi padre,
un oligofrénico, un débil mental,
un moralista machista estalinista:
cierta noche llegué a sentirme catatónico...
Para ella yo era
un contrarrevolucionario.
Un sádico, un tarado,
un psicópata, un manejador,
un hijo de puta, mil hijos de puta,
un cobarde, un cagón, un vendido,
un cabrón mentiroso, un engreído
–y ya eran las tres de la mañana.
Yo era interrogado cada noche
hasta el despuntar del alba
de todos los días.
Dónde había estado.
Qué había hecho.
Con quién había hablado.
Dónde perdí la tarde.
Con quiénes me encontré.
Qué decía la carta.
Qué dijo el que llamó.
Qué dijo exactamente el que llamó.
Qué contesté. Porqué dije tal cosa.
Qué contesté en el bar moviendo apenas los labios.
Porqué miré. A quién miré por encima de su hombro.
Quién me dijo lo que estaba diciendo.
La casa que perdimos. El éxito que no llegó.
El hijo que no tuvimos. La soledad que nos diezmaba.
Multipliquen cada cosa por 10 veces.
Cada pregunta, 10 veces. Cada noche por 10.
Yo era un flojo, un mierda, un asexuado.
Yo era un lameculos, un viejo verde, un robot,
un loco, un fracasado, un ignorante.
Yo no sabía música, ni medicina, ni filosofar.
Nunca había sido periodista ni cajero de un pub.
Nunca vi cine, ni nada de danza, ni teatro.
Yo era un reventado, un felpudo, un manos de manteca.
El psicodrama que sabía lo sabía de oreja.
El psicoanálisis que hice lo hice sin transferencia.
Nunca supe lo que hay dentro de una mujer.
A mí me parieron por el culo.
A mí me habían cojido con la pija muerta.
A mí debieron enterrarme vivo.
Pero antes se vengaría de mí:
me denunciaría por malos tratos,
me encerraría en un manicomio,
me hundiría en la cárcel hasta pudrirme.
Yo la había humillado, herido, desecado
(a mi lado gastó su hermosa juventud).
Yo le había quebrado dos costillas
(ella me destrozaba el glande cada noche).
Sabía que podía matarla con palabras.
Iba a arrojar mis petates a la calle.
Rompería mis dibujos. Patearía mi guitarra.
Iba a quemar mis escritos. Fritaría mis versos.
Tenía un miedo atroz a que la retratara en un poema.
Me iba a cortar los huevos mientras durmiera
(yo dormía con los pantalones puestos).
Todo a los berridos. Todo a los gritos.
Fuimos el hazmerreír del vecindario.
Había cotilleo fulero a nuestra expensa.
Pero yo ya estaba ciego, sordo, mudo: autista.
No oía su llanto. No oía a la vecina, la viejita.
Una noche creyó verme los bigotes de videla.
Como se llamaba Yuli yo le llamaba agosti.
Masserados, estábamos masserados.
Ya no oía sus desvelos. Sólo registraba sus ronquidos.
Yo ya tenía el corazón como una corteza seca.
Yo era el depravado, el insaciable, el corrompido.
Ella era la inocente estrella fugaz.
La injusticiada mujer del Deuteronomio.
La bestializada. La engañada. La maltrecha.)
Todo argentino yeva dentro de si,/un cantor de tangos hecho senisas.

