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Homenajes

Elvio Romero

Fraternidad del fusil

 

Con mis dedos lo acaricio,

tenaz y fiel compañero.
Su inquebrantable amistad
me enseña como un ejemplo
lo que es lidiar sin flaquezas,
sirviendo de parapeto
contra las balas que llegan
buscando encontrar los cuerpos.

 

Con aspereza acaricio
su frío metal de acero,
oscuro túnel cargado
que en los minutos intensos
de la contienda enrojece,
se nombra y late en el fuego.

 

De inquebrantable amistad,
lo sé, lo palpo, lo siento:
lo comprendo cuando vamos
camino de bosque adentro,
y buscando su calor,
al caño negro me aferro.

 

¡Qué erguido cuando entre sombras
avanza mis regimiento!
¡Qué firme cuando penetra
malezas, firme guerrero!

 

Este fusil es amigo
que me acompaña en el hecho
de sangre que se desata
por una verdad de pueblo.

 

Y cuando llega la noche
-posada en el campamento-
después de ver la jornada
del plomo en su caño experto
(sin que duerman esos hombres
tendidos sobre sus puestos),
reposa a mi lado, en frío,
tenaz, a medias despierto
como yo, como los otros,
que no olvidamos el eco
de los pasos rezagados
del enemigo siniestro.

 

Lo acaricio con mis manos;
fusil gozoso en el duelo
terrible de la contienda;
siempre nombrando a un encuentro
de balas que al aire silban
sin dar al viento sosiego.
Entonces en la batalla
cuando se nombra a este pueblo,
se templa en un rojo vivo,
gozoso mira, y soberbio
perfila su boca negra
destacándose primero.
Lúcido hermano y amigo,
sobre mis brazos lo siento.

 

Ayer le dijo a la muerte:
-"No vengas, porque te espero;
que el pueblo desnudo y pobre
disputa, pleno de esfuerzos,
con fin de aplastar las ratas
cobardes, llenas de miedo."

 

Lo palpo y lo siento mío,
parapeto de mi cuerpo.

 

                                             - De Días roturados (1947)

Canto en el sur

 

Esta noche, en el sur

me he mirado en tus ojos.

 

Soy como tú,

de piel morena, oscura, oscura,

con estrellas metidas por dentro

y por fuera sudor, cáscara ruda.

 

Tengo la sangre hirviendo

como un sinuoso trueno derramado,

tengo las manos ásperas

como herramientas duras y soleadas;

tengo los ojos lúbricos

como lúbricas raíces.

 

Esta noche, en el Sur,

me he mirado en tus ojos.

 

Te vi ayer en el Norte;

vi en el Norte lo mismo, el mismo

y primario dolor sobre los cuerpos,

el aguardiente galopando a sorbos

y lo demás lo mismo: el mismo

brazo sudando a contraluz sangrienta,

el mayoral que brama entre los árboles,

los mismos ojos sin calor, la misma

temblorosa epilepsia del sudor,

los mismos exprimidos,

¡los mismos coronados!

 

Esta noche, en el Sur,

me he mirado en tus ojos.

 

Soy como tú,

la misma turbulencia contra el mismo espejismo,

idéntico remando bajo la misma noche.

 

Conservo el sortilegio

de estas zonas arbóreas que me cercan;

tengo la risa ronca

y estas anchas tristezas.

 

De piel morena, oscura,

pisando en el calor exasperado

 

-De: Resoles áridos (1948-1949)

Eso somos

 

Eso somos: las flechas

en un arco tendido, la despreciable indiada;

las leñas que han de arder en los fogones

del blanco en La Misión, los hijos de la intemperie,

del vasto infierno de los desiertos,

definitivamente condenados.

 

Eso somos:

la sombra de lo que fuimos,

un ala destrozada en pleno vuelo

cubierta por la sombra del murciélago,

el habitante forestal, ahora

cazado en plena selva, los guerreros vencidos

definitivamente.

 

Eso somos: la estela

del salto del jaguar al infinito,

los más desamparados de la tierra;

calabazas vacías sin ecos ni semillas,

sustraídas de una fuerza brillante,

los golpeados, los tristes, los caídos

definitivamente.

 

Eso somos.

Definitivamente.

 

-De Flechas en un arco tendido (1983-1993)

El amor

 

Sí,
hoy me he puesto a encender el viejo fuego.

El azar y los años
me han llevado a pisar en el sendero
que me ha impuesto el amor;
que mi adorada
impuso a mi corazón; ahora vuelvo
al fervor inicial, a esa primera mañana
en que el sol se ha instalado en nuestro pecho.

Y así las cosas:
la canción, la plenitud, el deseo
me han alumbrado el rostro, se me han ceñido
como un pañuelo verde sobre el cuello,
y entro en la casa del fervor como antaño,
asombrándome al ver reverdecer los sueños.

Es como si hubiesen atizado
a mi sangre el verano, la intemperie, los vientos
cordilleranos, o inundando sus cauces
un enérgico brío de panales repletos,
los brazos encendidos al apretar sus brazos,
las dos manos cargadas de un esplendor secreto.

Sí,
porque mi corazón no descansa en la noche,
hoy me he puesto a encender el viejo fuego.

 

-De El viejo fuego (1977)

Nuestro país

 

     Nuestro país (el mío,

el que puedo ofrecerte), aquella

dulce tierra violenta, con la frente

segada y abolida por un aire quemado,

donde ochocientos ríos le dan curso a sus ojos

y cordilleras verdes le apoyan la andadura,

desgajo de protesta vegetal y verano,

mi país que se instruye sobre un nivel

de lluvias,

oh mi país hermoso,

despiadado y profundo,

fiel a si mismo, puro, solitario, implacable,

nos reserva un asiento

de hierbas y azahares, desenvuelve

-mi amor- sus recelosos,

sus imperiosos meses, su silencio,

por esto, por nosotros,

por asir esa luna de carbón desdichado

que se nos sube a veces por la noche a los ojos...

Tren con banderas

 

Era un tren con banderas

aquel tren de mi pueblo; un tren hermoso

como esos trenes hondos que aran la quemadura

de la imaginería popular; tren compartido,

mínimo y desolado por entre cordilleras,

por entre atajos, por entre donde brotan

los pañuelos de adiós del horizonte.

 

Era un tren con banderas.

 

Cuando avanzaba solo

como arisco alazán por la pradera,

era una clara y lenta respiración del aire,

centella imaginaria de luna y aguacero,

una fiesta ligera de infancia y de colores;

volaba el Viento Norte sobre sus ventanillas,

sus medas fulguraban sobre espuelas de rieles,

su silbido era un canto de pájaro de fuego.

 

La Cruz del Sur, caída,

viajaba en sus furgones. Y lo demás: los frutos

radiosos de la tierra; el violento verano

cernido en los maizales, los arrieros

de las fronteras, el grito seco de las plantaciones;

todo se acumulaba en sus vaivenes: la resolana de enero,

rostros cetrinos y guitarras hondas,

cántaros con serpientes, fugitivos callados,

embarazadas, brisas, bandoleros.

 

Era un tren con banderas.

 

El Paraguay entero

cabría en sus vagones, su violencia

y su encendida música; cabrían sus silencios

y su desamparado destino, el afán soterrado

de libertad, su cruz y sus crucifixiones,

la madera olorosa de sus montes cerrados,

su profunda y amarga masticación de muerte.

 

Era un tren con banderas

y ojos abrasadores; tren orlado

por historias de guerra y rebeliones,

tren cruzado de gritos altos y lejanías,

de sombra y naranjales; una llama

prendida sobre un vértigo dorado,

un tren de lumbre y alba sobre una tierra en celo.

 

Aquel tren de mi pueblo solitario y profundo,

¡era un tren con banderas!

 

-De Los innombrables (1959-1973)

Al amor un nombre

Quizás porque en tí se asombran
las cosas voy reinventando
un nombre nuevo a las cosas.

Quizás por eso buscamos
signarle un color distinto
a todo cuanto abrazamos.

Al amor un nombre. Al árbol
que nos cobija. Al silencio
que se reduce en tus brazos.

Quizás empezarán contigo
a renovarse las hojas
con que me abrigo y te abrigo.

Y a reinventarse el lucero
ese brillo enamorado
del bosque de tus cabellos.

¿Todo es hoy?. ¿Hubo pasado?
¿Alguna huella de tu beso
que su sello haya dejado?.

¿Acaso no hay memoria
de aquel rostro, aquellos ojos,
de otros nombres y otras sombras?.

¿Contigo el futuro empieza?
¿Contigo el pasado muere?
¿Contigo el presente sueña?

Quizás porque todo ahora
contigo canta, debiera
reinventarme cada cosa.

O porque viejos recuerdos
de los ojos se me borran.

ndome al ver reverdecer los sueños.

Es como si hubiesen atizado
a mi sangre el verano, la intemperie, los vientos
cordilleranos, o inundando sus cauces
un enérgico brío de panales repletos,
los brazos encendidos al apretar sus brazos,
las dos manos cargadas de un esplendor secreto.

Sí,
porque mi corazón no descansa en la noche,
hoy me he puesto a encender el viejo fuego.

Con la mano tendida

 

Ahora es tender la mano

como los ciegos, como quienes cantan

por los pueblos:

abierta para todos la palma.

 

Y es ir echando en ella

luceros, cosas de la casa,

lo que pudo tener en nuestros días

sabor de yerba amarga,

de lluvias tristes de fragor sombrío

o de espurio rencor de una palabra.

 

Es ir echando en ella

lo que hubo de maleza y viejas lágrimas,

lo que fue grito al caminar, lo que fue sangre

sucia y acorralada,

lo que hubo de impaciencia escarnecida,

lo que de tierra y heredad manchada.

 

Es ir echando cuentas

como un bolsón sobre la espalda,

lo mejor y peor, lo que tuvimos

de sangre buena y mala,

de desazón nocturna o de semilla

caliente y saneada.

 

Es ir echando cuentas

de cuanto nos tocó de muerte y de esperanza.

 

¡Y de esa vocación de ver la vida

sobre su palma desollada!

 

Siempre que me visitan  

 

    Siempre que alguien me visita

(viniendo de allá), miro sus huellas

por si todavía chisporrotean, por si algún resto del 

                                                                verano

atravesó las fronteras, o la verja deteriorada por la

inmovilidad; miro sus ojos

vidriados por la atmósfera seca, indago en ellos

si hay miedo o solamente las frescuras del alba;

cuando alguien me visita (de allá)

trato de penetrar en cada gesto, abarco

cada gesto, averiguo

-mirando de soslayo- si todavía se estrecha

fuertemente una mano, si todavía

se canta una serenata pobrísima en mi pueblo,

si el zanjón crece para el raudal

o para los muertos, y de repente olvido

que averiguan también si yo averiguo, si todavía

me abrasa el sopor hondo

de esa atmósfera seca, si estoy entre los vivos o los 

                                                                muertos.

 

De: Destierro y atardecer (1962-1975)

Bajo una luna grande


Mi amada es de mi tierra, de lo mío,
de la materna arcilla que origino mi nombre;
la estrella de su nombre subió de las praderas verdes,
donde los ríos brotan de antiguos bosques.

Su atuendo es de azahares.
Perfumada tiene la voz de seda, y sus canciones hondas,
son de su pueblo ardiente, de mi pueblo profundo, 
cantar de carreteros en luz madrugadora.

Tiene aprestos airosos. 
El cántaro con agua
zozobra en su cintura con latido de pájaros;

Que mi cantar la nombre.
Resuene mi guitarra de noche, adonde duerma. 
Que la celebre el riente brillo de mis espuelas.
Que la alumbren los astros
con que alhajo su cuello de paloma silvestre.

Mil leguas la he llevado bajo una luna grande, 
clavando por el cielo mi puñal hasta el mango

Como estoy hecho de un galope largo,
de una sombra furtiva que se esfuma,
quisiera ver la luna de tu rostro
en tanto atravesamos la llanura

Te llevaré, por verte, noche adentro,
a mi lado, apretada a mi cintura,
como quien lleva una torcaza tibia
en el tibio vaivén de la montura.

Acaso al ver el monte en tu mirada,
animales y pájaros acudan
a guarecerse en nuestro pecho herido,
con vocación de sol y quemaduras.

Traeré conmigo cosas de la tierra,
al ceñirme al calor de tu hermosura,
una radiante flor de mis querencias
de esas que no veré en región alguna.

Te llevaré, por verte, noche adentro,
a mis antojos, a mi propia bruma,
y veré refulgiendo en el galope
el halo te envuelva en la llanura.

Nuestro país

 

    Nuestro país (el mío,

el que puedo ofrecerte), aquella

dulce tierra violenta, con la frente

segada y abolida por un aire quemado,

donde ochocientos ríos le dan curso a sus ojos

y cordilleras verdes le apoyan la andadura,

desgajo de protesta vegetal y verano,

mi país que se instruye sobre un nivel

de lluvias,

oh mi país hermoso,

despiadado y profundo,

fiel a si mismo, puro, solitario, implacable,

nos reserva un asiento

de hierbas y azahares, desenvuelve

-mi amor- sus recelosos,

sus imperiosos meses, su silencio,

por esto, por nosotros,

por asir esa luna de carbón desdichado

que se nos sube a veces por la noche a los ojos.

Relato sobre Chiro, el hechicero

 

que acompañó a Garay a fundar Buenos Aires

y regresó volando al Paraguay

 

 Cuentan que Chiro, el hechicero,

el hacedor de cosas mágicas,

acompañando a los Mancebos

de la Tierra, a zonas lejanas

(en donde luego fundarían

su lar, junto a un río de plata),

marcó su huella entre las huellas,

por si algún tiempo regresaba.

 

Allá, ya junto al Lago Grande,

cercado por la empalizada,

abrió caminos en la tierra,

sembró el maíz, tendió su hamaca,

leyó en las manos el destino,

midió el alcance de su hazaña,

vertió el sudor entre los surcos,

musitó el canto que guardaba.