Duelo sobre duelo
En el desierto de Itabira
la sombra de mi padre
me agarró de la mano
-Carlos Drummond de Andrade
1
La fresca oscuridad en que ahora andás
me deja a mí también sin luz
( – o el resplandor en el que derivás braceás corrés
hace en mi ojo su preciso blanco hasta enceguecerme )
Porque estabas lejos fuiste el mas querido
el mas deseado el mas extrañado el misterioso
a quien me quise intensamente parecer
Ante tu muerte he sellado mi boca
he rumiado me he mordido los dientes
estoy como un estúpido esperando llorar
pero ni una lágrima cae ni una lágrima cae
Para estar nuevamente a tu lado
deseché los recursos de cualquier religión o superchería
no creo en dioses ni creo en la eternidad del alma
no es hecho de abstracción el hombre para mi para nosotros
él es la vida con toda su magnificencia
la contradictoria vida piadosa o cruel con todo su despliegue
Mi padre era devoto cristiano católico no practicante
creías en la transparente beatitud de Ceferino Namuncurá
creías en la santidad amamantante de la Difunta Correa
creía en la inocencia de toda infancia abandonada
Sin dar limosna dabas techo y comida de tu casa y tu plato
recogías críos guachos les dabas de vestir tareas
siempre andaba con pibes de la calle alrededor
ví como lavabas sus pies y los calzabas con alpargatas nuevas
He prescindido del desasosiego de rezar aunque escribo
de elevar plegarias aunque diga mis poemas en voz alta
mudo en un día aciago no pronuncié palabra en tu homenaje
me atravesaron las certezas mas brillantes para aislarlas
Trato de rehacer el retrato de un hombre trabajador
y superpuesto el retrato de un joven delincuente
no forzaré la historia no necesito falsificar los hechos
millones de hombres han caído en éste y otros 6 de agosto
pero él ha sido quien me enseñó con sencillez la rectitud
el amor fragante por las cosas de la calle
El río en nieblas por el que nadará es tan sonoro como el Paraná
y yo voy tras sus ondas hasta donde él recale
( – o el desierto espinoso de cardos que caminás cruzás vencés
raspa secando mi garganta hasta dolerme )
Porque nos ha sido difícil vivir juntos fuiste el mas próximo
el mas fantaseado el mas envidiado el imbatible
a quien me quise intensamente parecer
Nuestras vidas no han de servir de metro de oro a nadie
por nosotros nadie salga a repetir vanamente lo hecho
lo que ha sido fue y no volverá a serlo
tanto para vos padre como para mi como para mis hijos
experiencia que aprendimos rodando y con dolor
en el futuro sólo tiene cabida lo estrictamente nuevo
Aquí la sal no sala – todo lo sala la sal del exilio
aquí el azúcar no endulza – todo lo amarga el exilio
sin embargo el exilio no ha extraviado mi sentimiento de patria
aunque como locos hablemos un mismo idioma sin comprendernos
aprendí que patria es también convención que explotan los déspotas
que la nuestra es ese torbellino Ilamado viento de libertad
aprendí que los hombres van detrás de las fuentes de trabajo
que esas fuentes entierran sus garras allí donde hay hambrientos
aprendí que la libertad es la yegua madrina de esas marchas forzadas
pero veo tu orgullo de fiesta en los días nacionales
y tengo que esmerarme para integrar tu estremecimiento al mío
” Los valores del padre han de ser los valores del hijo ”
tus valores de hombre desamparado y pobre eran fluctuantes
luchabas sin cesar contra vos mismo
tenías renglones morales de difícil lectura
la ingenua escritura desgarrada de un analfabeto
y junto a tu fe tu esperanza tu caridad
te salvó el ingenio popular de querer vivir a plenitud
cierta vez pensé que te gustaría llevar la vida de tus explotadores
Mi lengua es un pólipo amurado al paladar
no puedo llorarte y no es porque me falten causas
entre vos y yo acaba de producirse un desgarro sombrío
tendremos que hilar sus labios con delicada costura
2
Luis le lleva a Irma
un verso de amor escrito a lápiz en una tabla de cabezal
la tabla de sauce húmeda no corrige las faltas ortográficas
el amor no se equivoca nunca
no copió el verso sino de su corazón
ella lee y huele la madera
coloca la tabla sobre el cajón naranjero que es su mesita de luz
1935 y aún antes
Luis le Ileva a Irma
la posibilidad de dejar el colegio de monjas
donde está internada pupila
donde ha visto arrojarse desde el techo a chicas enloquecidas
y el día es duro fregar y duro credo
y sufre como una potranca atada a la noria de un patio interior
y la noche son susurros viciosos
y expertos besos de lengua de las pupilas viejas
Luis le Ileva a Irma
una papeleta falsificada donde acredita que tiene empleo y casa
el Juez de Menores no advierte el timo
su trabajo es tener sueños inmensos
su tapera será aquel diciembre
su catre todo el verano a la orilla del río
3
La Segunda Guerra Mundial entraba a nuestra pieza
dónde vivíamos como si muriéramos?
unos polacos gritaban en la trena del al lado
malcomían peleaban maldecían la noche con su día
unos gringos tabulaban con robar a medio mundo en la balanza
el caballo desbocado entró en el parque donde jugábamos
te dicen que con estos fragmentos no puede pisotearse un poema
te dicen que con estos discursos no puede sostenerse un parlamento
marchas marciales para la paz mundial!
el amor gemía a través de las paredes finas de los puentes caídos
sólo una gran presión distorsionante
hará entrar la realidad en los versos
aunque sílabas de tu recuerdo martillen la veracidad del acto
será la metralla de las sílabas quien no te dejará mentir
resbalas por la superficie acerada del espejo
ese vuelo rasante de mosquitos brillantes son las sílabas
ese trallazo estrepitoso de águilas en bandadas
paseabas al chico para calmarlo pero insistía
cruz roja rutilante para tu desesperación sin auxilio
te harías médico te harías poeta y marinero
surcarías el mar destartalado de esa pieza entre gritos
volarías por agua desde el mar de Usuahía hasta el Báltico
para dejar en estela lo que te humillaba
ahora estás más indignado porque estás más lejos
estás precisamente al borde de una confesión malísima
algo que no podrás sostener sin un recurso luminoso
ese reventón torpe de las llantas del injusto tren del mundo
nadarías sobre la tierra en gritos de Polonia cremada
entenderías la jerga italiana del gramo escamoteado
cerrábamos las puertas las piadosas persianas
abríamos la radio y entraba Joe Louis
mamporros negros por las cuatro paredes
golpes gamados por los cuatro rincones del cielo
dónde vivíamos como si estuviésemos muertos?
taponábamos las masacres pero la segunda guerra entraba
entraba la segunda separación de mis padres
entraba el segundo odio matrimonial
entraba y alucinaba al niño enterrado bajo la almohada
sus convoyes sus trenes sus tanques sus trincheras
chico que sigue berreando en mis brazos de santa paciencia
mi pecho de playa tibia
mis playas de madre estupefacta desde allí hasta aquí
donde desembarcaban las primeras barcazas hacia Iwo Jima
o el 6 de agosto caía sobre Hiroshima el cross atómico de Joe Louis
4
Arrastro a este tiempo por los pelos
le he tendido una emboscada y voy a rematarlo
lo estrello contra la pared hasta que cae
1945 todavía antes
no terminé de escribir estos deberes
no es hora de deberes
no es hora de declaraciones
ni jodidas sintaxis
las vendas sobre los ojos no pueden ser levantadas sin dolor
por más que las enjuagues restos de miradas quedarán en el trapo
La Cumbre serranías de Córdoba
el agua templada de los baños de alibour para sus ojos
la madeja de lana invernal desovillada a tientas
en Nueva Pompeya Hadita arroja al suelo el helado que le doy
hay mburucuyás en todo el florido paredón de la herrería
me siento vejado y triste y con pena de amor
la mamá ciega el papá huido
yo ciego y huido cruzando el puente levadizo presidente uriburu
Hadita es mayor que yo dos años
tiene once
y perfil griego
y mirada acerada sin ser mala
voy hacia otra chica y le canto “Norma mía”
pero el helado se sigue derritiendo aún hoy en mi calle avergonzada
5
ya no tengo ganas de inventar
ya no tengo ganas de mentir
sobre mi nacimiento
sobre el lugar del rancho de mi nacimiento
ya no veo la luz en el paritorio inaugural
ya nada es blanco purísimo
ni es negro el restregar del trapo en las baldosas
ya no veo la luz destilada de la pila bautismal
ya no oigo las frías gotas saladas sobre el craniecito
ya no entran aquellas gotas a los oídos sordos
ya no es inaugural ya no es bautismal la luz
ya no tengo ganas
ya la mentira se acabó redondamente para mí
ya no hay leyendas de nacimiento
ya no hay gotas de leyendas frías
sobre el libro municipal de actas
sobre el libro de actas de mi nacimiento
ya no tengo la luz sombría
ya me cansé de esperar que la mentira se abriera
ya me cansé de abrigar al pibe fraudulento
ya me cansé de enrostrar a la vida el poco amor
a la muerte el desesperante amor que nos sustrajo
ya no brilla la gota de agua bendita sobre el cráneo frío
ya no es más noviembre en mañanita
ya no es más noviembre en mañanita de lana
ya no es más noviembre en lana celeste