 

Un día, resonó en su oído

el trueno de una voz nostálgica,

un soplo de aire estremecido

que era el eco de una llamada;

recordó el brillo de su tierra

de colores y marañas,

sus panales en la arboleda,

el silbo de las cerbatanas.

 

Y entre las sombras de la noche

buscó su huella en la distancia,

donde la luna se perdía

en las praderas de esmeralda,

tendió sus brazos hacia el cielo

y ascendió hasta una luz extraña,

cruzando, con vuelo de pájaro,

por los confines de la pampa.

 

Y volando y volando y volando

entre subidas y bajadas,

Chiro se aproximó a su reino

de guacamayos y cascadas,

a su reino de hojas radiantes

que lo indujo a que regresara,

a su reino de miel y montes

de maderas escarlatas.

 

Su país le fijó en la frente

una antorcha de eterna llama,

y desde entonces los cetrinos,

los anhelantes de su raza

llevan, ardorosos y errantes,

el alma desasosegada,

el recuerdo de su querencia,

la negra cruz de la nostalgia.

 

Cuentan de Chiro, el hechicero,

del hacedor de cosas mágicas...

 

-De:  Los valles imaginarios (1984)

Alegres éramos...

 

Usted sabe, señor,
qué alegría colgaba en la floresta;
qué alegría severa
como raigambre sudorosa;
cómo el alegre polvo veraniego
fulguraba en su lámina esplendente,
cómo, ¡qué alegremente andábamos!

 

¡Qué alegremente andábamos!

 

Usted sabe, señor,
usted ha visto cómo
la lluvia torrencial sempiterna caía
sobre un textil aroma de bejucos salvajes
y cómo iba dejando con sus pétalos húmedos
su flora resbalosa,
su acuosa florería.

 

Usted sabe, señor,
cómo los sementales retozaban
hartos de florecer, jubilosos de hartazgo,
con qué poder la noche deponía
su amargura en la altura del rocío
tal como deponía la desdicha
su arma en las arboledas.

 

Usted sabe qué alegre
aflicción de racimos por las ramas
en frutal arco iris vespertino;
cómo alegres luciérnagas subían
a encender las estrellas,
a conducir azahares que estallaban
como emoción nupcial o lumbraradas.

 

Usted sabe, señor,
que antes de que aquí se enseñoreara
la pobreza, frunciendo hasta las hojas,
desesperando el aire,
bien sabe, bien conoce
que cualquier miserable aquí podía
fortificar un canto en su garganta,
en su pecho opulento.

 

(¡Cómo podías reír, muchacha mía!
Juvenil, ¡cómo izabas
una sonrisa fértil como un grano,
cómo te coronaban los jazmines
y cómo yo apuraba
mi vaso de fervor! ¡Qué alegres éramos!)

 

Antes, antes de la amargura,
antes de que sorbiéramos
un caudaloso cáliz de indigencias boreales,
antes de que amarraran los perfumes,
que en su reverso el sol guardase el hambre,
¡qué alegres caminábamos!

 

 

Antes,
antes de que el aura ofendieran,
de arrancar la raíz sangrándole los bulbos,
antes del mayoral, del tiro, antes del látigo,
qué alegría, señor,
¡qué alegremente andábamos!

 

Canto en el sur

 

Esta noche, en el sur

me he mirado en tus ojos.

 

Soy como tú,

de piel morena, oscura, oscura,

con estrellas metidas por dentro

y por fuera sudor, cáscara ruda.

 

Tengo la sangre hirviendo

como un sinuoso trueno derramado,

tengo las manos ásperas

como herramientas duras y soleadas;

tengo los ojos lúbricos

como lúbricas raíces.

 

Esta noche, en el Sur,

me he mirado en tus ojos.

 

Te vi ayer en el Norte;

vi en el Norte lo mismo, el mismo

y primario dolor sobre los cuerpos,

el aguardiente galopando a sorbos

y lo demás lo mismo: el mismo

brazo sudando a contraluz sangrienta,

el mayoral que brama entre los árboles,

los mismos ojos sin calor, la misma

temblorosa epilepsia del sudor,

los mismos exprimidos,

¡los mismos coronados!

 

Esta noche, en el Sur,

me he mirado en tus ojos.

 

Soy como tú,

la misma turbulencia contra el mismo espejismo,

idéntico remando bajo la misma noche.

 

Conservo el sortilegio

de estas zonas arbóreas que me cercan;

tengo la risa ronca

y estas anchas tristezas.

 

De piel morena, oscura,

pisando en el calor exasperado

 

-De:  Resoles áridos (1948-1949)

El santero

 

Lacú, cara de miel, cabello cano,

temblándole, jadeante, la camisa,

fabrica santos, leve la sonrisa,

barcino guante de sudor la mano.

 

Trabaja en palos. Y al tallarlos tanto,

con calor de melcocha por la frente,

lo llama por allí la buena gente:

"Lacú, cara de miel, cara de santo".

 

Modela efigies rojas de madera,

pálidos santos de color de luna,

y le suenan los dedos como en una

llanura fatigante y forastera.

 

Cuando está airado, talla entre avatares,

y cuando alegre, hasta el taller se alegra,

se le envuelve la sangre en noche negra

si se le llena el alma de pesares.

 

Tales son sus desvelos; Son tan fijos

sus labores, sus vértigos, sus sueños,

y es tanta la pasión de sus empeños

que tiene el rostro de sus propios hijos.

 

Lacú mira el vivir, sigue a la gente,

ante las vidas simples se emociona,

siente latir un gesto y lo aprisiona,

lo fija todo en su labor paciente.

 

De allí que cuando miran los vecinos

las figuras de palo en sus altares,

se ven, tal como son en sus hogares,

tal como son, jirones de caminos.

 

Para probar mejor lo que origina

dentro del puño como fuelle ardiendo,

se amarra al brazo enérgico un estruendo

de escopeta o cuchillo o carabina.

 

Si labra un santo, firme y despiadado

baña el cincel de fuego y agavilla

la gubia con cendal de maravilla,

fragor de tierra, semillar y arado.

 

Y si es santa, despierto en nuevo brío,

le da un soplo final mágico y sabio:

con flor de pacholí le pinta el labio,

las lágrimas, con gotas de rocío.

 

Y tanto se parece a sus criaturas

que él mismo es ya raíz, árbol, madera,

palpitación terrestre y verdadera

de cortezas con sol por vestiduras.

 

Trabaja en palos. Y al tallarlos tanto

con calor de melcocha por la frente,

lo llama por allí la buena gente:

"Lacú, cara de miel, cara de santo".

 

El sol bajo las raíces (1952-1955)

Rafael Alberti

España

Elvio Romero. Poeta paraguayo

(escrito en 1948)

Las alas, sí, las alas,

contra la vida quieta.

Cante, llore el poeta

volando entre las balas.

Por los Signos del día,

también tú señalado;

clavel arrebatado

y espada de agonía.

¡Oh adolescencia, aurora

apenas reluciente

y abierta ya en la frente

la estrella anunciadora!

Cándida luz en vuelo

velos hacia la tierra,

sabes más de la guerra

que del tranquilo cielo.

Casi recién nacida,

lumbre madura y fuerte,

sabes más de la muerte

quizás que de la vida.

Y tu nombre aromado

huele más que a romero,

a pólvora, a reguero

de cuerpo ensangrentado.

Las auras populares

te ciñen de grandeza

y una dulce tristeza

de niños sin hogares.

La patria encadenada

y herida se sostiene

sin sueño y te mantiene

el alma desterrada.

Que nada la domina,

por mucho que le duela.

Su corazón en vela

de lejos te ilumina.

Y mientras que penando

sin luz va el enemigo

la Libertad contigo

regresará cantando.

Gabriela Mistral

Chile

Carta a Elvio Romero, luego de la lectura de "Resoles áridos". (1950).


Pocas veces, Elvio Romero, muy pocas, he sentido la tierra como acostada sobre un libro, según el caso de "Resoles" y yo, soy como usted, una terrícola, y por sangre sanjuanina, una argentinófila. Por lo cual he leído sus "Resoles" con una emoción particular. Muchas veces he pensado que debería ya recogerme a tierra nuestra, argentina o uruguaya, en vez de embarcar una vez más hacia Europa. Pero allá vuelvo de nuevo: me voy a Napóles como cónsul de Chile. Su libro ultra-terrícola ha logrado, a la vez que el olor de Gea, una técnica cabal, consumada. Y este casamiento de la forma cultísima con el fondo rural, parece un derrotero de Virgilio. ¡Mis parabienes! Gracias, muchas gracias por esa lectura preciosa. Mi vista es pobre; excuse la letra.

Elvio Romero nació en Yegros, Paraguay, el 12 de diciembre de 1926; se exilió en la Argentina en 1947, ciudad donde falleció el miércoles 19 de mayo de 2004

Nací en san Fernando de la Buena Vista 

 a 28 kilómetros al norte de la ciudad de Buenos Aires. Un 30 de noviembre de 1935 (‘El día de san Andrés - como dicen en España -: cuando el mosto, vino es!’).

 

Mi madre, una joven de 17 anios, provincianita venida desde san Francisco, Córdoba, me parió en el hospital de la zona. Se informó sobre el santoral y quiso nombrarme como Andrés, pero una seniora de alcurnia, apeyidada Cullen Jacobé, y de la muy noble y alta beneficencia, la convenció de otra cosa: ‘¡Este ninio se yamará Luis María!’. Cosa que Irma aceptó sin rechistar, viniendo la sugerencia de quien provenía.

 

Padre, también muy joven, lugareño de 19 anios, Luis León Martínez, como siempre andaba en las cayes buscándonos la vida. O sea: no intervino en la nominación, dejó hacer, tal vez esta aristocrática dama ascética trajera, ¡eya! el pan bajo el brazo, etc...

 

Mi nombre civil resultó ser entonces la suma de todos esos sometimientos y equívocos: Luis María Martínez Cornaglia (que, ni bien puede y tomando ejemplo de los viejos revolucionarios poéticos y políticos -Darío, Neruda, Lenin, Trotsky, etc...-, hice lo mismo yo también: Martín Micharvegas, elegí yamarme en pleno ejercicio lúcido, autónomo y libertario. Y así me siguen mencionando hasta hoy y a instancias mías. Tenía 20 anios, cuando lo decidí... El Poni es un apodo más arcaico y de raíces azarosas, que no resulta fácil sintetizar. Al recorrer estos recuerdos, entre mis padres tan jóvenes, marginales, ingenuos, buscavidas, se me hace convicción que la poesía ya estaba todo el rato ayí, velando armas por esta buena gente senciya. Tanto Irmita La Gringa como Luisito El Risitas, garrapateaban, en esa precariedad y en aquel desamparo, sus lindas rimas verseadas. Y mi viejo, ¡era un excelente cantor de tangos y milongas! Apunto esto, para hacerle saber que no nací ni crecí en un repoyo...”

 

(de la entrevista de Alejandro Cavalli, 11/10/2007, publicada en: http://homines.com/palabras/entrevista_poni_micharvegas/index.htm)

Martín "Poni" Micharvegas

La poesía de mis compañeros

 

Llenos de falsas palabras como andamos,

entre ofertas y eslógans y ritmos traicioneros,

por amor a mi fe y a la vida que viene,

canto la poesía de mis compañeros.

 

La verdad es más fuerte que cualquier cadena.

Nada grita más alto que un verso prisionero:

Mientras la canción se cansa y el arte se desploma,

canto la poesía de mis compañeros.

 

La tallaron en sierras, en selvas, en montañas,

en fábricas y campos en jornadas de acero,

en quebradas oscuras donde brilló la muerte

y en ciudades perdidas bajo los tiroteos.

 

La salvaron del riesgo de morir asfixiada

en la cámara cínica del mensaje con miedo.

Por que ella ha sido escrita para alentar coraje,

canto la poesía de mis compañeros

 

Viviré para verla vivir sobre la muerte

y arrasar las paredes del terror que erigieron.

Ya que hoy aún libra lucha contra esas maldiciones,

canto la poesía de mis compañeros.

“La poesía entraba a nuestras piesas por la radio:

los hogares humildes teníamos ese incalculable beneficio. La gauchesca de Fernando Ochoa, la urbana de Héctor Gagliardi, la voz cada tanto de ‘El amigo invisible’ o Carlos Arturo Orfeo y ‘su pluma y su palabra". ¡Eran chubascos luminosos en las noches cerradas! ¡Y las letras de los tangos! ¡Y los grandes romances de los bardos folclóricos: Atahualpa Yupanqui, Manuel J. Castilla, Jaime Dávalos, el Chango Rodríguez!’ Todo se hacia descifrable y lúdico para un muchachito inquieto. Las palabras cobraban sentido, referían cuestiones inefables, narraban historias y aventuras crueles o divertidas. La denominada ‘poesía culta’, proveniente de la lectura, vendría tiempo después…

 

Aqueya poesía popular era un beatífico bálsamo: senialaba cosas muy hermosas y de intensa fantasía y altos propósitos. Esa poesía, hacía mejor, más digna y buena a las audiencias. ¡Entraba por las orejas pero yegaba al corasón! La otra, -como escribía Raúl Gustavo Aguirre -, ‘para ser leída a la luz de una lámpara o a la luz del napalm’, entraría con el colegio secundario: Neruda, Mistral, Huidobro, Pedro Salinas, Rafael Alberti, García Lorca, Miguel Hernández (sus nombres resuenan en mi memoria como monedas de oro, decía Henry Miller de algunos bandidos amigos de su infancia). Mis resonantes monedas de oro también fueron y siguen siendo aqueyos poetas de mi juventud.

 

Cuando a los 20 anios me acerqué a un grupo de ‘creadores inéditos’ (Gianni Siccardi, José Peroni, Miguel Menassa, Alberto Cousté, Pablo Ananía), reunidos cerca de la Facultad de Medicina donde ya cursaba esa carrera universitaria, y en un resonante bar yamado Los estudiantes, me abrí a nuevas percepciones decisivas: César Vallejo, Cesare Pavese, Dylan Thomas, René Char. Y entró el primer torbellino fresco y rebelde de los poetas argentinos: Luis Franco, José Portogallo, Raúl González Tuñón y, especialmente, el entrerriano universal, Juanele Ortiz. Ni qué decir del crédito lírico y ético que nos abrió la proeza intelectual e internacionalista de la revista Poesía Buenos Aires. Siempre acariciaré a ese tiempo como a un tierno animal y de los más fieles amigos de los hombres bienintencionados...”

 

(de la entrevista de Alejandro Cavalli, 11/10/2007, publicada en: http://homines.com/palabras/entrevista_poni_micharvegas/index.htm)

La poesía

es pescar agua con una red.

Décadas 

 

En la década del cuarenta la gente contenta quería vivir:

se moría en los frentes de guerra, en Tokio y en Londres, en Roma y Berlín.  

Se abrazaban hombres y mujeres, subidos a trenes se decían : adiós.

Se miraron los ojos un rato, buscaron razones, y nadie entendió. 

Todo pasa/ todo pasa/ todo pasa menos el amor. 

 

En la década del cincuenta Hollywood sangrienta lanzó a Marylin,

en las cuevas la Grecò cantaba y Corea daba paladas sin fin.  

Se abrazaban hombres y mujeres, trepados a barcos se decían: adiós.

Se miraron las manos un rato, se escribieron cartas, y nadie entendió.  

 

Todo pasa/ todo pasa/ todo pasa menos el amor. 

 

En la década del sesenta el jazz agoniza, crece la TV,

florecieron hippies, rockanrollers, guerrillas, traidores y Vietnam y Suez.  

Se abrazaban hombres y mujeres, desde los aviones se decían: adiós.

Contemplaron  el cielo un buen rato, se telegrafiaron, y nadie entendió.   

 

Todo pasa/ todo pasa/ todo pasa menos el amor. 

 

Y en la década del cuarenta la bomba secreta al Eje quebró.

En mi tierra se alzaban los puentes, se cruzaba a nado la Revolución.  

Se alentaban hombre y mujeres, desde los camiones pedían acción.

Se mostraron la manos vacías, los grandes carteles les dictaban: No! 

 

Todo pasa/ todo pasa/ todo pasa menos el amor. 

 

Y en la década dl cincuenta una curva hambrienta se tragó a James Dean.

En mi tierra perdía potencia la breve violencia del “bolo” de Kid.  

Se alentaban hombre y mujeres, desde los estudios pedían acción.

Se mostraron la manos vacías, la red emisoras les dictaban: No! 

 

Todo pasa/ todo pasa/ todo pasa menos el amor. 

 

Y en la década del sesenta La Cuba se holla, la luna se holló.

En el resto se ajustan los nudos de la larga soga de la represión

y se alientan hombres y mujeres, sentados en silla piensen en la acción

y se muestran las manos vacías: quédense !, les dicta la televisión. 

 

Todo pasa/ todo pasa/ todo pasa menos el amor. 

No se dejen reventar  No se dejen reventar

Campanadas por Gaza

 

yo hablo

tú hablas

él habla

nosotros hablamos

vosotros habláis

ellos disparan

 

( pero no disparan

de salir corriendo

sino que disparan

de apuntar y arrojar

bombas inteligentes

y otras

mas que bestiales )

 

yo muero

tú mueres

él muere

nosotros morimos

vosotros morís

ellos matan

atan

 

tan!

tan!

tan!

El circo

 

Todos hablan del circo

todos hablan del circo

todos saben cosas íntimas del circo

todos conocen al enano que es

amigo del domador

que es a su vez

amigo del trapecista

que a su vez es

amigo del patrón.

 

Todos se alegran cuando el circo estalla

se muerden las uñas gritan o se callan

Todos adoran del circo el suspenso

y aplauden o chillan o esperan consenso.

 

Desfilan las fieras viejas y arrogantes

que sólo las luces convierte en gigantes.

Pasan los payasos los magos la artista

y cierran la noche los equilibristas.

                                                                                       

 (Buenos Aires, 1969)

Lo mejor para matar el hambre? Matar al hambreador!

Homenaje al cantor del pueblo

A don Aníbal Sampayo,

cantor del pueblo uruguayo

 

Cantor hermano, cantor duro de boca.

Cantor sutil, hombre blando de orillas.

Como garzas viajeras unidas en bandadas

así marcha tu canto desplegado en los días.

Cantor del surco cuando pocos araban,

cantor de sueños cuando todos dormían.

Piragüita sonora que baja de la selva

encarnaste tu canto para pescar la vida.

Tus chamarritas ay! en un mundo enrejado

Y tus milongas donde hay aparcerías.

Guitarra que entre humildes fue trabajando el alba,

ella será el salario real por tu poesía.

Varón decidido en las cuatro estaciones,

músico tarareado por el peón galponero.

Techo, pan y trabajo pasan por tus canciones

tal como el Padre Río un ocaso de fuego.

Cantor de la verdad que no tiene dos caras.

Cantor de la única cara de la alegría.

Hombre a la altura de su canto libre

victorioso volando sobre las villanías.

Violenta Perra!

 

Veintinueve de junio.

Una noticia helada

recorrió nuestras tierras,

recorrió nuestras tierras:

Latinoamericanos!

La Sedición dispara

contra el pueblo de Chile!

Violenta perra! Violenta perra!

 

Vimos pronto los hilos

que movían los tanques

que buscaban la guerra,

que buscaban la guerra!

Hilos de acaudalados

señores que a distancia

te azuzan en las tripas!

Violenta perra! Violenta perra!

 

Manos de adinerados

viejos explotadores

y dueños de las tierras,

y dueños de las tierras

que en las calles del pueblo

y a espaldas de ese pueblo

muestran tu cruel colmillo!

Violenta perra! Violenta perra!

 

Espías y lacayos,

mercenarios bufones

que viven de las guerras,

que viven de las guerras,

salieron de mañana

montando en tu esqueleto

a amedrentar a Chile.

Violenta perra! Violenta perra!

 

Tu ladrido de esbirra

se enseñoreó unas horas

y ensangrentó estas tierras,

y ensangrentó estas tierras.

Pero el canto del pueblo

acalló tus aullidos

de vieja puta zorra.

Violenta perra! Violenta perra!

 

Herida, en retirada

huiste a tus guaridas

con tus babas de guerra,

con tus babas de guerra.

Que el ejemplo de Chile

de a poco te convenza:

América te vence!

Violenta perra! Violenta perra!

                                                                     Buenos Aires / julio 1973

Poema de amor en el exilio

 

Vos me trajiste aquí  vos me tiraste desnudo en esta cama

vos me dijiste que cada cosa tuya era mía tu corazón mío

vos fuiste quien me regaló la primera luz tantatiniebla

me arropaste me diste sopa me hablaste de un mundo mediúmnico

las cosas eran lo que eran pero las ceñían  fuerzas atadas

yo te seguí fuí tu perro troté con vos la lengua afuera

una casa otra casa y más allá otra casa y al fondo los barrios

vos tenías un amor otro amor que no era yo alguien fantástico

me hubiera gustado oírte reír como decían que reías pianoalado

vos rompías la verdad eras la verdad nada más que la verdad

la existencia esa maldita molestia que no nos entendía engañasombras

vos me arrimaste a tu pecho escuchabas mi fracaso infatigablemente

éramos dos que éramos uno y éramos uno que éramos dos toda la vida

no cerrabas los ojos de noche tus ojos no podían ser cerrados

no eras de las personas que obligan a exámenes de conciencia

jamás cerraba los ojos todo el tiempo los mantenía frescos

limpios Ilenos graciosos espectaculares lascivos tiernos ágiles

por tus ojos yo fuí otra vez múltiples yo me dejaste ser me abriste

eras lo contrario a un espejo deformante de un parque de diversiones

– en el lugar que debiera figurar incandescente léase cenizas –

me dejaste muy solo tanto que temí que no volvieras regresasiempre

mirá que han pasado muchas aguas sangrientas bajo el puente

las últimas inundaciones se Ilevaron el muelle de mi vida

aún las casuarinas negras silban frente al malón de ausencias

y todos los fantasmas desgraciadamente están en su lugar

el agua no se detiene nunca según don jacinto jamás se para

vimos el río de tus primeros versos sobre una rosa maltratada

vos me enseñaste a hablar me dijiste no digas brillabas de día

qué hacía yo antes de vos se me caían de las manos las palabras

yo era tu niño azul el carapálida las patitas flacas del nene

resultaba difícil crecer a tu lado eras mas grande que cualquier cosa

y eras pequeña eras un jazmín en un vaso al alcance de la mano enferma

ah! qué fresco ruido hacés poema al zambullirte en este viejo estanque!

yo dormí bajo tu olor como un cachorro bajo un aguacero de piedras

te soñé venir corriendo hacia mí loca de alegría entre la gente

y esos sordos asesinos asalariados emboscándonos aún tiemblo

vos me dijiste que gozara de tu amistad y su inaudita multiplicación

y te obedecí dignificándome y me rebelé sin rebajarte

habías nacido para hacer lo bueno entre los otros viejaovejaregia

nada te dejaba indiferente cualquier dolor humano era tu dolor

y vagaste Ilena de piojos como desarmada taponando muerte y agobio

esa luz de vela constante al lado del rictus del agónico es ella

eras lo que no se deja sin quedarse página tan blanca de block

y me enseñaste a relamerme como un gato sobre el sexo tu dicha triste

por vos me lavé el cogote las orejas los pies las partes tibias

todo lo hacíamos juntos dentro de una gran tina con ruidos resbalones

te dedicabas a mis mortandades las tratabas como si fueran tuyas

sabías que estaba muerto intoxicado de par en par la fresca sombra

yo era tu peor parte quién podría proferirlo sin titubear emocionado

pero me decías que huyera que probara suerte por mí mismo

vos me mostraste la ley de juego el amor y el odio no va más

mi miseria se acercaba para dejarte sus cuitas mélanie klein sin tetas

eras romántica te Ilevabas todo por delante con tus pezones veleros

y amores varios tenías porque tenías varios corazones se supo

yo no conocí todos tus amores yo sólo quería ser todos ellos

sólo quería tenerte para mí con tu pesado pasado mi tren de carga

que en mi cielo nocturno no flotara otra lunita más que vos

bien lejos las estrellas venus bien lejos todo fuera de la galaxia

sólo vos en mi cielo ciego rodeado de las nubes de tus brazos

vos me politizaste me subrayaste la injusta deuda en que vivíamos

y no es que fueses única no matabas no mataste morirías por mí

eras lo espléndido desplegado la algarabía de lo posible utópica

corregías la realidad con tu fisonomía entrabas todo se ponía a cantar

decías es mas colorida la pobreza y no fanfarroneabas sabías

yo te barrí te cociné comíamos frío lo caliente y caliente lo frío

me transmitiste un orden no la orden no podías mandar ni aceptar mando

porque éramos uno que eran dos y éramos dos que serían uno toda la vida

Ha llegado aquel famoso tiempo de vivir

 

En un viejo libro donde yo pude leer hombres,

nombres hoy perdidos me hicieron saber

que más adelante en el mundo reinará

Un tiempo más justo que debemos esperar

 

Ha llegado aquel famoso Tiempo de Vivir

Ha llegado aquel famoso Tiempo de Vivir

 

Una larga historia que la tierra recorrió

mares, montes, bosques, rìos llenos de fervor

cubrieron al hombre que tan solo esperó

ese tiempo justo que nunca le llegó.

 

Ha llegado aquel famoso Tiempo de Vivir

Ha llegado aquel famoso Tiempo de Vivir

 

Hoy te espera el aire, amor, da muerte,

amor a esa historia triste, que al hombre

postergó ahogandolo en sus brazos

contra su corazón vida, dale muerte.

Amor, da muerte, amor.

 

Ha llegado aquel famoso Tiempo de Vivir

Ha llegado aquel famoso Tiempo de Vivir

 

la letra de de Martín "Poni" Micharvegas y la música de Albe Pavese

 

El saber no ocupa lugar:

Es la ignorancia quien lo abarca todo.

Miguel Cantilo

Argentina

Ha llegado aquel tiempo

                                                         Para Luis María Martínez

                                                                               Poni Micharvegas

Te fuiste viejo Poni

y te llevaste palabras, melodías 

partes de nuestra vida

con tu sombrero, tu bastón, tu buen humor

con tu sabiduría y tu elocuencia

 

nos dejaste de este lado del puente

mirando tu abordaje elegante

de la enigmática barca de Caronte.

 

Sabías que ya era hora

cuando trastabillaste

al cumplir los ochenta

cuando se te confabularon las dolencias

y te tocó luchar en varios frentes

 

pero aún sabiéndolo

me confiaste que estabas satisfecho

de haber sido quien fuiste

de haber sido un poeta

un pintor, un exégeta

de la psicología y de la vida

 

y yo agrego que estoy contento

de haber sido tu amigo

tu intérprete

tu colega y algunas otras cosas tuyas

que te llevaste en la nave.

 

Son cosas de la muerte

ya no importa el otoño

la política, el mundo

ya tu viaje atraviesa las ignotas fronteras

y agitamos pañuelos sin humedecerlos

agitamos banderas en tu nombre

igualitarias luces

que siempre te alumbraron

viejo Poni

ha llegado tu tiempo

aquel famoso tiempo de morir

para seguir viviendo

en nosotros.

Mensaje de Teuco Castilla


Poni Micharvegas andaba por Madrid bondadoso y tonante con el abrazo en ristre y la memoria malherida por Buenos Aires. Fue joven y under de vocación hasta sus últimos días. La sicología en la que había hecho armas nunca llegó a ganarle ni por puntos a una filosofía labrada en las noches de bohemia artística donde se había tallado para siempre.