ya me cansé de tener ganas
ya me cansé de esperar
ya no tengo ganas
ni de resolver la verdad con una mentira
ni de resolver la verdad con una media verdad
ni de atacar la verdad con un pulido sofisma
ni de atacar la verdad con sus propia verdad
ya me cansé ya no tengo ganas
ya se me cayó el guante de los ojos
el guante como una venda de los ojos
el guante de cuero como una venda de los ojos
el guante de cuero forrado como una venda sobre los ojos
ya no dan mas ya se les ve
yo ya no quiero que sigan cegando
ya me cansé
sobre algunas cosas
yo ya podría hablar con cierta autoridad
algunas cosas como una parra en un patio por ejemplo
yo ya podría explicar cómo besaba a delia
yo ya podría explicar todo el humo que hoy será delia pereyra
todos los besos de humo que delia habrá dado
todos los besos de delia pereyra de humo que di y me dieron
yo ya podría sentirme deprimido
describir días como plomadas a fondo
yo ya podría maldecir el haber venido al mundo
yo ya podría dejar de darle bomba al primus
el primus de bronce que es mi corazón
yo ya podría dejar quietos en la fosa común mis cuadernos azules
dejar que se diluya la composición escrita en clase
yo ya podría regresar a casa con la caja de lápices y el silbo
yo ya podría querer no volver nunca más
yo ya podría aclarar que patio beso parra humo eran textuales
y el humo un afectuoso humo negro de cocina a leña
yo ya podría aclarar que la fosa común era auténtica
superficie grumosa fondo legamoso por general pacheco
yo ya podría decir que siempre nos hicieron lagrimear los amores
decir que no sabré jamás sacarme de encima todo el odio
yo ya
por ejemplo
deberías estarles diciendo que no tuviste que reeducarte popular
no tuve que volver a bajar hacia las zanjas los ranchos las cocinas
los perros de kilómetro 26 te ladraban a los tobillos
la noche estaba estrellada sí
y titilaban azules todos los astros encendidos a lo lejos sí
pero esos dientes rozaban tus garrones
y ese aliento animal de los perros nocturnos
todos tenemos que volver a bajar
deberías estar diciéndolo en algún espacio abierto
deberías estar tratando de movilizar a alguien con esto
deberías decirle que no es posible reeducarse bajando
la bajadita está llena de vigilantes perros ladradores
deberías estar haciendo agujeros al coco de alguno con esto
buscar al fondo de sus ojos la gota de luz de piedad popular
yo ya
por ejemplo
deberían creerme cuando digo que no tengo ganas de inventar
deberían creerme cuando digo luz de la sala inaugural
deberían creerme cuando digo que la mentira terminó para mí
yo ya podría asestar mi firma sobre ciertos documentos importantes
yo ya podría hacer una maravillosa rúbrica al firmar
yo ya podría dictar por altavoces inflexibles órdenes precisas
yo ya podría putear contra el genocida con cierta soltura
yo ya podría estar estudiando mi propia vida a contraluz
o estar criticando a un cliente que me importa pero para mañana
o haberme enriquecido curando de mala ley a gente sana
o aplicar mi dedo censor contra la escena obscena
yo ya podría tener mi sanatorio con centralita telefónica
yo ya podría haber batido el récord del legrado seis mil
yo ya podría tener en mi haber un centenar de despedidos
pero ni el sol tengo ya que es de noche
pero ya ni yo podría yo ya
nadie debe dudar ante estas palabras
el único aquí que duda he de ser yo
ya que
me cansé de esperar mi obispado en el triunfo
me cansé de perder el azar fulminante
me cansé de abrir la puerta en vano a los curiosos
me cansé de ordenar palabras en papeles
me cansé de palpebrear
de rascarme el ojo en círculos para seguir
de clavar la mirada sobre la franja amarilla de la ruta
de encandilarme con todos los carteles indicadores
de andar a tientas en busca-del marco referencial
me cansé de los códigos
me cansé de la señalética
me cansé del dibujito diario de humor en el periódico
me cansé del yo ya
hay una crisis de valores
hay una crisis de valores cretinizados
hay una crisis de valores cretinizados sin cotización
hay un crac
crac que dice
que duelo es una honda pena por una pérdida inmensa
ya que yo ya
crac
que dice que duelo es un batirse firme para afianzar la vida
6
Nada más que lo imprescindible
lo que perdurable quede tembloroso
las mejores orillas de los cielos para vos padre
los mejores ríos argentinos con sus mareas
la mejor luna llena sobre el dique San Roque
Las mejores flores para mi padre desde aquí
que su muerte se recuerde fragante
es agosto allá verano hostil aquí antípodas
las mejores garúas frías la más brutal sudestada
el fino estremecimiento de los juncos de la costa
Los mejores cajones fruteros con sus cabezales
los mejores peines de acero para enfilar los clavos
la manzana más roja del valle del Río Negro
el racimo más dulce de las faldas andinas de Mendoza
el abatido tronco petrificado del Chubut
Llenemos de fabulosas rosas isleñas este silencio
llenemos este espacio de amigas manos tibias
llenemos este vacío de tardes en bares inolvidables
caiga sobre su caja el terrón más gordo de la tierra
Nada más que aquello que no pueda olvidarse
el genocidio inferido como boca de madre que no cierra
las mejores gramillas de la pampa húmeda para vos padre
los mejores potrillos sin domar
la vaquillona de ubres como cuerno de abundancia
El mejor de los respetos para mi padre desde aquí
que su travesía se recuerde sencillamente
es invierno allí agosto seco aquí antípodas
el más desnudo amor de una mujer en la playa para él
la estruendosa algarabía de los pibes para él
El mejor martillo templado para su mano
el mejor delantal de lona para cubrir su pecho
el más ronco silbato de las once hacia el almuerzo
la mejor piedra de esmeril para pulir sus callos
el más humeante puchero del invierno
El mejor amanecer sobre las cuchillas de Entre Ríos
el más bravo yaguareté del Chaco para él
el mejor arrope santiagueño en un frasco de vidrio
el mejor tamal el más suculento locro en su olla
el más jugoso vacío en su parrilla hoy eterna
La mejor piragua calafateada de brea para vos padre
la plateada mojarrita pescada a anzuelo
los dorados corajudos zambulléndose a tu lado
tarariras y anguilas huidizas a tu dedo
cardúmenes de bagres pejerreyes bogas bajo tu muelle
Nada más que lo estrictamente necesario
lo que no corrompa halagos ni corroa el tiempo
para marcharnos tal como vinimos
dejando sólo cosas que vivan con la vida de otros
Un tango una ranchera un chamamé una zamba una milonga
la mejor llave maestra para abrir el cofre de los ladrones
la mejor cábala para hacer saltar la banca perdularia
el mejor final electrizante de cabeza a cabeza
El mejor gol del calendario futbolístico
la riña de gallos más feroz donde sangra el dinero
una taba infernal que no dé culo nunca
los chicotazos de la cuadrera más posta de las vecindades
el más bello sapo de bronce que trague tintineando
La mejor madreselva que novie en los patios
el jazmín del país más galán de la noche
el más umbrío ombú la más áspera higuera
el lapacho más recio que rebota el hacha
la más suave zarzaparrilla para pitar de nuevo
Nada más que lo que no se puede merecidamente dejar de darle
su mejor ristra de chorizos su mejor morcilla vasca
la tira de asado con cuero de la res sacrificada
la mejor papa balcarceña remolachas puntanas
el mejor ramo de claveles de un vivero japonés
La celda menos penosa de Sierra Chica
el mejor banco al sol en el patio de Devoto
el certificado de buena conducta que no le saldrá nunca
la mejor venda sobre los ojos
la mejor de las preguntas
no! que no vuelva a pasarlo!