Tras esa bonohomía persistía indeleble un hombre de convicciones profundas por defensa de la justicia y la libertad de nuestros pueblos.


Se fue despidiendo con una sonrisa que hacía eses en la escritura y con el mismo entusiasmo con que hizo de su poesía una herramienta entusiasta , emocionada y solidaria con el corazón por delante como un pan que debia repartirse  para todos. 

Mensaje de Jorge Boccanera

 

no pude mandarte a tiempo un texto sobre el Poni, a quien conocí en Madrid en 1979 luego de que versos de su Poesía de los compañeros fuera como epígrafe de uno de los poemas del libro "Contraseña", por el que me dieron el Casa en Cuba.

 

Festejamos el encuentro con unos vinos en su depto madrileño; nos ligaba no sólo el tema de las letras, sino de la canción. Tipos como Poni oxigenan con "sabia" (él lo escribiría así) las ramas de la rebeldía. 

 

abrazo

Jorge Boccanera

Mensaje de Silvio Rodríguez

 

Gabriel, triste noticia. Locura imprescindible la de Poni. En 1980 nos hicimos unas fotos burlonas en una azotea de Madrid, a ver si las encuentro. Yo le decía: tienes que arreglarme la cabeza. Y él: ¿y las canciones?

 

Debe andar, con el Gitano Rodríguez, a la caza de jóvenes musas en nubes menores. Gran tipo.

 

Un abrazo

Silvio Rodríguez, La Habana, noviembre 2016.

Ingrid Wicström

Estocolmo, Suecia

 

(La constante dicha lenguaráz entre  Los Hermanos Mayor,

Medio y Menor. Canto de pájaros que escucho feliz y con

Anioranza, entendiendo con mi cuerpo, deseando ver el aleteo

De aquellos pajaros y desde qué arboles cantan o sí es maniana o tarde. De noche no cantarán,

pero sus plumas dejarán huella en los nidos).

 

Le echo de menos a Poni...

 

Nota: “los hermanos Mayor, Medio y Menor, son Poni, Carlos Sánchez y Gabriel Impaglione, respectivamente.

Miguel Páez

San Luis, Argentina – 1937 –Bélgica - 2012.

Stretta

 

Parte de una fuga donde no hay

más que fragmentos del sujeto.

 

Irma,

al pie del piletón

y al fondo de la casa, Poni,

quietud, reposo,

como las figuras.

 

                    8 de mayo 2011

                           Bxl.

José Antonio Cedrón

Buenos Aires, Argentina -1945

 

No hay nada que pedir de aquello expuesto.

El pasado entre líneas ha llegado más lejos

que la imaginación.

Formas de lo perdido que se queda en la red

cuando levanta el sueño.

Leve y temprano siempre en esas aguas.                                                              

El aire de la vida, que regresa buscando

equivocarse (acaso un poco)

de tanto que se ha visto.

La oscuridad y la luz en la ventana

siguen tocando un solo a espaldas del deseo

donde pasa el poema como la lengua oceánica

materna, junto a lo que lo trajo y a lo que lo llevó

para dormir y para estar despierto.

Y todo el porvenir de aquel pasado es éste

(que a veces elegimos no saber).

Así como le deja a Dios su soledad

la viuda del ahorcado en una vela,

ahora que el pensamiento se niega

a no hacer nada, me apresuro a escribir

lo que me dicta la experiencia borrosa

donde confieso al otro.

Mañana tal vez llueva, y él mismo borre todo.

Como el tacto gastado en la moneda

ese saber no sabe que lo que fue tocado

no se olvida.

José María Pallaoro

City Bell, Argentina -1959

La inderrotable nos arranca

(A la manera de Poni Micharvegas)

 

          Poni, fratelo, ¿la Inderrotable te nos arranca de la fuersa del vivir? con un puniado de cumpas gritaremos, manos unidas, al sol, tu nombre, Poni, para que no tarde en yegar el sol universal, y para revivificar tu presensia, aunque amanesca negro y nublado una vés mas, oy, aora, trataremos, sí, de sicatrisar tanto dolor, tanto dolor y desgarros, para seguir, creando, muchas veses muchas, en alegría yegando, y en salud y en poesía, para siempre, y siempre así, cumpa Poni!
 

City Bell, noviembre de 2016.

Fernando Sabido Sánchez

Córdoba, España- 1950

A Poni

 

Inician el vuelo

con los brazos extendidos

como alas abiertas

y el viento

disipa el humo

que viola la luz

mancillándola

 

Intercambian abrazos

que asfixian el odio

y es posible en la mar

pájaros posados

en un césped de espuma

tejiendo las mortajas

de la última guerra

 

Un día íbamos de manifestación con tu pancarta: “Si Hay Hambre, No Hay Hombre”, otros, leíamos poesía allí donde era necesaria nuestra voz, la tuya: “Yo hablo, tú hablas, ellos disparan…”, y así de acá para allá disparando balas cargadas de poesía: “Porque ella ha sido escrita para alentar coraje, canto la poesía de mis compañeros…”.

Allá donde ahora cantes y escribas, debes saber que los compañeros tomamos tu testigo…Hasta siempre Poni y permíteme que cambie tus versos, para terminar: Si no hay poesía, No hay esperanza para la humanidad. [Fernando Sabido Sánchez].

Jorge Luis Bello

Argentina – 1953 -1978

XXII

 

Somos mortales

Quizás por una bendita gracia

De algún dios mortal también

Muerto en un séptimo día de descanso merecido.

 

Somos felizmente mortales.

La única eternidad que podemos merecer

Es la del instante infinito del Amor

Mas esa otra extraña facultad

De revivir con el Arte

Toda la vida en un minuto

Y también las de los otros hombres.

 

Yo vengo de ser aquel

Que escribió los Salmos y Diluvios

Profecias

Cuadernos de viaje de antiguos navegantes

La poesía de “la sangre

que no podrá lavar

todo el mar de este planeta”

 

Vengo de ser aquel

Que un día entre los siglos

Se supo mortal mirando a las estrellas

E inmortal también

Porque me adivino escribiendo este poema

Como quien mira de un golpe todo el Universo

 

en Secuencias (inédito – 1978)

poeta fallecido tempranamente a quien Poni Micharvegas dió especial difusión desde Madrid.

Envió su hermana,amiga de Poni junto a su esposo, Martha Bello, psicoanalista residente en España.

Micharvegas: “Exijo dos orejas”

 

"Mis canciones no consuelan a nadie de nada. Como salida personal, continúan una búsqueda expresiva donde el recipiendario de la tarea poética es siempre una persona a la que se tiene altamente en cuenta, se trata de modificar en el campo de su conmoción, de pasarle la dramaticidad de un lenguaje oprimido", discurseó Martín Poni Micharvegas, 33, tres hijos, poeta, médico, periodista y cantor de sus propias Canciones de fogueo en el Instituto Di Tella. Semejante diversidad de profesiones suele sorprender a los seguidores de Micharvegas: "Hay quienes se desalientan. ¿Por qué habríamos de mantener una actitud rígida o un mismo oficio frente a la alternancia e inquietud histórica? Fanón era médico. Guevara, también. En la otro punta de cierta escala que no tiene nada que ver con lo quejumbroso, Malcom, Cleaver, eran traficantes de drogas, violadores, marginados de la ley. La sociedad ofrece su regazo gratificante. Uno lo toma o lo deja", acierta el juglar.


Invadido de un poético escepticismo, el vate enjuició: "los mates del sistema, los modelos importados, el desenfreno disciplinado, el tango retrovertido, una iconoclastia protestona y reformista, agravada con los males conexos: las entrevistas periodísticas, el consumo, la carrera del disco, los millones engrasantes". Metáforas extraídas de la patología quirúrgica adornan la tirada de Micharvegas, para quien "el sistema ya acusa úlcera de estómago, la hemorragia goteada que lo va llevando al agotamiento. Mis propias canciones son un largo discurso estrangulado. Canto en favor del advenimiento de un orden. Yo mismo piso el palito de un tejido promocionante".


Pasea su vivaz mirada por el Bar Baro, que regentea desde la caja y se cuestiona: "¿Qué se ve desde aquí? Paredes húmedas con posters psicodélicos donde están pegados juntos líderes injuntables. Estas mismas declaraciones son como un ectoplasma equívoco del proceso. Uno a lo sumo ayuda a perfeccionar su ficha, más que a aclarar su pensamiento. Siempre habrá un resquicio por el cual cualquier declaración no muera y llegue como a los tumbos a las cabezas hacia donde apuntó. Mi carrera artística pertenece al orden de los actos poéticos, eso le da una solidez anticorrosiva", se consuela. La comunicación con su público merece una metáfora oxigenada: "Ellos respiran el mismo aire que estoy cantando. Mejor dicho, aspiran en el momento en que largo mis canciones, espiran en el instante en que recojo el aire. Hay un aire libre en nuestra comunicación. Como única condición exijo secretamente que esta audiencia tenga dos orejas. Que sepa oír las palabras de la realidad replegada, que no es lo mismo que retraída. El público exige, en silencio pero sostenidamente, que le restituyan una comunicación prostituida, una fe en la región, un amor por el mundo".


¿Qué son canciones de fogueo? 


"Algo así como si recogieran un reto e insinuaran: éste es el despliegue de fuerzas, pero si quisiéramos podríamos aplastar; ésta es la marca en la ropa, pero si quisiera podríamos identificarte bien; éste es el vómito, si quisiéramos te haríamos largar de otro modo las tripas, y así. Tiempo de escaramuzas, tiempo de fogueo".


¿Qué espera de sus canciones? 


"De ellas no devendrá para mí el éxito, la fama, el estrellato. No pueden alejarme de los hombres creando alrededor de mí una jaula aséptica y brillante donde mi cabeza crezca independientemente de la historia de ellos. Ellos no pueden pretender lanzarme dentro de un Torino último modelo contra las paredes reforzadas de una ciudad a la que conozco tanto. Y luego más lejos, contra las fronteras de mi país. Y así sucesivamente. Continuidad de un amor que nunca fue palabra muerta, ellas están en la vida con la misma precariedad y mi misma desconfianza."

 

Revista Siete Días Ilustrados (Argentina)

01.12.1969

Carlos Sánchez

Villa Pueyrredón, Argentina -1942 – Vive en Italia

Made in

a Martín Micharvegas (Poni)

 

 

Una caja de lata con fotografías

quietos fantasmas amarillentos

se mueven en tu recuerdo austero

quizás una sonrisa con eco

un gesto impregnado de eternidad.

Se vuelve a la idea estrafalaria del tiempo

al peso específico del corazón.

Cierro la caja de lata

y vuelvo a tu e mail

─ utopía del progreso humano ─

donde tus palabras cálidas

abren una vorágine de momentos

de territorios y encuentros

que han dejado carne en mi cuerpo

elementos sustanciales

de la visión de este mundo absurdo

donde grabamos poesías

en todas las corteza de esta selva oscura.

Puede que distraídamente

no hayas percibido el fervor

que hoy anida en este hombre adulto

mis pájaros aturdidos

se alzaron en vuelo en Folignano

sobrevolaron las colinas pavesinas

tantas veces presentidas en el Moderno

no sé si con ánimo de emigrar

o de perderse definitivamente en el azul.

Pasando lista

Alberto, Coco, Edgar,

Enrique, Gianni, Néstor,

Miguel, Raúl Gustavo,

Paco, José y Vos.

Mi made in Buenos Aires.

Por el puente de la palabra

 

Entre él y ella

la palabra

era el único puente que tenían

aunque usaran las manos

los labios los ojos

la persuasiva piel

 

No era un puente sobre un río

era un puente sobre el abismo

un puente sobre señales de terror

un puente sobre los malos vientos

 

Ninguno de los dos cobraba peaje

esperaba al otro

ninguno de los dos

era un puente sobre la gran desventura

era un puente sobre la desesperanza

 

Pero era un puente

eran entonces dos lugares a unir

dos tierras distintas digamos

no dos orillas distintas

no era un puente sobre un río

era un puente sobre la soledad

dos tierras arrasadas

desoladas

dos tierras con sentido para vivir

por el puente de la palabra

por el puente donde ninguno acechaba

por el puente que ni la muerte dinamitará

ado

no se olvida.

Rejuntando pedasos de a cachitos

Por Poni Micharvegas

 

La escena fugás transcurre en el puerto de Buenos Aires. Nunca supe cuándo fue. Si en el mismo nefasto 76 o en los meses iniciales del 77. Un barco de pasajeros va a sarpar rumbo a Europa. Entre los que se despiden en la dársena - ha desidido dejar el país terremoteado por una violensia desatada e incalculable -, está el poeta Luis Luchi. Sus companieros de aventuras líricas, Roberto Santoro entre eyos, le abrasan y le besan. También lo hasen con Nélida, la cumpa de Luchi. Hay una emosión más que honda. Ahogante.

 

Luisito –así le yamábamos a Luchi los cercanos y los prójimos -, le pregunta a Santoro: “Y vos, Roberto, cuándo te embarcás? Tendrías que hacerlo cuanto antes”. Luisito me narró muchas veses aquel episodio que, según él, hubiera cambiado la vida de Santoro. Para Luchi era como una idea recurrente, una obsesión pertinas. “Tengo una responsabilidad, Luchi. Yo me quedo.

Compartiré con los cumpas lo que venga…”. (...)