Sólo quien conoce el hambre podrá saciarnos de ella
sólo quien conoce la locura podrá acercarse sin temor
sólo quien se sintió perseguido sabrá darnos amparo
sólo quien pasa las noches en vela curará el insomnio
Sólo quien no ha tenido con qué cubrirse nos dará abrigo
sólo quien haya conocido en él la enfermedad nos sanará
solo quien se aproxime a la riqueza sabrá cómo corrompe
sólo quien se ha desprendido de todo puede darnos algo
Nada más que lo que se sepa humilde
lo que persistiendo quede ejemplificando
las mejores de las palabras para vos padre
las mejores de las hogueras en el monte
el ojo vigía más atento en esta noche larga
Los dichosos días multitudinarios para vos padre
y no como si cada día fuera el aniversario de algo malo
las mejores lampalaguas esmeraldas de la selva misionera
el mejor guanaco la mejor vicuña los inocentes corderos
todo el jardín de la república sobre tu losa
El mejor rebenque basto el amplio guardamonte
la mejor alpargata dominguera de todos los pagos
el botín más jailaiffe de taco alto que se vio en el bailongo
los más terribles talones cuarteados
la ushuta más liviana de la tierra para tus pies de polvo
Las flotantes lágrimas de los sauces llorones del Lujan
una gota de cerveza una gota de rocío una gota de vino
una gota de miel de chancaca del Jujuy
la mejor de las quebradas resonantes al paso de tu mula
los mejores cantos del chingolo del zorzal del misto
Los trizados yacimientos de oro de los ríos Primero Segundo Tercero
el mejor de los lechos petrolíferos del mundo
uranio para vos carne de primera para vos trigo para vos
cebada para vos maíz para vos leche sustanciosa para vos
molidas harinas puras para vos aguas límpidas
para vos el pan crujiente cacareando como un gallo en la mañana
Para vos el mañana cacareando como un pan crujiente
para él que es el pueblo todo lo mejor sin reparos
para él que es y ha sido nuestro sostén
todo el apoyo
para él que ha enfrentado a la muerte hasta que la cansó
quien de brazos caídos no ha sabido qué es estarse de brazos cruzados
para él que ha enfrentado la represión para sobrevivir
y sobreviviendo permitió que nosotros narráramos
poetizáramos compusiéramos contáramos
atáramos
los pedazos rotos aunáramos con cemento los esfuerzos
Nada más que lo imprescindible para él este ayuno
lo que bien sentido se transmita indeformable
lo que no puede dejar de reconocer por ser él mismo
para él lo que es de él
ya que lo amasó lo clavó lo elevó lo enderezó lo remó
lo pescó lo cazó lo entretuvo lo midió
lo cavó lo ensartó lo voleó lo montó lo segó lo maniató
lo armó lo desmanteló lo protegió lo mantuvo
lo estiró lo fortaleció lo creció
y al fin lo dejó solo
sin decir es mío
A Luis León Martínez, en su memoria
Duelo sobre duelo: escrito en agosto de 1981, en Madrid.


Poni con Mario Trejo

Poni con Luis Felipe Noé, bar barbaro, bsas- 1969

Poni con músicos, entre ellos, Paco Ibañez

" Yo también como Borges
quiero ser enterrado en Ginebra",
dijo el viejo curda:
"Pero la mía que sea Bols!"



Oído:
"Tan quemao estoy de la vida,
que soplo los helados
antes de sorberlos!"


La historia contemporánea es mas velós
que el tiempo que nesesitás para contarla!
Retrete:
Libertad a los libres!



Qué malos arquitectos!
Tiraron el muro abajo
y se les vino el techo ensima!


Conosí a muchos
que se han empobresido
para enriqueserse...





Antioliverio 12
se reprochan se selan se reselan
se mochan se desmochan se taladran
se percuten se espían se persiguen
se siguen se desdoblan se amenasan
se gritan se insolentan se abren fuego
se pasan y traspasan
se atormentan
se tormentan con rayos
con truenos y relámpagos senteyas
con granisos con chubascos
siclones tifones maremotos
nadan contra la nada
se ahogan se sofocan se perviven
se afilan como filos de navaja
se emboscan se atentan se trampean
se mienten se sustraen se esconden
se trituran y machacan y sofritan
se reflejan en espejos deformantes
se flejan con los flejes de la piltra
se flajelan se violan se sevisian
se mastican y mastican remastican no se tragan
se hacen piedras cascotes duros digestiones ásidas
se eructan se vomitan a chorros el uno sobre el otro
y se mandan a lugares innombrables
al mismísimo carajo a la mierda en bote
a la concha puta de sus respectivas santas madres
y así no hay iglesia ni templo ni mesquita
que los albergue y/o retenga
ni pacto sosial ni código sivil
ni laso eterno ni estalinismo adinerado
ni capitalismo salvaje que valga
eyos ya no dan más de sí
eyos ya no dan más
eyos ya no dan
eyos ya
yo
Buenos Aires, 1863NE
( 7 abril 2006 d.C. )
Una crónica de Poni de su último viaje a Buenos Aires
septiembre de 2013
estuve en el barrio de Palermo, en una buena casa y trabajando mucho!
o sea: veía a La Colosa Energúmena
desde las ventaniyas de coches,tasis o coletivos...
es Inmensa, Inabarcable: se ve y siente de todo!