 

(tomado de: http://www.elortiba.org/santoro.html - publicado el artículo completo-

Sobre las Parajodas:

 

“Tengo memoria de la primera que escribí. Tendría unos 12 anios y se me aparesió de pronto con una luminosidad que ya podía ser radiactiva para aqueyos tiempos : “El que mucho abarca / poco a nado!”. Mis parientes y amigos del barrio creían que estaba loco al comentarles tal hayazgo! Pero como intuía que sólo lo escrito tiene esistensia, persistí en mi actitud y la fijé y repetí esperando la aparición de una nueva revelasión. Ya en el colegio secundario, un profesor de literatura de apeyido González Botet, tenía todo el tiempo en la punta de su lengua casteyana el término “paradojas”: era un intrigante de tal fenómeno idiomático y él mismo -calvo con anteojos de culo de vaso y gruesos bigotes nietzchianos!- significó para nosotros, alumnos ávidos de escandaleras y polémicas, una viva contradisión flagrante. Era pronunsiar aquella palabra mágica para que todos los muchachos nos golpiáramos con los codos las costiyas y, por lo bajo dijéramos para nuestra diversión: parajodas! parajodas! Cuando esperimenté que leer y escribir no era ningún acto anómalo y me tomé en serio a mi mismo en contra de la opinión de mis feroces compañeros de estudios, asumí que trastocar el dicho de la ley podría abrirme las puertas de una ley del dicho. Resién en esilio forsoso (asumido a mediados de 1976) y, acumulando en cuadernos de apuntes varios de esos aforismos, hacia 1980 desidí publicarlos: primero como piesas aisladas y luego reunidos en libritos que no dejan de mantener frescas sus grasias enrabiadas”.

Manuel Da Conceiçâo

 

Valle Pindaré – Mirim,

Estado de Maranhâo,

a Manuel da Conceiçâo

lo tirotearon allí.

Queda al norte del Brasil

esta región campesina

y fue por magra comida

que los rurales se alzaron,

por el arroz mal pagado

y por su tierra invadida.

 

Qué no habrás vos arado,

Manuel da Conceiçâo.

Qué no habrás vos sembrado,

Manuel da Conceiçâo.

Qué no habrás recogido

en tiempo de cosecha

y no fuera de tiempo,

Manuel da Conceiçâo.

 

A tres jornadas de herido

lo arrastraron a San Luiz

con un grillo en la nariz

y con un pie engangrenado.

Allí en San Luiz lo amputaron,

lo apartaron de sus bases.

Allí echó a andar esta frase

su vida comprometida:

“Mi pierna no está perdida

porque mi pierna es mi clase!”

 

Qué no habrás entendido,

Manuel da Conceiçâo.

Qué no habrás aprendido,

Manuel da Conceiçâo.

Qué no habrás esparcido

dentro del mejor viento

y no fuera del viento,

Manuel da Conceiçâo.

 

Prisionero de los ricos

que lo tildan de “ladrón”,

desde su celda enrostró

al cerdo terrateniente:

“Quien dice que robo, miente!

y ese mentir es su robo.

Entre los hombres son lobos

estas fieras indecentes.

Sólo explotan a mi gente

para dormir sueños de oro!”

 

Qué no habrás entrevisto,

Manuel da Conceiçâo

Qué no habrás olfateado,

Manuel da Conceiçâo.

Qué no habrás instigado

en el alba más pura

y no fuera del alba,

Manuel da Conceiçâo.

 

Libre ya del puerco yugo

y formidable en su fuerza

regresó Manuel Conciencia

a combatir con los suyos.

Y en el pasado año oscuro

cayó otra vez apresado,

en una jaula encerrado

y sometido a torturas.

Con las cadenas más duras

a Manuel lo han esposado.

 

Qué no te han escarbado,

Manuel da Conceiçâo.

Qué no te han triturado,

Manuel da Conceiçâo.

Qué no te han traspasado

creyendo que mataban

a lo que nunca muere,

Manuel da Conceiçâo.

 

Que tu vida nos sirva,

que tu lucha me sirva

de manual de conciencia,

Manuel da Conceiçâo!

                                                        

 Santiago de Chile / diciembre 1972

Nació el 30 de noviembre de 1935, en San Fernando,

provincia de Buenos Aires, Argentina.

 

Poeta, músico, pintor, editor autogestionario, médico, psicoanalista. Activo animador cultural en los campos de la poesía, la canción y el teatro popular en los agitados años 60 y 70 en Argentina. Hacia 1966, en el Instituto Di Tella, de Buenos Aires, escribe diálogos y textos para experiencias aleatorias, “Sr. Frankenstein” y, en 1967, “La Orestíada y/o el sombrero de Tristán Tzara”, ambas piezas de creación colectiva y dirigidas por Carlos Cutaia y Rubén de León.

 

En 1968, comienza un trabajo de musicalización e interpretación de sus propios poemas que muestra en varios recitales y espectáculos públicos: “Canciones de fogueo” (Instituto Di Tella, 1969); “Simulacro” (Instituto Di Tella, 1970); “Rendición de cuenta” (Teatro Payró, 1970); “Contracanto” (Sala Kraft, 1971), con la participación de Facundo Cabral. Sus músicos acompañantes en el montaje de estos conciertos fueron: Albe Pavese, César Pavese, Carlos Carlsen, Horacio Presti.

 

A finales de 1970, realiza un viaje por tierra por varios países europeos: Alemania, Suiza, Bélgica, Francia y España. En abril de 1971, en Valencia, participa como representante de la canción de autor latinoamericana, en el “Segundo Festival de la Canción Ibérica”, junto con María del Mar Bonet, José Afonso, Paco Ibáñez, Miro Casabella y Adolfo Celdrán. Junto al guitarrista argentino Carlos Carlsen realizan actuaciones en Poitiers, Angouleme y Limoges, recaudando fondos para los republicanos españoles en el exilio. En París, para el productor Moshe Naim – quien dirigía las colección discográfica “Les unes pour les autres”-, graba un larga duración: “Décadas” con canciones de su autoría.

El disco fue reeditado en Buenos Aires para el sello Ten Records (1972) y para IRT (Santiago de Chile, 1973).

 

En 1972, organiza el grupo de cantautores “La canción permanente”, con ciclos de presentaciones en el Teatro Larrañaga, de Buenos Aires. Viaja a Chile, donde permanece desde diciembre 1971 hasta febrero 1972.

Selecciona el material para una antología que ordena y prologa: ” Nueva Poesía Joven en Chile”. Forman parte de ella: Eduardo Embry, Omar Lara, Hernán Lavin Cerda, Gonzalo Millán, Hernán Miranda, Floridor Pérez, Enrique Valdez, Thito Valenzuela, Claudio Zamorano y dos autores por entonces inéditos: Juan Luis Martínez y Raúl Zurita.(Ediciones Noé, Buenos Aires, 1972)

 

En 1973, es cofundador del grupo Canto Popular Urbano, integrado por una veintena de músicos, autores, compositores, poetas y bailarines, con el que realizan alrededor de unas 50 presentaciones para frentes de masas en Buenos Aires y otras provincias argentinas.

 

Después del golpe militar de marzo de 1976 – de tan sombrías resonancias históricas y sociales -, se exilia primero en Brasil y, a mediados de 1977, en Madrid, España.

 

Recitales y lecturas de su propia creación así como de notorios poetas latinoamericanos en varias ciudades europeas: Estocolmo, Amsterdam, Ginebra, París, Londres, Barcelona.

En estos últimos años participó en mèas de un centenar de actos de solidaridad por la causa de los pueblos oprimidos y represaliados. Organizó y participó activamente en los homenajes, realizados en Madrid, en memoria de los compañeros: Osvaldo ” Gitano ” Rodríguez, Charles Lantero, Indio Juan, José “Zeca” Afonso, Chicho Sánchez Ferlosio, Julián Marcos, Francisco “Paco” Almazán, Manuel Picón, entre otros.

 

De su obra escrita, merecen destacarse: “Poesía junta”, Ediciones Aldabón, Bs. As., 1960: poemario colectivo con Miguel Menassa, José Peroni, Gianni Siccardi; “Las horas libres”, textos, Ediciones Sunda B.A., 1966; “Mano de obra”, Bs.As., 1968: libro colectivo de textos donde participaron Germán Leopoldo García, Gregorio Kohon, Daniel Ortiz y José Peroni.

 

Ya en España, funda el sello autogestionario “Proletras Latinoamericanas” donde, casi en 20 años publica unos 15 títulos, entre los que cabe destacar: “La palabra es un hecho”, con prólogo de José Hierro, Madrid, 1980; “Dichosos los ojos que te ven!”, con prólogo de José Esteban, Madrid, 1988; “Narrenturm: La Torre de los Locos”, con prólogo de Luis Eduardo Aute, Madrid, 1994.

 

En 1990, en su casa-estudio de la calle Princesa, 3 (duplicado) de Madrid, impulsa la creación de un espacio para la reflexión y transmisión psicoanalítica: Asociación Libre de Estudios Freudianos (ALEF), dictando cursos de teoría, clínica y técnica sobre esta disciplina. En 1998, esta actividad la traslada a su local actual: Carrera de San Francisco, 13, en la misma ciudad.

 

Durante 1992, mes a mes y  coincidente con la Celebración de los 500 años del “Descubrimiento de América”, junto con la actriz Mónica Rúffolo, desarrollan un Ciclo de Poesía Leída Latinoamericama en el Café Manuela, de Madrid. Además de la recreación de los Grandes Maestros Poéticos, fueron invitados poetas argentinos: Jorge Alemán, José Slimobich, Carlos Schwartz, Federico Schmied, Leopoldo Castilla, Jaime Icho Kozak, entre otros.

 

Es autor de canciones y, además del ya citado “Décadas”, editó dos cassetes con poemas musicalizados: “Duelo sobre duelo”, con música de Horacio Lovecchio, Madrid, 1984 y “Sobre cinco bocetos de Picasso que desembocan en el “Guernica””, con música de Antonio Molina, Madrid, 1990. A partir de 2001, funda un nuevo sello “F.P.I. Fondo Poetario Internacional”, donde edita “Parajodas (sic)” y da lugar a otros autores, Thono Báez entre ellos, para publicar su obra.

 

Realiza varias exposiciones de sus dibujos y pinturas tanto individual como colectivamente (entre las primeras destacar la que llevó a cabo en la “Galería Orfila”, en febrero de 1992 y titulada “Micharvegas: dibujos de poeta” y, entre las segundas, “99: 33 obras de cada autor”, junto a José Mayoral y Man. Loch, en “A trazos”, Madrid, 1999. Ilustra sus notas, entrevistas y comentarios publicados en periódicos y revistas de Europa como de Latinoamérica: “El encordado”, dirigida por Luciano Carbone, en Suecia; “La revista del Sur”, dirigida por Federico Ferrando, en Malmö, Suecia; “El Indio del Jarama”, sin dirección identificable, Madrid y el periódico “Resumen Latinoamericano”, dirigido por Carlos Aznárez, donde durante cinco años compiló la página de poesía latinoamericana “El escarabajo Durito”, Madrid – Bilbao – Buenos Aires.

 

En 2003, el Licenciado Hernán Jaime Fontanet Villa, presenta en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM ), una tesis doctoral con el título “Poéticas del exilio: M. Micharvegas, H. Costantini, J. Gelman, L. Lamborghini, F. Urondo, S. Sylvester”, aprobada Cum Laude. Director de Tesis: Selena Millares Martín. Departamento de Filología Española. Resumen: El trabajo se estructura en base a un esquema teórico-crítico para analizar la obra poética de estos seis autores. El exilio, la identidad y la relación política-literatura, conformarán esta estructura crítica básica. Finalmente, el apartado de las conclusiones definirá estas poéticas respecto a la tradición literaria argentina: una constante temática y un recorrido por lo popular que diferencia estas poéticas con el objeto de contrastar el embate fragmentarista y la “amnesia” que el exilio provoca.

 

Participó, junto a Joan Jara, Angel Parra, Quintín Cabrera y otros, en la convocatoria “La canción de autor en la transición democrática española”, organizada por la Universidad de Zaragoza, marzo 2004; “4. Festival Internacional de Literatura de Berlín”, dirigido por Ulrich Schreiber, y donde leyó su poema “Duelo sobre duelo”, setiembre 2004, Alemania; “La canción poética: desde la subversión a la subvención”, coordinada por el periodista Fernando Valiño para la Universidad de Valladolid, septiembre 2004, junto a Claudina y Alberto Gambino, Quico Pi de la Serra, Luis Pastor, y en diversas ediciones del Festival Internacional de Poesía Palabra en el mundo, donde co-organizó y participó activamente. Junto con el poeta y escritor italiano Enea Biumi ponen en circulación la Revista de Escritura On Line I Poeti Nomadi donde se recogen trabajos de autores contemporáneos en distintos idiomas: castellano, italiano, inglés, alemán, francés, sueco y portugués.

 

En marzo de 2006, viaja a Buenos Aires. Participa en marchas, mesas redondas, conciertos y recitales, con motivo del aniversario de los 30 años del golpe militar, la implantación de su dictadura genocida y los efectos devastadores de vaciamiento moral, material, tergiversador y corrupto, que la aventura castrense promovió y propició.

 

Junto a los compañeros Javier Martínez, Norma Peralta, Thono Báez, Miguel Cantilo, Ica Novo, Gustavo Mac Lennan, realizó 7 lecturas de sus poemas y letras de canciones. Colaboró con dos trabajos plásticos en el “Homenaje a las víctimas de Cromañón” y en la muestra de pinturas, “El exilio es una violación de los derechos humanos”, semana de actividades entre el 20 y el 26 de junio, impulsada por la Comisión de Ex-Exiliados Políticos de la República Argentina (COEPRA) y la recién fundada organización “Hijos del exilio”. Su poema “Duelo sobre duelo”, escrito en Madrid en agosto de 1981, fue reconocido con el Primer premio a la poesía édita, en el certamen cultural “A 30 años del golpe”, convocado por la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA).

 

Hermano Mayor en la poesía y en los sueños, fue activo colaborador de la revista Isla Negra, ferviente sostenedor y difusor de nuestras publicaciones y de las iniciativas solidarias a nivel mundial. Falleció en Madrid el 10 de noviembre de 2016.

 

El poeta en su sitio

 

Non so perché la vita

abbia le mani cosí piccole

.Carlos Sánchez

 

el poeta ha encontrado un sitio

(no un sitio

cualquiera: hay ayí pájaros

variopintos, por ejemplo-

muchos y juntos forman

un arco iris -, otros dejan caer

su temible pluma negra

sobre el instante siempre fugás )

el poeta hayó su sitio:

una tranquilidad inquieta

donde se sabe vivo entre montanias

que hielan o escuesen en verano

sus ganas de escribir

“escribir? escribirse!”,

seniala el crítico funambulesco

galgueando detrás

del sembrador de semiyas-palabras

de palabras-semiyas que

dicen y no dicen

hacen bilancio

sobre la estepa, la pampa,

el desierto, las sustansiosas selvas,

el duro mar del vivir

impresionaría como

que fuera fásil proferirlo, pero no:

él lo sabe y nos lo hace saber

( su corasón es una mansa brújula

pero también

una furibunda rosa de los vientos )

él dice y se dice

y si cuenta, narra, recupera, pierde,

espresa, pone en duda

lo hase desde esa mesa

de cuatro patas sólidas

con rostro hacia la bahía de sus días

donde debajo dormita

el perro filosofal de la pasiensia

 

madrid / 5034NE (respuesta a Carlos Sánchez por su libro “Continuaré a cantar”)

Poni y Carlos Sánchez

Texto de las reconversiones

 

                                             para Rosa Martínez, que es una ricurita

 

Al almacén le llaman

tienda de ultramarinos

el lugar es el hombre

a la heladera le llaman nevera

el lugar sigue siendo el hombre

al malvón le llaman geranio

el hombre sigue siendo la lengua

los álamos son chopos

la birome, bolígrafo

la lapicera, pluma

la hoja, folio

la papa, patata

las chauchas

judías verdes

al zapallo lo llaman calabaza

el alcaucil es la alcachofa

el chancho, cerdo

el bife, chuleta

al lomo lo venden como solomillo

al colador como perol

al corpiño, a nuestro sujetador

a nuestros tradicionales portasenos

les dicen sostenes

los aros son pendientes

las bajadas también son pendientes

las cuentas que tenemos con ellos

están pendientes

el subte, metro

chavales les dicen a los pibes

zagalas a las chicas

las ollas son cazuelas

y cuadra

no es una extensión de calle de 129 metros

sino el lugar donde se guarda el ganado

somos generosos

numeramos las calles de centena en centena

ellos no

son ahorrativos

las numeran de decena en decena

al colectivo le llaman autobús

(aunque el Viejo Profesor

les llamara también como nosotros: ómnibus)

al pan, pan y al bimbo, bimbo

plátano es la banana

melocotón el durazno

piña el ananá

fresas las frutillas

balón la pelota

portería el arco

forofo el hincha

faldas las polleras

y lo que es peor

cruasanes a las medias lunas

en lugar del insípido obelisco fálico

ellos tienen un oso en puntillas

al pie de un madroño

y al churrasco le dicen filete

priva al chupar

y al sánguche de lomito

pepito de ternera

jalar al morfar

los bizcochitos con grasa

los sustituyen por madalenas

al mate amargo

por la caña de cerveza

no hay ravioladas dominicales

ni estofado con tuco

jueves y domingos, paellas

el puchero es el cocido

el crespi es el savín

los pelotudos son jilipollas

qué mina! es tía buena!

la milanesa por el escalope

la soda por el sel

aquí están más solos que la una

incómodos como tres en un zapato

más liados que pierna de romano

lentos como una manifestación de cojos

los cojos son los rengos

sabés cual es el gran negocio?

comprar un argentino por lo que vale

y venderlo por lo que él cree que vale

largas colas de inmigrantes en los madrazos

si alguna vez se transformaran en las madrazas!

como desesperados telegrafiamos

a nuestra novia española:

el capitalismo es inexpresivo stop se exaspera

de formas stop sólo tú cubres mi cuerpo

de besos stop y ninguno de ellos

es idéntico entre sí

como ven

tú por vos

ellos dicen:

en tu tierra, grulla

aunque sea en una sola pata

hay olvidos que merecen la pena recordarse

al catre le llaman piltra

al trincar, folleteo

y chucha por coño

y pija por polla

y franela por magreo

y las bombachas son las bragas

y aquí no la maman

sino que la soplan

y los tamangos son el calzado

y el montgomery es la trenka

y las medias son los calcetines

y el saco es la chaqueta

y el faso es el pitillo

colillas son los puchos

te piden lumbre por fuego

te piden cerillas por fósforos

y en vez de encendedor

te solicitan un mechero

que para nosotros sería

el marido de la mechera,

la que roba en las tiendas

Texto de pareja conflictiva en el exilio

 

Tuve que dejar pasar dos años.

Escribí el papel y lo guardé como constancia.

Estrujado retuvo todo su rencor hasta hoy.

En él anoté una considerable cantidad de maldiciones.

Yo tenía mis teorías al respecto. Ella, las suyas.

Ella tenía su manera de comportarse. Yo, las mías.

Hoy no hago nada más que transcribir.

Transcripción seca.

Sequía feroz hemos padecido estos dos años.

La tierra aparece agrietada. Las cosechas se han quemado.

Un anticiclón se estacionó sobre estos parajes.

Es un cielo cruel, sin nubes. Sólo nieblas o rocío.

No es desacertado mirarse en ese espejo de la tierra.

La historia que traíamos también se hizo polvo.

Los sueños, polvo. La valentía, polvo.

Hay una fina capa de polvo depositada sobre los muebles.

Antes de leer uno tiene que sacudir el libro.

Soplar los lomos. Soplar las tapas. Tocar madera.

Los industriales ricos invirtieron su dinero en ganado.

Los banqueros compraron tierras que hoy son páramos.

Todos convirtieron sus ganancias en ganado.

Es como si sólo nosotros hubiésemos perdido.

Muge el ganado de sed. Mueren sus crías cabizbajas.

Nosotros esperamos el milagro de la lluvia.

Pero la pareja se secó. Su dinamismo se agrietó.

Las manos se alejaron de los besos. Labios llagados.

No es un desatino comparar un fenómeno con otro.

La poesía que amamos nace de allí.

Haciéndose la conflictual ella taponaría mi vida.

Yo extraviaría mi relación con mi pasado.

Una mujer vuelve a tener la culpa.

Este es el cruel cielo limpio persistente sobre mi.

(Las sesiones comenzaban

en medio de la cena.

Cada cena era siempre

la última cena.

Yo me decía: el alcohol?

Una botella de tinto entre los dos.

Yo me decía: dejar de beber.

Éramos dos borrachos perdidos?

Dos que beben un litro en la comida

forman parte de una pareja

de borrachos perdidos?

La lucidez volvía cuando me quedaba solo.

El miedo reinaba en la casa.

Ella me temía. Yo la temía.

Temía sus miradas. Temía mis palabras.

Siempre la creí una bruja

y ella siempre me creyó un dragón.

Malos destellos de sus iris verdes.

Devastadoras llamas de mi boca de fuego.

Yo le gritaba: abortera,

todo lo tenés que matar!

Yo era un cínico, un cerdo,

un crápula, un esquizofrénico,

un estafador, un degenerado,

un ladrón como mi padre,

un oligofrénico, un débil mental,

un moralista machista estalinista:

cierta noche llegué a sentirme catatónico...

Para ella yo era

un contrarrevolucionario.

Un sádico, un tarado,

un psicópata, un manejador,

un hijo de puta, mil hijos de puta,

un cobarde, un cagón, un vendido,

un cabrón mentiroso, un engreído

–y ya eran las tres de la mañana.

Yo era interrogado cada noche

hasta el despuntar del alba

de todos los días.

Dónde había estado.

Qué había hecho.

Con quién había hablado.

Dónde perdí la tarde.

Con quiénes me encontré.

Qué decía la carta.

Qué dijo el que llamó.

Qué dijo exactamente el que llamó.

Qué contesté. Porqué dije tal cosa.

Qué contesté en el bar moviendo apenas los labios.

Porqué miré. A quién miré por encima de su hombro.

Quién me dijo lo que estaba diciendo.

La casa que perdimos. El éxito que no llegó.

El hijo que no tuvimos. La soledad que nos diezmaba.

Multipliquen cada cosa por 10 veces.

Cada pregunta, 10 veces. Cada noche por 10.

Yo era un flojo, un mierda, un asexuado.

Yo era un lameculos, un viejo verde, un robot,

un loco, un fracasado, un ignorante.

Yo no sabía música, ni medicina, ni filosofar.

Nunca había sido periodista ni cajero de un pub.

Nunca vi cine, ni nada de danza, ni teatro.

Yo era un reventado, un felpudo, un manos de manteca.

El psicodrama que sabía lo sabía de oreja.

El psicoanálisis que hice lo hice sin transferencia.

Nunca supe lo que hay dentro de una mujer.

A mí me parieron por el culo.

A mí me habían cojido con la pija muerta.

A mí debieron enterrarme vivo.

Pero antes se vengaría de mí:

me denunciaría por malos tratos,

me encerraría en un manicomio,

me hundiría en la cárcel hasta pudrirme.

Yo la había humillado, herido, desecado

(a mi lado gastó su hermosa juventud).

Yo le había quebrado dos costillas

(ella me destrozaba el glande cada noche).

Sabía que podía matarla con palabras.

Iba a arrojar mis petates a la calle.

Rompería mis dibujos. Patearía mi guitarra.

Iba a quemar mis escritos. Fritaría mis versos.

Tenía un miedo atroz a que la retratara en un poema.

Me iba a cortar los huevos mientras durmiera

(yo dormía con los pantalones puestos).

Todo a los berridos. Todo a los gritos.

Fuimos el hazmerreír del vecindario.

Había cotilleo fulero a nuestra expensa.

Pero yo ya estaba ciego, sordo, mudo: autista.

No oía su llanto. No oía a la vecina, la viejita.

Una noche creyó verme los bigotes de videla.

Como se llamaba Yuli yo le llamaba agosti.

Masserados, estábamos masserados.

Ya no oía sus desvelos. Sólo registraba sus ronquidos.

Yo ya tenía el corazón como una corteza seca.

Yo era el depravado, el insaciable, el corrompido.

Ella era la inocente estrella fugaz.

La injusticiada mujer del Deuteronomio.

La bestializada. La engañada. La maltrecha.)

Todo argentino yeva dentro de si,/un cantor de tangos hecho senisas.

Duelo sobre duelo

 

En el desierto de Itabira

la sombra de mi padre

me agarró de la mano

-Carlos Drummond de Andrade

 

1

 

La fresca oscuridad en que ahora andás

me deja a mí también sin luz

( – o el resplandor en el que derivás braceás corrés

hace en mi ojo su preciso blanco hasta enceguecerme )

 

Porque estabas lejos fuiste el mas querido

el mas deseado el mas extrañado el misterioso

a quien me quise intensamente parecer

 

Ante tu muerte he sellado mi boca

he rumiado me he mordido los dientes

estoy como un estúpido esperando llorar

pero ni una lágrima cae ni una lágrima cae

 

 Para estar nuevamente a tu lado

deseché los recursos de cualquier religión o superchería

no creo en dioses ni creo en la eternidad del alma

no es hecho de abstracción el hombre para mi para nosotros

él es la vida con toda su magnificencia

la contradictoria vida piadosa o cruel con todo su despliegue

 

Mi padre era devoto cristiano católico no practicante

creías en la transparente beatitud de Ceferino Namuncurá

creías en la santidad amamantante de la Difunta Correa

creía en la inocencia de toda infancia abandonada

 

Sin dar limosna dabas techo y comida de tu casa y tu plato

recogías críos guachos les dabas de vestir tareas

siempre andaba con pibes de la calle alrededor

ví como lavabas sus pies y los calzabas con alpargatas nuevas

 

He prescindido del desasosiego de rezar aunque escribo

de elevar plegarias aunque diga mis poemas en voz alta

mudo en un día aciago no pronuncié palabra en tu homenaje

me atravesaron las certezas mas brillantes para aislarlas

 

Trato de rehacer el retrato de un hombre trabajador

y superpuesto el retrato de un joven delincuente

no forzaré la historia no necesito falsificar los hechos

millones de hombres han caído en éste y otros 6 de agosto

pero él ha sido quien me enseñó con sencillez la rectitud

el amor fragante por las cosas de la calle

 

El río en nieblas por el que nadará es tan sonoro como el Paraná

y yo voy tras sus ondas hasta donde él recale

( – o el desierto espinoso de cardos que caminás cruzás vencés

raspa secando mi garganta hasta dolerme )

 

Porque nos ha sido difícil vivir juntos fuiste el mas próximo

el mas fantaseado el mas envidiado el imbatible

a quien me quise intensamente parecer

 

Nuestras vidas no han de servir de metro de oro a nadie

por nosotros nadie salga a repetir vanamente lo hecho

lo que ha sido fue y no volverá a serlo

tanto para vos padre como para mi como para mis hijos

experiencia que aprendimos rodando y con dolor

en el futuro sólo tiene cabida lo estrictamente nuevo

 

  Aquí la sal no sala – todo lo sala la sal del exilio

aquí el azúcar no endulza – todo lo amarga el exilio

sin embargo el exilio no ha extraviado mi sentimiento de patria

aunque como locos hablemos un mismo idioma sin comprendernos

aprendí que patria es también convención que explotan los déspotas

que la nuestra es ese torbellino Ilamado viento de libertad

aprendí que los hombres van detrás de las fuentes de trabajo

que esas fuentes entierran sus garras allí donde hay hambrientos

aprendí que la libertad es la yegua madrina de esas marchas forzadas

pero veo tu orgullo de fiesta en los días nacionales

y tengo que esmerarme para integrar tu estremecimiento al mío

 