desde los "privilegiados" como yo con casa y manduke,
sábanas limpias y agua caliente para lavarse las partes
hasta mujeres miserables tremebundas
que te quitan las chirolas de las manos...
los cumpas? como en islas ( pero no Faros o Negras! )
sino del aislamiento defensivo (!!!)
o metidos hasta el culo en la militansia, protestando,
organisando las auroras del porvenir (!!!)
aprendí que a una puta de barrio le yaman "Medaya de Oro",
porque el primero que yega, se la pone
y que la realidad actual es más difísil
que empaquetar un trisiclo! qué querés, fratello?
salía poco... sólo si me yevaban y me traían después
- mi vista sigue en picado camino al siego carajo!
la TV es una mierda inaguantable ( esepto Canal Encuentro ),
las divisas tiene dos cambios ( ofisial y blú ),
la radio - esepto una toda de tangos (!!!), inbancable...
la prensa? Ilegible (!!!) yegué a gritar desde la terrasita al sielo:
SÁLVEME QUIEN PUEDA!
y lo otro: el amor paternal, filial, abuelisio, fraterno...
y las grandes ausensias: Juliano, Alejandro, León...
o el amor desnudo de nalgas redondas, briyantes como seda
y los viejos amores redivivos que envejesen mal
y que no te falte el reproche de haser cosas buenas,
cosas lindas, valiosas para vos que son los otros...
aquí la paro: que el sábado permanesca invicto, che arquero!
fuerte abraso a la Donna, a la Ninia y para vos!
pago? qué pago? ayí todas son deudas
he visto escrito porái algo que les hará reír, che Médium et Mínor:
RIBER
( mia dolcissima mater, tenía un amigo de apeyido Brovelli, que era de la Junta Directiva de los Miyonarios ( 1940 ) y este senior no tuvo mejor ocurrensia que haserme socio de la Entidad cuando yo tenía 5 anios (!!!) hasta hase un tiempo, el carné con un número bajísimo de Socio, anduvo entre mis papeles hasta que le perdí el rumbo... también ese carné me permitió a los 12 anios, haser una prueba para las inferiores: siempre me consideré centrodelantero y, Renato Cesarini, que era entonses el Selesionador de aqueyas Divisiones, me mandó a jugar, cuando me tocó el turno, de já derecho ( como el Petiso Loiáconno! ) el wín surdo me dió una sobada que quedé mariáu! eso sí: salvé un gol sobre la raya el'arco! pero de nada me sirvió y, unos minutos dispué, Cesarini me mandó a ducharme y néver mór: chau 9 para toda la vida! ) YO ERA, SOY Y SERÉ DEL CAT: Clú Atlético Tigre- fuerte abraso y salud y poesía! (Junio 2011)



Enea Biumi
Varese, Italia -1949
A Poni, Amigo y Poeta
I
Por días y días entre palabras ausentes y afasia
el corazón confundido casi un delirio inconsolable aedo
afligido abatido arrojado donde el sol calla
por días y días te veía en fotografías de célebres tumbas
que recordaban tu ánimo ardiente y combativo
por días y días repensándote con tus canciones y dibujos
con los que denunciabas la oprimente injusticia
por días y días similares a los héroes de ayer emplazados en el presente
mientras el río amenaza las riberas y el cielo promete tempestad
por días y días nómades todavía juntos vos y yo
pobres cristos dispersos entre las grietas de un terremoto reciente
II
La vida nos induce a viajar salir al mundo en el crepúsculo
sobre la espalda la historia de los padres duelo sobre duelo
combatir por nuevas estaciones y ciudades diferentes
ardía sintiéndote contar la vida como cuando me revelaste
he conocido a Ginsberg en un dormitorio de humo y calor de cerveza
Ginsberg sin una moneda antes del consenso mundial
irreverente en el no reconocimiento
pero ahora qué es esta niebla ahora que se ha hecho la noche?
Qué es este grave murmullo como de adivinadores incomprendidos?
me apareces lejos aun más lejano de esta ruinosa llanura
después de los Alpes y los Pirineos y las tierras de España
mientras tantos sufren
en el hielo de un hemisferio oscuro más allá de la luz
en el Mediterraneo tumba de gente inocente
III
Oh no veo no veo salvación
no escucho guitarras ni bandoneones
ha perdido las voces el universo
recubre la tierra de desoladas inquietudes
memorias de bombas y destrucción
de humanidad desilusionada y rechazada bajo el imperio del mal
si bien mi exilio sea solo una fantasía de nombres
el tuyo es amor de carnes perdidas
perseguidas por el odio que todavía no cesa
un bramido de ciervo un golpe de alas una colina nevada
tienen más derecho de llorar que un niño con hambre?