” Los valores del padre han de ser los valores del hijo ”

tus valores de hombre desamparado y pobre eran fluctuantes

luchabas sin cesar contra vos mismo

tenías renglones morales de difícil lectura

la ingenua escritura desgarrada de un analfabeto

y junto a tu fe tu esperanza tu caridad

te salvó el ingenio popular de querer vivir a plenitud

cierta vez pensé que te gustaría llevar la vida de tus explotadores

 

Mi lengua es un pólipo amurado al paladar

no puedo llorarte y no es porque me falten causas

entre vos y yo acaba de producirse un desgarro sombrío

tendremos que hilar sus labios con delicada costura

 

  2

 

Luis le lleva a Irma

un verso de amor escrito a lápiz en una tabla de cabezal

la tabla de sauce húmeda no corrige las faltas ortográficas

el amor no se equivoca nunca

no copió el verso sino de su corazón

ella lee y huele la madera

coloca la tabla sobre el cajón naranjero que es su mesita de luz

1935 y aún antes

 

Luis le Ileva a Irma

la posibilidad de dejar el colegio de monjas

donde está internada pupila

donde ha visto arrojarse desde el techo a chicas enloquecidas

y el día es duro fregar y duro credo

y sufre como una potranca atada a la noria de un patio interior

y la noche son susurros viciosos

y expertos besos de lengua de las pupilas viejas

 

Luis le Ileva a Irma

una papeleta falsificada donde acredita que tiene empleo y casa

el Juez de Menores no advierte el timo

su trabajo es tener sueños inmensos

su tapera será aquel diciembre

su catre todo el verano a la orilla del río

 

 3

 

La Segunda Guerra Mundial entraba a nuestra pieza

dónde vivíamos como si muriéramos?

unos polacos gritaban en la trena del al lado

malcomían peleaban maldecían la noche con su día

unos gringos tabulaban con robar a medio mundo en la balanza

el caballo desbocado entró en el parque donde jugábamos

te dicen que con estos fragmentos no puede pisotearse un poema

te dicen que con estos discursos no puede sostenerse un parlamento

marchas marciales para la paz mundial!

el amor gemía a través de las paredes finas de los puentes caídos

sólo una gran presión distorsionante

hará entrar la realidad en los versos

aunque sílabas de tu recuerdo martillen la veracidad del acto

será la metralla de las sílabas quien no te dejará mentir

resbalas por la superficie acerada del espejo

ese vuelo rasante de mosquitos brillantes son las sílabas

ese trallazo estrepitoso de águilas en bandadas

paseabas al chico para calmarlo pero insistía

cruz roja rutilante para tu desesperación sin auxilio

te harías médico te harías poeta y marinero

surcarías el mar destartalado de esa pieza entre gritos

volarías por agua desde el mar de Usuahía hasta el Báltico

para dejar en estela lo que te humillaba

ahora estás más indignado porque estás más lejos

estás precisamente al borde de una confesión malísima

algo que no podrás sostener sin un recurso luminoso

ese reventón torpe de las llantas del injusto tren del mundo

nadarías sobre la tierra en gritos de Polonia cremada

entenderías la jerga italiana del gramo escamoteado

cerrábamos las puertas las piadosas persianas

abríamos la radio y entraba Joe Louis

mamporros negros por las cuatro paredes

golpes gamados por los cuatro rincones del cielo

dónde vivíamos como si estuviésemos muertos?

taponábamos las masacres pero la segunda guerra entraba

entraba la segunda separación de mis padres

entraba el segundo odio matrimonial

entraba y alucinaba al niño enterrado bajo la almohada

sus convoyes sus trenes sus tanques sus trincheras

chico que sigue berreando en mis brazos de santa paciencia

mi pecho de playa tibia

mis playas de madre estupefacta desde allí hasta aquí

donde desembarcaban las primeras barcazas hacia Iwo Jima

o el 6 de agosto caía sobre Hiroshima el cross atómico de Joe Louis

 

 4

 

Arrastro a este tiempo por los pelos

le he tendido una emboscada y voy a rematarlo

lo estrello contra la pared hasta que cae

1945 todavía antes

no terminé de escribir estos deberes

no es hora de deberes

no es hora de declaraciones

ni jodidas sintaxis

las vendas sobre los ojos no pueden ser levantadas sin dolor

por más que las enjuagues restos de miradas quedarán en el trapo

La Cumbre serranías de Córdoba

el agua templada de los baños de alibour para sus ojos

la madeja de lana invernal desovillada a tientas

en Nueva Pompeya Hadita arroja al suelo el helado que le doy

hay mburucuyás en todo el florido paredón de la herrería

me siento vejado y triste y con pena de amor

la mamá ciega el papá huido

yo ciego y huido cruzando el puente levadizo presidente uriburu

Hadita es mayor que yo dos años

tiene once

y perfil griego

y mirada acerada sin ser mala

voy hacia otra chica y le canto “Norma mía”

pero el helado se sigue derritiendo aún hoy en mi calle avergonzada

 

 5

 

ya no tengo ganas de inventar

ya no tengo ganas de mentir

sobre mi nacimiento

sobre el lugar del rancho de mi nacimiento

 

ya no veo la luz en el paritorio inaugural

ya nada es blanco purísimo

ni es negro el restregar del trapo en las baldosas

ya no veo la luz destilada de la pila bautismal

ya no oigo las frías gotas saladas sobre el craniecito

ya no entran aquellas gotas a los oídos sordos

ya no es inaugural ya no es bautismal la luz

ya no tengo ganas

 

ya la mentira se acabó redondamente para mí

ya no hay leyendas de nacimiento

ya no hay gotas de leyendas frías

sobre el libro municipal de actas

sobre el libro de actas de mi nacimiento

ya no tengo la luz sombría

 

ya me cansé de esperar que la mentira se abriera

ya me cansé de abrigar al pibe fraudulento

ya me cansé de enrostrar a la vida el poco amor

a la muerte el desesperante amor que nos sustrajo

ya no brilla la gota de agua bendita sobre el cráneo frío

ya no es más noviembre en mañanita

ya no es más noviembre en mañanita de lana

ya no es más noviembre en lana celeste

ya me cansé de tener ganas

 

ya me cansé de esperar

ya no tengo ganas

ni de resolver la verdad con una mentira

ni de resolver la verdad con una media verdad

ni de atacar la verdad con un pulido sofisma

ni de atacar la verdad con sus propia verdad

ya me cansé ya no tengo ganas

 

ya se me cayó el guante de los ojos

el guante como una venda de los ojos

el guante de cuero como una venda de los ojos

el guante de cuero forrado como una venda sobre los ojos

ya no dan mas ya se les ve

yo ya no quiero que sigan cegando

ya me cansé

sobre algunas cosas

yo ya podría hablar con cierta autoridad

algunas cosas como una parra en un patio por ejemplo

yo ya podría explicar cómo besaba a delia

yo ya podría explicar todo el humo que hoy será delia pereyra

todos los besos de humo que delia habrá dado

todos los besos de delia pereyra de humo que di y me dieron

yo ya podría sentirme deprimido

describir días como plomadas a fondo

yo ya podría maldecir el haber venido al mundo

yo ya podría dejar de darle bomba al primus

el primus de bronce que es mi corazón

yo ya podría dejar quietos en la fosa común mis cuadernos azules

dejar que se diluya la composición escrita en clase

yo ya podría regresar a casa con la caja de lápices y el silbo

yo ya podría querer no volver nunca más

 

yo ya podría aclarar que patio beso parra humo eran textuales

y el humo un afectuoso humo negro de cocina a leña

yo ya podría aclarar que la fosa común era auténtica

superficie grumosa fondo legamoso por general pacheco

yo ya podría decir que siempre nos hicieron lagrimear los amores

decir que no sabré jamás sacarme de encima todo el odio

 

yo ya

por ejemplo

deberías estarles diciendo que no tuviste que reeducarte popular

no tuve que volver a bajar hacia las zanjas los ranchos las cocinas

los perros de kilómetro 26 te ladraban a los tobillos

la noche estaba estrellada sí

y titilaban azules todos los astros encendidos a lo lejos sí

pero esos dientes rozaban tus garrones

y ese aliento animal de los perros nocturnos

todos tenemos que volver a bajar

deberías estar diciéndolo en algún espacio abierto

deberías estar tratando de movilizar a alguien con esto

deberías decirle que no es posible reeducarse bajando

la bajadita está llena de vigilantes perros ladradores

deberías estar haciendo agujeros al coco de alguno con esto

buscar al fondo de sus ojos la gota de luz de piedad popular

yo ya

por ejemplo

 

deberían creerme cuando digo que no tengo ganas de inventar

deberían creerme cuando digo luz de la sala inaugural

deberían creerme cuando digo que la mentira terminó para mí

yo ya podría asestar mi firma sobre ciertos documentos importantes

yo ya podría hacer una maravillosa rúbrica al firmar

yo ya podría dictar por altavoces inflexibles órdenes precisas

yo ya podría putear contra el genocida con cierta soltura

yo ya podría estar estudiando mi propia vida a contraluz

o estar criticando a un cliente que me importa pero para mañana

o haberme enriquecido curando de mala ley a gente sana

o aplicar mi dedo censor contra la escena obscena

 

yo ya podría tener mi sanatorio con centralita telefónica

yo ya podría haber batido el récord del legrado seis mil

yo ya podría tener en mi haber un centenar de despedidos

pero ni el sol tengo ya que es de noche

pero ya ni yo podría yo ya

 

nadie debe dudar ante estas palabras

el único aquí que duda he de ser yo

ya que

me cansé de esperar mi obispado en el triunfo

me cansé de perder el azar fulminante

me cansé de abrir la puerta en vano a los curiosos

me cansé de ordenar palabras en papeles

me cansé de palpebrear

de rascarme el ojo en círculos para seguir

de clavar la mirada sobre la franja amarilla de la ruta

de encandilarme con todos los carteles indicadores

de andar a tientas en busca-del marco referencial

me cansé de los códigos

me cansé de la señalética

me cansé del dibujito diario de humor en el periódico

me cansé del yo ya

 

hay una crisis de valores

hay una crisis de valores cretinizados

hay una crisis de valores cretinizados sin cotización

hay un crac

 

crac que dice

que duelo es una honda pena por una pérdida inmensa

ya que yo ya

 

crac

que dice que duelo es un batirse firme para afianzar la vida

 

 6

 

Nada más que lo imprescindible

lo que perdurable quede tembloroso

las mejores orillas de los cielos para vos padre

los mejores ríos argentinos con sus mareas

la mejor luna llena sobre el dique San Roque

 

Las mejores flores para mi padre desde aquí

que su muerte se recuerde fragante

es agosto allá verano hostil aquí antípodas

las mejores garúas frías la más brutal sudestada

el fino estremecimiento de los juncos de la costa

 

Los mejores cajones fruteros con sus cabezales

los mejores peines de acero para enfilar los clavos

la manzana más roja del valle del Río Negro

el racimo más dulce de las faldas andinas de Mendoza

el abatido tronco petrificado del Chubut

 

Llenemos de fabulosas rosas isleñas este silencio

llenemos este espacio de amigas manos tibias

llenemos este vacío de tardes en bares inolvidables

caiga sobre su caja el terrón más gordo de la tierra

Nada más que aquello que no pueda olvidarse

el genocidio inferido como boca de madre que no cierra

las mejores gramillas de la pampa húmeda para vos padre

los mejores potrillos sin domar

la vaquillona de ubres como cuerno de abundancia

 

El mejor de los respetos para mi padre desde aquí

que su travesía se recuerde sencillamente

es invierno allí agosto seco aquí antípodas

el más desnudo amor de una mujer en la playa para él

la estruendosa algarabía de los pibes para él

 

El mejor martillo templado para su mano

el mejor delantal de lona para cubrir su pecho

el más ronco silbato de las once hacia el almuerzo

la mejor piedra de esmeril para pulir sus callos

el más humeante puchero del invierno

 

El mejor amanecer sobre las cuchillas de Entre Ríos

el más bravo yaguareté del Chaco para él

el mejor arrope santiagueño en un frasco de vidrio

el mejor tamal el más suculento locro en su olla

el más jugoso vacío en su parrilla hoy eterna

 

La mejor piragua calafateada de brea para vos padre

la plateada mojarrita pescada a anzuelo

los dorados corajudos zambulléndose a tu lado

tarariras y anguilas huidizas a tu dedo

cardúmenes de bagres pejerreyes bogas bajo tu muelle

 

Nada más que lo estrictamente necesario

lo que no corrompa halagos ni corroa el tiempo

para marcharnos tal como vinimos

dejando sólo cosas que vivan con la vida de otros

 

Un tango una ranchera un chamamé una zamba una milonga

la mejor llave maestra para abrir el cofre de los ladrones

la mejor cábala para hacer saltar la banca perdularia

el mejor final electrizante de cabeza a cabeza

 

El mejor gol del calendario futbolístico

la riña de gallos más feroz donde sangra el dinero

una taba infernal que no dé culo nunca

los chicotazos de la cuadrera más posta de las vecindades

el más bello sapo de bronce que trague tintineando

 

La mejor madreselva que novie en los patios

el jazmín del país más galán de la noche

el más umbrío ombú la más áspera higuera

el lapacho más recio que rebota el hacha

la más suave zarzaparrilla para pitar de nuevo

 

Nada más que lo que no se puede merecidamente dejar de darle

su mejor ristra de chorizos su mejor morcilla vasca

la tira de asado con cuero de la res sacrificada

la mejor papa balcarceña remolachas puntanas

el mejor ramo de claveles de un vivero japonés

 

La celda menos penosa de Sierra Chica

el mejor banco al sol en el patio de Devoto

el certificado de buena conducta que no le saldrá nunca

la mejor venda sobre los ojos

la mejor de las preguntas

no! que no vuelva a pasarlo!

 

Sólo quien conoce el hambre podrá saciarnos de ella

sólo quien conoce la locura podrá acercarse sin temor

sólo quien se sintió perseguido sabrá darnos amparo

sólo quien pasa las noches en vela curará el insomnio

 

Sólo quien no ha tenido con qué cubrirse nos dará abrigo

sólo quien haya conocido en él la enfermedad nos sanará

solo quien se aproxime a la riqueza sabrá cómo corrompe

sólo quien se ha desprendido de todo puede darnos algo

 

Nada más que lo que se sepa humilde

lo que persistiendo quede ejemplificando

las mejores de las palabras para vos padre

las mejores de las hogueras en el monte

el ojo vigía más atento en esta noche larga

 

Los dichosos días multitudinarios para vos padre

y no como si cada día fuera el aniversario de algo malo

las mejores lampalaguas esmeraldas de la selva misionera

el mejor guanaco la mejor vicuña los inocentes corderos

todo el jardín de la república sobre tu losa

 

El mejor rebenque basto el amplio guardamonte

la mejor alpargata dominguera de todos los pagos

el botín más jailaiffe de taco alto que se vio en el bailongo

los más terribles talones cuarteados

la ushuta más liviana de la tierra para tus pies de polvo

 

Las flotantes lágrimas de los sauces llorones del Lujan

una gota de cerveza una gota de rocío una gota de vino

una gota de miel de chancaca del Jujuy

la mejor de las quebradas resonantes al paso de tu mula

los mejores cantos del chingolo del zorzal del misto

 

Los trizados yacimientos de oro de los ríos Primero Segundo Tercero

el mejor de los lechos petrolíferos del mundo

uranio para vos carne de primera para vos trigo para vos

cebada para vos maíz para vos leche sustanciosa para vos

molidas harinas puras para vos aguas límpidas

para vos el pan crujiente cacareando como un gallo en la mañana

 

Para vos el mañana cacareando como un pan crujiente

para él que es el pueblo todo lo mejor sin reparos

para él que es y ha sido nuestro sostén

todo el apoyo

para él que ha enfrentado a la muerte hasta que la cansó

quien de brazos caídos no ha sabido qué es estarse de brazos cruzados

para él que ha enfrentado la represión para sobrevivir

y sobreviviendo permitió que nosotros narráramos

poetizáramos compusiéramos contáramos

atáramos

los pedazos rotos aunáramos con cemento los esfuerzos

 

Nada más que lo imprescindible para él este ayuno

lo que bien sentido se transmita indeformable

lo que no puede dejar de reconocer por ser él mismo

para él lo que es de él

ya que lo amasó lo clavó lo elevó lo enderezó lo remó

lo pescó lo cazó lo entretuvo lo midió

lo cavó lo ensartó lo voleó lo montó lo segó lo maniató

lo armó lo desmanteló lo protegió lo mantuvo

lo estiró lo fortaleció lo creció

y al fin lo dejó solo

sin decir es mío

 

A Luis León Martínez, en su memoria

Duelo sobre duelo: escrito en agosto de 1981, en Madrid.

Poni con Mario Trejo

Poni con Luis Felipe Noé, bar barbaro, bsas- 1969

Poni con músicos, entre ellos, Paco Ibañez

" Yo también como Borges
quiero ser enterrado en Ginebra",
dijo el viejo curda:
"Pero la mía que sea Bols!"

Oído:
"Tan quemao estoy de la vida,
que soplo los helados
antes de sorberlos!"

La historia contemporánea es mas velós
que el tiempo que nesesitás para contarla!

Retrete:
Libertad a los libres!

Qué malos arquitectos!

Tiraron el muro abajo

y se les vino el techo ensima!

Conosí a muchos

que se han empobresido

para enriqueserse...

Antioliverio 12

 

se reprochan se selan se reselan
se mochan se desmochan se taladran
se percuten se espían se persiguen
se siguen se desdoblan se amenasan
se gritan se insolentan se abren fuego
se pasan y traspasan
se atormentan 
se tormentan con rayos
con truenos y relámpagos senteyas
con granisos con chubascos
siclones tifones maremotos
nadan contra la nada
se ahogan se sofocan se perviven
se afilan como filos de navaja
se emboscan se atentan se trampean
se mienten se sustraen se esconden 
se trituran y machacan y sofritan
se reflejan en espejos deformantes
se flejan con los flejes de la piltra
se flajelan se violan se sevisian
se mastican y mastican remastican no se tragan
se hacen piedras cascotes duros digestiones ásidas
se eructan se vomitan a chorros el uno sobre el otro
y se mandan a lugares innombrables
al mismísimo carajo a la mierda en bote 
a la concha puta de sus respectivas santas madres
y así no hay iglesia ni templo ni mesquita
 que los albergue y/o retenga
ni pacto sosial ni código sivil
ni laso eterno ni estalinismo adinerado
ni capitalismo salvaje que valga
eyos ya no dan más de sí
eyos ya no dan más
eyos ya no dan
eyos ya
yo
                                                                                                                                   Buenos Aires, 1863NE
                                    ( 7 abril 2006 d.C. )

Una crónica de Poni de su último viaje a Buenos Aires

septiembre de 2013

 

estuve en el barrio de Palermo, en una buena casa y trabajando mucho!

o sea: veía a La Colosa Energúmena

desde las ventaniyas de coches,tasis o coletivos...

es Inmensa, Inabarcable: se ve y siente de todo!

desde los "privilegiados" como yo con casa y manduke,

sábanas limpias y agua caliente para lavarse las partes

hasta mujeres miserables tremebundas

que te quitan las chirolas de las manos...

los cumpas? como en islas ( pero no Faros o Negras! )

sino del aislamiento defensivo (!!!)

o metidos hasta el culo en la militansia, protestando,

organisando las auroras del porvenir (!!!)

aprendí que a una puta de barrio le yaman "Medaya de Oro",

porque el primero que yega, se la pone

y que la realidad actual es más difísil

que empaquetar un trisiclo! qué querés, fratello?

salía poco... sólo si me yevaban y me traían después

- mi vista sigue en picado camino al siego carajo!

 la TV es una mierda inaguantable ( esepto Canal Encuentro ),

las divisas tiene dos cambios ( ofisial y blú ),

la radio - esepto una toda de tangos (!!!), inbancable...

la prensa? Ilegible (!!!) yegué a gritar desde la terrasita al sielo:

SÁLVEME QUIEN PUEDA!

y lo otro: el amor paternal, filial, abuelisio, fraterno...

y las grandes ausensias: Juliano, Alejandro, León...

o el amor desnudo de nalgas redondas, briyantes como seda

y los viejos amores redivivos que envejesen mal

y que no te falte el reproche de haser cosas buenas,

cosas lindas, valiosas para vos que son los otros...

aquí la paro: que el sábado permanesca invicto, che arquero!

fuerte abraso a la Donna, a la Ninia y para vos!

pago? qué pago? ayí todas son deudas

he visto escrito porái algo que les hará reír, che Médium et Mínor:

 

RIBER

 

( mia dolcissima mater, tenía un amigo de apeyido Brovelli, que era de la Junta Directiva de los Miyonarios ( 1940 ) y este senior no tuvo mejor ocurrensia que haserme socio de la Entidad cuando yo tenía 5 anios (!!!) hasta hase un tiempo, el carné con un número bajísimo de Socio, anduvo entre mis papeles hasta que le perdí el rumbo... también ese carné me permitió a los 12 anios,  haser una prueba para las inferiores: siempre me consideré centrodelantero y, Renato Cesarini, que era entonses el Selesionador de aqueyas Divisiones, me mandó a jugar, cuando me tocó el turno, de já derecho ( como el Petiso Loiáconno! ) el wín surdo me dió una sobada que quedé mariáu! eso sí: salvé un gol sobre la raya el'arco! pero de nada me sirvió y, unos minutos dispué, Cesarini me mandó a ducharme y néver mór: chau 9 para toda la vida! ) YO ERA, SOY Y SERÉ DEL CAT: Clú Atlético Tigre- fuerte abraso y salud y poesía! (Junio 2011)

Enea Biumi

Varese, Italia -1949

A Poni, Amigo y Poeta

I

Por días y días entre palabras ausentes y afasia

el corazón confundido casi un delirio inconsolable aedo

afligido abatido arrojado donde el sol calla

por días y días te veía en fotografías de célebres tumbas

que recordaban tu ánimo ardiente y combativo

por días y días repensándote con tus canciones y dibujos

con los que denunciabas la oprimente injusticia

por días y días similares a los héroes de ayer emplazados en el presente

mientras el río amenaza las riberas y el cielo promete tempestad

por días y días nómades todavía juntos vos y yo

pobres cristos dispersos entre las grietas de un terremoto reciente

 

II

La vida nos induce a viajar salir al mundo en el crepúsculo

sobre la espalda la historia de los padres duelo sobre duelo

combatir por nuevas estaciones y ciudades diferentes

ardía sintiéndote contar la vida como  cuando me revelaste

he conocido a Ginsberg en un dormitorio de humo y calor de cerveza

Ginsberg sin una moneda antes del consenso mundial

irreverente en el no reconocimiento

pero ahora qué es esta niebla ahora que se ha hecho la noche?

Qué es este grave murmullo como de adivinadores incomprendidos?

me apareces lejos aun más lejano de esta ruinosa llanura

después de los Alpes y los Pirineos y las tierras de España

mientras tantos sufren

en el hielo de un hemisferio oscuro más allá de la luz

en el Mediterraneo tumba de gente inocente

 

III

Oh no veo no veo salvación

no escucho guitarras ni bandoneones

ha perdido las voces el universo

recubre la tierra de desoladas inquietudes

memorias de bombas y destrucción

de humanidad desilusionada y rechazada bajo el imperio del mal

si bien mi exilio sea solo una fantasía de nombres

el tuyo es amor de carnes perdidas

perseguidas por el odio que todavía no cesa

un bramido de ciervo un golpe de alas una colina nevada

tienen más derecho de llorar que un niño con hambre?

Si hay hambre decías no hay hombre

 

IV

Y ahora Noviembre esta por acabarse en su frío de muerte

así el otoño abandona ramas y hojas secas

y su gris oprime y aplasta la mente

pero tu respirabas este clima indecente

con el deseo de aprender otras cosas

aclarabas que las estaciones son siempre las mismas

y el hombre cambia y envejece y muere

lo sé lo sabía tu ausencia es presente

es este perderse para encontrarse (recuerdas a Luino una noche

entre amigos y poetas en un diciembre helado de Lombardia?)

apenas habías cumplido los sesenta y llegaste a casa -

el treinta era tu cumpleaños- escribiste

la misma fecha y año en el que en un hospital de Lisboa

murió

Fernando Alberto Ricardo Alvaro

de Campos ReisCaeiro Pessoa.

Y gritaste con la misma fuerza de quien

tiene la propiedad de la vida que

la vida marcha vertiginosa abriéndose paso:

los niños empujan a los grandes hacia el abismo.

Y dibujabas negro lápiz rostros de mujeres

en el barbera el cigarro mojabas para colorear las mejillas

leimos poesía cantamos hasta el alba

regresabas al Piemonte de tus padres y a sus colores

y sabores de campesina memoria otro espacio de encanto y dolor

con las luchas de liberación y el partigiano Aldo ahí delante

en la historia de su gesta y el fusilamiento

homenajeabas a los poetas (tus poetas y otros) exaltabas Pavese

por ejemplo o Dino Campana el maldito

después tu exilio que llevaba heridas y Roberto Santoro y los otros

desaparecidos en la sonrisa cínica de la dictadura

como mentor alimentabas mi frágil conciencia

débil por tantas razones pero agradecida

porqué al día siguiente conocí a Julio

y su sonrisa de amigo

 

V

Ahora no sé si en aquel cono de sombra habitado

sobre colinas de la Fócida eterna

donde tienen su sede los grandes del pasado

me es concedido sentarme vecino

o mano con mano caminar

sobre los senderos de Apolo y de las musas

solo tengo la certeza que tus cenizas

no serán mudas  y andarán libres por el espacio

con paciente ardor decidido

nómada poeta de nómada poesía

                                                                                                          versión al castellano, Gabriel Impaglione

Quienes

hoy por oil

matan,

hoy por oil,

mueren!

 

Me lo dijo Miguel Hernández

 

el miedo es inmenso
locura peste muerte ignoransia
asolan al hombremujer

como sunamis
por mas que entrechoquen sus cuerpos

o se digan palabras imborrables
o sepan que hós y martiyo
son también una crús 
aunque por esto aterida esté

la realidad sircundante
el fuego sentral de la muerte 

se agita en su núcleo peresedero
y de ayí el terror pánico

la proyesión de sentimientos gore
algun@ me dijo:
- no quieras volver regresar

emprender la vuelta

no hay retorno posible
- pero...

- le contesté -

y el punto de partida?
- no hay tal punto inisial

todo es un continuo
las lenguas ardientes

esperan darte 
el fresco descanso
miré alrededor

hermanos míos
y encontré arrojados en el suelo

dos versos de Hernández
el Miguel

aquel insigne Pastor de Obreros

el yevado de cársel en cársel

hasta enfermar agonisar morir:
 "curas por delante
curas por  detrás"
levanté la sentensia
le comprendí tanto
como nunca a nada nadie

con vientos del pueblo
la até en mi corasón

 

Martín Micharvegas
madrid / 4265NE
para Médium y Mínor,
siempre al pie 

ayá por los '70

presentaba mi LP y aproveché éstas siglas

para inventarme un partido de ping-pong

sobre el esenario del Payró:

 

Lean Pendejos

La Poesía

Lírica Popular,

La Poesía

Levantada Por

Los Perseguidos:

Lucha Prolongada

Liberasión Popular!                           

                                                                    (marzo 2011)

El material de este especial en Homenaje a Poni fue extraido de la revista Isla Negra 434, de noviembre 2016, dedicada al Hermano Mayor Poni Micharvegas.

Elvio Romero - Martín Poni Micharvegas - 

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