Si hay hambre decías no hay hombre
IV
Y ahora Noviembre esta por acabarse en su frío de muerte
así el otoño abandona ramas y hojas secas
y su gris oprime y aplasta la mente
pero tu respirabas este clima indecente
con el deseo de aprender otras cosas
aclarabas que las estaciones son siempre las mismas
y el hombre cambia y envejece y muere
lo sé lo sabía tu ausencia es presente
es este perderse para encontrarse (recuerdas a Luino una noche
entre amigos y poetas en un diciembre helado de Lombardia?)
apenas habías cumplido los sesenta y llegaste a casa -
el treinta era tu cumpleaños- escribiste
la misma fecha y año en el que en un hospital de Lisboa
murió
Fernando Alberto Ricardo Alvaro
de Campos ReisCaeiro Pessoa.
Y gritaste con la misma fuerza de quien
tiene la propiedad de la vida que
la vida marcha vertiginosa abriéndose paso:
los niños empujan a los grandes hacia el abismo.
Y dibujabas negro lápiz rostros de mujeres
en el barbera el cigarro mojabas para colorear las mejillas
leimos poesía cantamos hasta el alba
regresabas al Piemonte de tus padres y a sus colores
y sabores de campesina memoria otro espacio de encanto y dolor
con las luchas de liberación y el partigiano Aldo ahí delante
en la historia de su gesta y el fusilamiento
homenajeabas a los poetas (tus poetas y otros) exaltabas Pavese
por ejemplo o Dino Campana el maldito
después tu exilio que llevaba heridas y Roberto Santoro y los otros
desaparecidos en la sonrisa cínica de la dictadura
como mentor alimentabas mi frágil conciencia
débil por tantas razones pero agradecida
porqué al día siguiente conocí a Julio
y su sonrisa de amigo
V
Ahora no sé si en aquel cono de sombra habitado
sobre colinas de la Fócida eterna
donde tienen su sede los grandes del pasado
me es concedido sentarme vecino
o mano con mano caminar
sobre los senderos de Apolo y de las musas
solo tengo la certeza que tus cenizas
no serán mudas y andarán libres por el espacio
con paciente ardor decidido
nómada poeta de nómada poesía
versión al castellano, Gabriel Impaglione
Quienes
hoy por oil
matan,
hoy por oil,
mueren!
Me lo dijo Miguel Hernández
el miedo es inmenso
locura peste muerte ignoransia
asolan al hombremujer
como sunamis
por mas que entrechoquen sus cuerpos
o se digan palabras imborrables
o sepan que hós y martiyo
son también una crús
aunque por esto aterida esté
la realidad sircundante
el fuego sentral de la muerte
se agita en su núcleo peresedero
y de ayí el terror pánico
la proyesión de sentimientos gore
algun@ me dijo:
- no quieras volver regresar
emprender la vuelta
no hay retorno posible
- pero...
- le contesté -
y el punto de partida?
- no hay tal punto inisial
todo es un continuo
las lenguas ardientes
esperan darte
el fresco descanso
miré alrededor
hermanos míos
y encontré arrojados en el suelo
dos versos de Hernández
el Miguel
aquel insigne Pastor de Obreros
el yevado de cársel en cársel
hasta enfermar agonisar morir:
"curas por delante
curas por detrás"
levanté la sentensia
le comprendí tanto
como nunca a nada nadie
con vientos del pueblo
la até en mi corasón
Martín Micharvegas
madrid / 4265NE
para Médium y Mínor,
siempre al pie




ayá por los '70
presentaba mi LP y aproveché éstas siglas
para inventarme un partido de ping-pong
sobre el esenario del Payró:
Lean Pendejos
La Poesía
Lírica Popular,
La Poesía
Levantada Por
Los Perseguidos:
Lucha Prolongada
Liberasión Popular!
(marzo 2011)
El material de este especial en Homenaje a Poni fue extraido de la revista Isla Negra 434, de noviembre 2016, dedicada al Hermano Mayor Poni Micharvegas.

Elvio Romero - Martín Poni Micharvegas -